Beber alcohol y adelgazar es posible: seis trucos que funcionan
A continuación te detallamos una serie de trucos y consejos para que los lleves a la práctica y puedas beber alcohol sin temor a echar por tierra tu deseo de adelgazar.

Alcohol
En mayor o menor medida, casi todos hemos brindado últimamente: una copa con amigos, unas cervezas después del trabajo o una copa de vino durante una comida. El consumo de alcohol forma parte de lo cotidiano y está profundamente normalizado en nuestra sociedad. Por eso, resulta tan complicado evitarlo cuando buscamos perder peso o, simplemente, no ganar kilos de más.
Ya sabemos que constreñirse o limitarse en exceso no sirve de nada, pues al final todo ello irá en nuestra contra, ya sea generándonos más ansiedad, haciendo que abandonemos antes el plan, dándonos un atracón en unos días… Lo mejor y más inteligente, por tanto, es comer lo más equilibrado posible durante el día y de vez en cuando darse un capricho.
Por eso no es contraproducente que te tomes unas copas si sales por la noche, o al menos no para tu dieta, ya que siempre puedes recurrir a ciertos trucos para evitar que tu plan de adelgazamiento se vaya al traste.
Beber alcohol y adelgazar es posible: cinco trucos que funcionan
Desde aquí te animamos a que de vez en cuando te lo pases bien, pero siempre que lo hagas con cabeza. El alcohol, como sabes, es una droga depresora del sistema nervioso central, y como tal puede ser adictiva. Una vez aclarado este punto, veamos cómo puedes tomarte unas copas sin que tu báscula acabe ganando números de pronto.
A continuación, te detallamos una serie de trucos y consejos para que los lleves a la práctica y puedas beber alcohol sin temor a echar por tierra tu deseo de adelgazar. Atento:
1. Hielo en la copa
“Una forma sencilla de reducir las calorías en muchas bebidas es ajustar las proporciones de los ingredientes”, explica Beth Warren, nutricionista y autora de Secrets of a Kosher Girl, en declaraciones a Health. Por ejemplo, si aumentas la cantidad de hielo en tu copa, naturalmente usarás menos alcohol y menos mezclador. El resultado: una bebida más ligera en calorías. Pruébalo, puede marcar la diferencia.

2. Agua con gas o zumos naturales
Muchos expertos en nutrición coinciden en que el verdadero problema de las bebidas alcohólicas está en la mezcla, ya que suelen ser los responsables de disparar las calorías del combinado. “La mayoría de los líquidos que añadimos al alcohol son ricos en azúcar y carecen de valor nutricional”, señala Keri Gans, autora de The Small Change Diet. Por eso, recomienda optar por alternativas como agua mineral, con gas o zumos naturales. Otro consejo útil es elegir refrescos en su versión ‘zero’ o ‘light’, ya que contienen menos azúcares y calorías que los tradicionales.

3. Comer algo antes de beber
Si comenzamos a beber con el estómago vacío, éste absorberá mucho más rápido el alcohol, lo que implica que notemos enseguida los efectos del mismo. Por eso, es recomendable comer algo rico en proteínas y grasas buenas antes de beber, pues así se crea una especie de amortiguador, ralentizando la absorción del alcohol por parte del cuerpo.

4. Alterna agua y alcohol
Quienes conocen bien cómo evitar los efectos de la resaca aseguran que alternar cada copa de alcohol con un vaso de agua mineral es una estrategia infalible para resistir toda la noche sin acabar por los suelos… y levantarse al día siguiente sin arrepentimientos. Este truco no solo ayuda a mantenernos hidratados, sino que también reduce el consumo total de alcohol y refrescos, lo que implica menos calorías. Además, el simple acto de beber agua ya contribuye a quemar calorías por sí mismo.

5. Bebidas alcohólicas con pocas calorías
Si vas a consumir alcohol y te preocupa ganar peso, lo mejor es optar por las opciones con menos calorías. Algunas de las más ligeras son la sidra, los distintos tipos de vino (blanco, rosado o tinto) y los destilados sin añadidos, como el ron, el whisky o el vodka solos.

6. Bebe pero no piques
Uno de los riesgos de salir a tomar algo mientras estás a dieta es que termines arrasando la nevera al llegar a casa o devorar todo el picoteo que te sirven en el bar. El alcohol, al ser un desinhibidor, no solo reduce el autocontrol, sino que además estimula el apetito al activar ciertas neuronas del hipotálamo. Muchas personas comen entre copa y copa no solo por hambre, sino para evitar los efectos del alcohol, y esas elecciones suelen ser calóricas y poco saludables. Por eso, conviene aplicar los consejos ya mencionados y evitar picar mientras se bebe. Si no queda otra, lo ideal es optar por opciones como aceitunas o frutos secos sin aditivos.

¡Salud!