La dieta de las francesas para adelgazar
Las parisinas, y las francesas en general, son famosas por su esbelta figura. Vemos qué hacen y qué no para lograrlo
Los japoneses son famosos por su bajo peso, y las francesas no se quedan atrás. Si queremos adelgazar, haremos bien en saber qué se hace en ambos países y por qué ellos tienen un Índice de Masa Corporal (IMC) más bajo que en otros países.
Ya te hablamos en THE OBJECTIVE sobre el secreto japonés para perder peso, y hoy vamos a hacer lo propio con Francia, que, por cierto, tiene un índice de obesidad entre su población muy por debajo de países de su entorno, un 16%, según un informe publicado el año pasado por Inserm, el Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica, inferior al de España (23,8%), según los datos de la Sociedad Española de Cardiología.
A continuación, te damos las claves de la dieta de las francesas, aquella que les permite estar siempre delgadas o adelgazar cuando así lo desean:
1) Controlan las porciones, esencial para adelgazar
Una de las claves es el control de las porciones: comen pequeñas cantidades de alimentos de calidad y con menos frecuencia que el resto de países. De hecho, los platos de los americanos son sustancialmente más grandes que sus contrapartes parisinas.
Un estudio llevado a cabo por Paul Rozin, psicólogo de la Universidad de Pensilvania, descubrió que un yogur en Filadelfia era un 82% más grande que uno de París, y que sucedía lo mismo con los refrescos (en Filadelfia eran un 52% más grandes), con los perritos calientes (una diferencia de un 63%) y con las tabletas de chocolate (+41%), entre otras cosas.
En este caso, ¿el tamaño importa? Los investigadores de la citada universidad tienen claro que sí, ya que además descubrieron que cuando se les daban porciones individuales de aperitivos a finlandeses y parisinos, los sujetos tendían a comer la misma cantidad de porciones, sin importar cómo fueran de grandes.
2) Se preocupan por su imagen desde que nacen
Al contrario que sucede en otros países, las chicas francesas le dan mucha importancia al físico. Así lo asegura Gabrielle Deydier en sus memorias, en las que cuenta que crecer con sobrepeso en el país vecino es un infierno. «Ser gordo en Francia es ser un perdedor», asegura Deydier en On Ne Naît Pas Grosse (Uno no nace gordo), que fue y sigue siendo una sensación en el país. Y puede que sea cierto, pues a diferencia de Estados Unidos, en Francia no se celebran los kilos de más de las personas, más bien al contrario.
Esta preocupación por adelgazar y estar delgados, o la temida ‘gordofobia’, tiene su parte mala pero también su parte buena, pues ha hecho que las francesas, por norma general, se preocupen por su alimentación desde que tienen uso de razón.
3) Le dan mucha importancia a la calidad
Will Clower, autor de The French Don’t Diet Plan: 10 Simple Steps to Stay Thin for Life, asegura que a los franceses les encanta la comida, pero no de la misma forma que en el resto de países, en los que confunden el disfrute de los alimentos con un consumo excesivo de los mismos. Clower compara Francia con EEUU, donde solo el 39% de los americanos afirma disfrutar mucho de la comida, en comparación con el 90% de los franceses. Gozar de cada bocado y valorar la comida quizá, pues, sea una de las principales diferencias.
A los franceses les encanta la comida, pero no de la misma forma que en el resto de países, en los que confunden el disfrute de los alimentos con un consumo excesivo de los mismos
4) Andan mucho, lo que les ayuda a adelgazar
El dicho de que las parisinas van caminando a todas partes es verdad, pues no son muy dadas a ir a gimnasios o a clases colectivas de cualquier disciplina deportiva. Más al contrario, prefieren hacer ejercicio a solas, ya sea en casa o en el exterior, e ir andando a todos los lados. Y es un hábito que deberíamos incorporar todos a nuestra rutina, ya que no sólo es bueno para la salud, sino también para adelgazar.
Las investigaciones han corroborado que andar puede reducir el índice de masa corporal (IMC) y la circunferencia de la cintura, así como la incidencia de padecer afecciones de salud mental, como ansiedad y depresión, entre otros muchos beneficios. En cuanto a perder peso, una persona puede quemar entre 700 y 1000 calorías en una caminata de 16 kilómetros. Haciendo cuentas, y teniendo presente que se necesitan unos 13 minutos en avanzar un kilómetro a paso lento, para quemar entre 700-1000 calorías deberíamos caminar casi cuatro horas a este ritmo, pero podemos acortar el tiempo si avanzamos más rápido, como es obvio.
Si queremos adelgazar, deberemos andar estos 16 kilómetros al día, o lo que es lo mismo, andar aproximadamente unas dos horas al día a ritmo rápido.
5) Comen despacio
Los investigadores de la Universidad de Kyushu Fukuoka (Japón) demostraron en un estudio que «disminuir la velocidad con la que se come puede resultar efectivo a la hora de prevenir la obesidad».
Para comprobarlo, dividieron a los participantes en tres grupos: unos, devoraban la comida; otros, comían ‘normal’; y los últimos, lo hacían despacio. ¿Resultado? Aquellos que ingerían a un ritmo «normal» tenían un 29% menos de probabilidad de ser obesos. Este hábito de disfrutar y saborear la comida sin prisa es algo norma en Francia, y es una de las claves de su éxito para adelgazar.
6) Cenan pronto
En Francia, al contrario que en otros países, se cena un plato ligero y un postre –y eventualmente una entrada (sopa o crudités)– sobre las 19-20 horas de la tarde. Esto les permite irse a dormir con la digestión hecha y tener menos kilos de más.
De hecho, los expertos recomiendan no ingerir nada por la noche, más tarde de las 21 horas, ya que el metabolismo se va ralentizando según va pasando el día y la actividad disminuye considerablemente tras esa franja.
Como vemos, son trucos sencillos y coherentes que todos podemos aplicar si queremos estar sanos o adelgazar.