La dieta macrobiótica japonesa (creada por un filósofo) que es esencial para adelgazar
Si has probado de todo para perder peso y estar en forma y no lo consigues, echa un vistazo a la filosofía japonesa, pues puede ayudarte
Los japoneses son famosos por su esbelta figura y porque les cuesta muy poco adelgazar. De hecho, ni lo necesitan, pues suelen estar siempre en forma. Todo ello gracias a sus tradiciones y ejercicios, como el que popularizó Miki Ryôsuke –que consiguió perder 13 kilos– y como la dieta macrobiótica japonesa, que te contamos en las siguientes líneas.
La macrobiótica es, en esencia, comer en equilibrio. El filósofo japonés George Ohsawa desarrolló esta dieta cada vez más popular en todo el mundo y no sólo en Japón. Ohsawa creía en un enfoque holístico de la salud que incorpora muchos aspectos del estilo de vida: dieta, ejercicio, meditación y energía ‘yin y yang’. El filósofo sugirió que la salud estaba directamente ligada y guiada por la naturaleza. Por lo tanto, comer y vivir en armonía con la naturaleza crearía armonía y equilibrio dentro de nuestro cuerpo.
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Los grupos de alimentos que incluyen la dieta macrobiótica japonesa
Esta dieta japonesa para adelgazar y estar en forma se centra en elegir productos orgánicos, cultivados localmente y de temporada. La dieta macrobiótica sugiere que la comida se debe dividir, aproximadamente, de la siguiente manera:
- 40-60% de cereales integrales, como arroz integral, avena, cebada, trigo sarraceno o quinoa.
- 20-30% de frutas y verduras.
- 10% – 25% de judías y productos derivados.
Los mandamientos de este régimen para adelgazar y estar en forma
Una vez que tenemos claros los alimentos que debemos consumir, vayamos a ver en qué modo hemos de comerlos, cuándo, cómo y por qué:
- Debemos comer sólo cuando tenemos hambre y beber sólo cuando tenemos sed. Es algo lógico pero que, lamentablemente, no hacemos. La obsesión por consumir alimentos cada tres horas, hacer cinco comidas, beber dos litros de agua al día… no se contempla en esta dieta.
- Masticar bien los alimentos antes de tragarlos.
- Evitar microondas y cocinas eléctricas.
- Usar solo materiales naturales como madera, vidrio y porcelana para cocinar y almacenar alimentos.
- Purificar el agua antes de cocinarla o beberla.
- Evitar bebidas saborizadas, con cafeína o alcohol.
- Comer de manera concentrada, reflexiva y lenta sin distracciones, como la televisión. Mantener el foco ciento por ciento en cada bocado.
La lista de alimentos clave
Esta dieta macrobiótica japonesa cuenta con un listado de alimentos que podemos comer normalmente, poco y nunca. A continuación, te hacemos un resumen sencillo para que lo puedas consultar siempre que quieras:
1) Comer con moderación (algunas veces por semana)
- Frutas y bayas de árboles orgánicos.
- Semillas.
- Apio.
- Lechuga.
- Frutos secos.
- Pepinos.
2) Comer algunas veces al mes
- Pescados y mariscos.
- Lácteos.
- Huevos.
- Aves de corral (pollo, pavo).
- Carne.
3) No comer nunca (eliminar por completo de la dieta)
- Patatas, pimientos y tomates.
- Bebidas con cafeína, alcohólicas y refrescos.
- Alimentos procesados (como pan blanco, bollería y galletas industriales) y alimentos con ingredientes artificiales.
- Azúcar y productos que contengan azúcar, jarabe de maíz o melaza.
- Vainilla.
- Cerdo.
- Frutas tropicales, como piñas y mangos.
- Comida picante.
- Condimentos, como el ajo y el orégano.
El porqué de todo: el concepto del Yin y Yang en la dieta macrobiótica japonesa
La energía Yin describe los alimentos que crecen hacia arriba y hacia afuera. Son las verduras de hojas verdes que crecen hacia arriba y frutas que crecen en plantas más altas, como los árboles. El Yin también representa los alimentos que nos hacen sentir animados, vitales y alegres. Cuando comemos este tipo de alimentos de forma equilibrada, nos sentiremos despiertos, ligeros, alerta y dinámicos. En cambio, si nos pasamos con la cantidad, nuestro cuerpo sentirá un bajón al bajar de pronto el nivel de azúcar en sangre. Y todo ello, obviamente, está relacionado con adelgazar y estar en forma.
La energía Yang, por su parte, representa lo contrario: los alimentos que tienen energía centrípeta que se mueve hacia adentro y hacia abajo. Son los tubérculos que crecen en el suelo y se vuelven puntiagudos hacia los extremos (como zanahorias), además de los productos animales. Estos alimentos de energía yang nos hacen sentir en paz, en calma y relajados, pero si los consumimos en abundancia estaremos aletargados, somnolientos y cansados. De ahí la importancia de comer siempre en equilibrio y hasta saciar la hambre.
¿Es para ti?
Si crees que los alimentos, las pautas y la línea de fondo se adapta a ti y a tu ritmo de vida, sin duda la dieta macrobiótica japonesa puede ser para ti. Al final, se trata de un régimen equilibrado y que nos hace comprender mejor el poder que tienen los alimentos en nuestro cuerpo y también en nuestra energía.
Muchas veces, sobre todo en el primer mundo, comemos algo porque toca, porque está rico, por gula… y al final nos estamos tirando piedras en nuestro propio tejado. Este régimen es más un estilo de vida que tiene como objetivo comer de una manera energéticamente equilibrada, por lo que el objetivo es consumir vegetales ‘yin’ para equilibrar la proteína animal ‘yang’. Como resultado, adelgazaremos, estaremos más vitales, nos sentiremos mejor y, en definitiva, daremos otro valor y significado a los alimentos.
Si crees que esta dieta macrobiótica japonesa puede encajar en tu vida, y como siempre te decimos, consulta siempre a un médico o nutricionista, sobre todo si tienes patologías o necesidades especiales.