Este es el motivo por el que debes tomar café antes de dormir la siesta
Aunque nuestro cuerpo es capaz de funcionar, la actividad de nuestro cerebro se ralentiza con la falta de sueño
Ante la falta de sueño y la necesidad de reponer fuerzas es habitual recurrir a una taza de café o a una siesta corta. Sin embargo, diversos estudios científicos han revelado que no tenemos por qué elegir entre ambas opciones. La mejor elección es combinarlas.
Las últimas investigaciones en neurociencia han confirmado que necesitamos dormir, especialmente por nuestro cerebro. Aunque nuestro cuerpo puede seguir funcionando, la actividad cerebral se ralentiza y disminuye considerablemente si no estamos descansados.
La revista Clinical Neurophysiology compartió las conclusiones a las que habían llegado un grupo de investigadores japoneses. Con sus estudios garantizaban que tomar un café antes de la siesta podía ser muy beneficioso para la salud. Esta técnica conocida como «siesta de café» o «power nap» consiste en tomar un café y después dormir durante 20 minutos.
¿Por qué es beneficiosa esta combinación?
La explicación de esta combinación tiene que ver con la adenosina, que es un compuesto producido por la actividad normal del cerebro. Cuando se acumula y alcanza cierto nivel, se adapta a unos receptores en las neuronas, ralentizando la actividad neurológica y provocando sensación de cansancio.
En este sentido, la cafeína actúa como antagonista del receptor de la adenosina y bloquea la unión con sus receptores cerebrales. La cafeína es una molécula muy similar a la adenosina y, por ello, puede llegar a unirse a alguno de sus receptores, impidiendo que lo haga la adenosina. De tal modo que si la adenosina no logra alcanzarlos, no nos sentimos tan cansados.
Y aquí es donde entra en juego el café. Si tomamos café antes de la siesta, la cafeína tardará unos 20 minutos en pasar del sistema digestivo al cerebro. Si dormimos durante esos 20 minutos, los niveles de adenosina bajarán justo a tiempo para que la cafeína acceda a los receptores neuronales que han quedado libres mediante el descanso. Con la cafeína bloqueando esos receptores, estaremos más despiertos durante más tiempo. En cambio, si solo tomamos café cuando nos sentimos cansados, los receptores ya estarán ocupados por la adenosina y la cafeína no resultara tan efectiva.
Esta norma no aplica exclusivamente al café, sino a al té y otros refrescos que contengan cafeína en medidas normales. En ningún caso se recomienda tomar bebidas energéticas para evitar la sensación de cansancio debido a sus efectos adversos.
Alternativas al café para mantenerte con energía
El café es una de las bebidas preferidas para mantener la concentración y estar espabilado. Sin embargo, hay personas que con el consumo de cafeína se sienten agitadas y nerviosas. Afortunadamente, existen alternativas que merece la pena conocer para afrontar el día con energía pero evitando los efectos negativos.
- Café de achicoria: se trata de una raíz que se puede tostar, moler y preparar como bebida caliente. Su sabor es muy parecido al café pero no tiene cafeína. Además, es rica en Inulina, una fibra que favorece la producción de bacterias beneficiosas en el intestino.
- Té matcha: es un tipo de té verde que se elabora al vapor, tras secar y moler las hojas de la planta Camellia sinensis en un polvo fino. Se trata de una fuente concentrada de antioxidantes. Por ello, un consumo regular reduce el riesgo de hipertensión arterial.
- Agua de limón: es una buena alternativa al café de la mañana. No contiene calorías ni cafeína y proporciona una buena dosis de vitamina C.
- Té Chai: es un tipo de té negro mezclado con hierbas y especias fuertes. Aunque contiene menos cafeína que el café, te hace sentir despejado. Además, tiene propiedades antioxidantes y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Kombucha: se elabora fermentando té negro con bacterias, levadura y azúcar. La fermentación crea una colonia simbiótica de bacterias y levaduras que contiene probióticos, ácido acético y antioxidantes. La Kombucha estimula el sistema inmunológico, mejora los niveles de colesterol y los niveles de glucosa en sangre en personas con diabetes.