¿Incapaz de transmitir y sentir emociones? Se llama alexitimia y estos son sus síntomas
No mostrar emociones o sentimientos puede ir más allá de parecer introvertido o antipático y puede tener más que ver con factores sociales de lo que se piensa
Pensar que una persona es demasiado fría e incapaz de sentir emociones puede llevarnos al equívoco de creer que es su forma de ser. Sin embargo, psicológicamente tiene un término y se conoce como alexitimia, que no es otra cosa que una persona sin sentimientos y donde la manifestación de emociones brilla por su ausencia.
El problema, como veremos a continuación, no está en que no sientan emociones, sino que son incapaces de expresarlas. Alegría, ira, rabia, tristeza, frustración, ansiedad, angustia… Todos estos estadios se producen por igual en las personas alexitímicas, lo cual no significa que no se estén produciendo.
La complejidad de esta patología no se limita solo a sufrirla, sino también a la dificultad de adaptarse a entornos donde el resto de personas sí expresan sus sentimientos. Por tanto, no hablamos de una carencia de emociones o sentimientos que, en ciertos casos, sí acaban desatándose pero el propio alexitímico desconoce el motivo, tal y como se ha conceptuado.
Por ‘fortuna’, aunque debiera cogerse con pinzas, esta alexitimia sí se percibe a nivel fisiológico. Taquicardias, sudores o incluso un aumento del ritmo respiratorio están detrás de los marcadores físicos que advierten de que algo está pasando. Entre los problemas acrecentados de la alexitimia estaría, según diversos autores, en un distanciamiento del resto de personas de este trastorno o condición que deriva en un neologismo se basa en los vocablos griegos de lexis (palabra o hablar) y thymos, que es emoción.
Entender la alexitimia
No solo se trata de que estas personas no puedan describir sentimientos. También sucede que tienen problemas para desarrollar fantasías o se produce una ausencia de ellas. De la misma manera, también existen problemas en la manifestación del pensamiento operatorio, clave para entender las emociones.
No debe confundirse por tanto con timidez o con introversión, ya que además apunta a factores fisiológicos como antes mencionábamos. De hecho, suelen tener problemas para localizar las sensaciones a nivel físico (como nudos en el estómago o la garganta, o los pelos de punta).
También suelen ser personas que son excesivamente rígidas en la comunicación preverbal, recurriendo muy poco a la gesticulación, la mímica o los movimientos corporales. Estas complicaciones se concentran además con un pensamiento concretista donde es complicado encontrar simbología o abstracciones, como prueba de esa carencia de fantasía.
Son personas tradicionalmente pragmáticas, que recurren a la acción para afrontar situaciones conflictivas, si bien esto no significa que siempre sean resolutivas. Por desgracia, estas personas también suelen tener muchas dificultades para establecer comportamientos empáticos. Por este motivo, es muy habitual que acaben cayendo en ciertos patrones de soledad o distanciamiento social.
Cuando no expresar sentimientos se convierte en un problema
La alexitimia, como explican varios estudios, es un concepto de rango. Esto significa que no todo el mundo lo sufre en el mismo grado y, de hecho, en dosis pequeñas puede ser habitual, aunque se corre el riesgo de sintetizarlo en las habilidades de expresión verbal de la persona.
Esto supone para los especialistas la dificultad de comprobar si la alexitimia es un rasgo de la personalidad o es un trastorno que se tiene o no se tiene. Como es evidente, la etiología es complicada cuanto trata de buscar las causas de la alexitimia. Se apunta a razones genéticas, anatómicas y psicológicas, pero no existe base para calibrarlas en estos casos por completo.
En cualquier caso, ciertos estudios apuntan a que el nivel social de la persona, así como intelectual o educativo, tendría que ver con esta abstracción. También de tener una mayor prevalencia en personas que sufren trastornos con carácter psicosomático. Una realidad que otras pruebas también dentro de una vinculación de consumo de sustancias psicoactivas.
Entre las situaciones más frecuentes de la alexitimia podemos citar la falta de expresión gestual antes mencionada o la dificultad de interpretar las abstracciones. También, curiosamente, son personas con poca introspección, pues su mundo interior estaría, en cierto modo, vacío, por eso también hay problemas de creatividad o de imaginación.
Esto, insistimos, suele conllevar a un individualismo exacerbado porque estas personas son incapaces de ‘leer’ en otras personas y de mantener relaciones cordiales con amigos o parejas. Algo que se condensa en una sensación de conformismo. Esto además puede puede suponer comportamientos de dependencia o sumisión debido a la dificultad de manifestar estos sentimientos.
Cómo afecta la alexitimia al día a día
Los problemas que aquejan a este tipo de personas, de las cuales no existen datos de prevalencia, pues la forma de diagnosticar la alexitimia es extraordinariamente compleja, son recurrentes. Relaciones poco estables, sometidas a una actitud apática y carente de estímulos que tiende a aislarlos más de la cuenta. De hecho, su némesis sería el conocido como Síndrome Wendy, como ya te explicamos en THE OBJECTIVE.
Esto genera además un rechazo social que, en ocasiones, puede hacer entender que los alexitímicos pudieran padecer ciertos grados de autismo. Aunque no está demostrado plenamente, tal y como explica este estudio de la Universidad de Cambridge. Para intentar comprender de manera cotidiana cómo se entiende la alexitimia, hay ciertas preguntas que nos podemos hacer.
Algunas son evidentes, como comprobar si no sabemos definir cómo nos sentimos o si nos limitamos a decir «bien» o «no sé». También es necesario ver si no podemos expresar sentimientos a terceras personas. Sobre todo, para buscar una relación con terceros no muy próximos y comprobar cómo se pueden sentir.