Estas legumbres tienen más proteínas que la carne y son buenas para el colesterol
Baratos, fáciles de encontrar y perfectos para proteger nuestro corazón: a veces no hay que gastar mucho para cuidarse
Pocos aliados mejores puede encontrar nuestra salud que los frutos secos y las legumbres. Cargados de grasas insaturadas, de energía, enemigos del colesterol malo, con una buena cantidad de carbohidratos de absorción lenta y, en ciertos casos, cantidades de proteínas que harían palidecer a la carne roja como sucede con los altramuces.
Sabemos que las proteínas de alto valor biológico provienen de las carnes, los lácteos, los huevos o pescados —por tener todos los aminoácidos esenciales—, la realidad es que las proteínas vegetales pueden ser igual de aptas si se toman con ciertos ingredientes que nos ayuden a compensar las carencias de esos aminoácidos.
Lo curioso es que a veces no interpretamos que ciertos frutos secos y legumbres puedan ser buenas fuentes de proteínas. Algo que sí sucede con otros macronutrientes como las citadas grasas insaturadas o los carbohidratos. De hecho, es la curiosidad que nos sorprende cuando ponemos cara a los altramuces, cuyo nombre científico es Lupinus albus. En España, su nombre popular es chochos o lupines (esto es más común en América Latina), comidos en seco, como harina o encurtidos.
En cualquiera de sus opciones, aunque lo más habitual es ese consumo en encurtidos, los altramuces son una fuente de proteínas vegetales importantísima. Alrededor de 40 gramos de proteínas por cada 100 gramos de producto, una barbaridad. Por aportar luz, supone casi el doble de lo que carnes como la ternera o el pollo. E incluso 15 gramos más de los que se encuentran en pescados como la sardina, el bonito o la caballa.
Altramuces: a medio camino entre los frutos secos y las legumbres
A ello hay que sumar que el consumo de altramuces también va aparejado a una cantidad de fibra soluble e insoluble elevada. De ella hemos hablado antes para mejorar nuestro tránsito intestinal y para alimentar nuestra microbiota, como ya te explicamos en THE OBJECTIVE.
Hablamos de cantidades que rondan el 34% de la composición total de los altramuces. Además, al contrario que otros frutos secos y legumbres supone niveles muy bajos de grasa (menos del 6%). Razones por las que su índice glucémico es muy bajo si se compara con otros cereales y legumbres. Esa virtud hace que sea perfecto para personas con diabetes tipo 2, según varios estudios de la Estación Experimental del Zaidín, un organismo dependiente del CSIC.
De hecho, también habrá beneficios en la prevención de enfermedades que se vinculan con la inflamación crónica. Es el caso de ciertas cardiopatías, pero también de la diabetes, de la obesidad o del síndrome metabólico.
Esto se debe a que los altramuces tienen un tipo especial de proteínas, llamadas β-conglutinas, que disminuyen la producción de sustancias inflamatorias dentro del propio organismo. Planta así cara al óxido nítrico o las citoquinas, que nosotros mismos creamos. Una bendición que se asocia con virtudes hepatoprotectoras sorprendentes. Algo que explica este estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo al estudiar estos frutos secos.
Altramuces para proteger nuestro corazón
Un sumatorio de bondades de una leguminosa accesible que se asocia en la lucha contra el colesterol. De nuevo potenciadas por esa cantidad de proteínas que encontramos en los altramuces. Así lo explicó la revista científica British Journal of Nutrition en 2012, sugiriendo una actividad hipocolesterolémica en el consumo de altramuces.
Sin embargo, no está del todo clara la razón por la que esto sucede. Lo cierto es que una ingesta moderada de este tipo de legumbres puede reducir los niveles totales de colesterol. Una realidad que también disminuiría el riesgo de padecer o desarrollar cierto tipo de enfermedades cardiovasculares.