Cargados de azúcar añadido: estos son los peores alimentos de la dieta de tus hijos
Algunos parecen inofensivos, pero la realidad es que la dieta de nuestros hijos está cuajada de elementos cuanto menos evitables
Un niño sujeta dos galletas con las manos. | ©Freepik.
55,7 son los gramos de azúcar añadido diario que consumen los niños españoles. Para ponerlo en negro sobre blanco supone el doble de lo que la OMS aconseja como un consumo moderado y, sin embargo, los niños españoles se atiborran a azúcares añadidos.
El problema es que buena parte de la culpa recae en los padres, que son los que surten de estos productos a los niños. Especialmente cuando piensan que están hablando de productos nutricionalmente relevantes. Por desgracia, nada más lejos de la realidad.
Según una investigación de la Universidad de Granada, publicada en la revista Nutrients, no sólo los niños españoles duplican el azúcar añadido, sino que procede de alimentos poco recomendables. Entendiendo, claro está, por poco recomendables aquellos que tienen una baja densidad nutricional, un concepto del que ya te hemos hablado en THE OBJECTIVE.
Además, ese problema supone que llueva sobre mojado en la dieta de los niños españoles, al menos en las edades comprendidas entre 7 y 12 años, que son los estudiados por este trabajo de la UGR. Principalmente porque hablamos de obesidad infantil, una enfermedad que ya alcanza al 17% de la población mundial, mientras que el sobrepeso se consolida en un 23% del total. Datos alarmantes que, como es evidente, tienen enemigos muy claros.
Quizá pase más desapercibida durante la infancia, pero la realidad es que la obesidad y el sobrepeso pueden jugar malas pasadas para su desarrollo y desempeño a medio y largo plazo. La evidencia, tanto en niños como en adultos, advierte que las dietas altas en azúcares añadidos tienen contraprestaciones y complicaciones más que evitables. Es el caso de la citada obesidad, pero también el aumento de los riesgos de las enfermedades cardiovasculares, de la diabetes o del síndrome metabólico. Motivos que hacen más que necesario saber cuáles son los alimentos enemigos de la salud de nuestros hijos.
Los peores alimentos para los menores en función del azúcar añadido
Para validar la calidad de los alimentos, los investigadores compararon el valor nutricional de los alimentos del estudio, poniendo en relieve la densidad de nutrientes presentes y la ingesta diaria de nutrientes. ¿Qué entendemos por densidad nutricional? Pues aportar macronutrientes y micronutrientes en proporción de las calorías totales del alimento en cuestión.
El método se entiende más fácilmente cuando comprobamos qué tipo de alimentos son de baja densidad nutricional y que, además, están disparados en azúcar añadido. Según el análisis del estudio, el 65% de los azúcares añadidos que ingieren los niños españoles procede de alimentos de baja densidad nutricional. Entre los ejemplos, enemigos de sobra conocidos:
- Azúcar blanco
- Mermeladas
- Golosinas
- Refrescos y bebidas energéticas
- Pastelería y bollería tanto industrial como casera.
- Galletas, helados, chocolates y cacao en polvo.
En la nómina de enemigos descubrimos alimentos que, curiosamente, tienen cierta buena prensa entre los padres. El del cacao en polvo es uno de los más groseros, pues aporta poco más que azúcar y se consume muchas veces a la semana. Algo que también sucede con las galletas, según indica el estudio. Una realidad que además se colige con la repostería doméstica, tradicionalmente vista como más saludable que la industrial. Lo cierto es que ambas deberían ser evitables en la medida de lo posible y, en caso de consumirse, sólo hacerse de manera puntual.
Alimentos a vigilar a pesar de su densidad nutricional
El problema, según se desprende del estudio, es que el otro 35% de los azúcares añadidos, aunque proceda de alimentos con más densidad nutricional, tampoco son recomendables. O no lo son si hablamos de una dieta rica en azúcares añadidos, razón por la que no incluir alimentos que hagan superar esos 25 gramos diarios que, como explica la OMS, es una recomendación, no la dosis que deberíamos ingerir.
En este caso, la densidad media aparece en postres lácteos, bebidas vegetales y determinados yogures. La alta, por su parte, aparece en batidos con un alto porcentaje de leche, en cereales de desayuno y en leches infantiles. La cuestión es que, igualmente, estos alimentos no son recomendables en términos totales. De este modo, sólo serían aptos si se incluyen en una dieta que no supere ese azúcar diario.
Este es uno de los caballos de batalla más comunes de nutricionistas y médicos. La realidad es que los cereales infantiles tienen una cantidad de azúcar elevada, a pesar de poder disimularse con ciertos micronutrientes. Por este motivo, los cereales de desayuno tampoco deben ser el pan nuestro de cada día. A pesar de tener cantidades relevantes de minerales o vitaminas, lo cierto es que podemos encontrar cantidades de azúcar que superen el 15% del peso total del producto con demasiada facilidad.
La paradoja de los cereales infantiles
Más allá de eso, hay cereales infantiles en los que el azúcar añadido llega a casos del 37% del peso total. Esto los hace del todo descartables. También sucede con los postres lácteos donde podemos ver una cantidad de grasa y de proteína relevante, además de calcio, y sin embargo haya dosis de azúcar añadido más que elevada, superando el 15% del producto muy habitualmente.
Por este motivo, la realidad es que tampoco la densidad nutricional es un valor del todo fiable para tener en cuenta ciertos alimentos que solemos dar a los niños pensando que son sanos. Lo más recomendable es leer la información nutricional y, sobre todo, prescindir de alimentos con azúcares añadidos.
