Cómo potenciar tu desarrollo intelectual para ser más feliz, según un profesor de Harvard
Tal Ben-Shahar muestra qué podemos hacer para construir nuestra felicidad a través del desarrollo intelectual
Ser felices y gozar de una buena vida es algo que nos preocupa a la mayoría, sobre todo cuando ya hemos cubierto nuestras necesidades básicas (tener dónde dormir, qué comer, trabajo, salud…). Pero ¿qué es exactamente la felicidad?
En THE OBJECTIVE ya hemos ahondado en este tema, pero hoy vamos a mirarlo desde otro prisma. En concreto, desde el lado de qué podemos hacer nosotros para construir esta felicidad a través del desarrollo intelectual. Tal Ben-Shahar, profesor de Psicología Positiva en la Universidad de Harvard, ha publicado un libro al respecto titulado Más feliz, a pesar de todo. Cultivar la esperanza, la resiliencia y el propósito en tiempos difíciles (ed. Alienta).
Nuestra felicidad es fruto de una combinación de cinco componentes esenciales: el bienestar espiritual, el físico, el intelectual, el relacional y el emocional
En el texto, repleto de consejos con base científica, el autor asegura «la felicidad no depende de la situación presente (todos tenemos altibajos), sino que es la línea de referencia que se encuentra entre los momentos buenos y los momentos malos y que cambia constantemente».
Por ello, hemos de aprender a identificar los componentes fundamentales de la felicidad en nuestras propias vidas. Como revela Ben-Shahar, «nuestra felicidad es fruto de una combinación de cinco componentes esenciales: el bienestar espiritual, el físico, el intelectual, el relacional y el emocional».
Hoy en THE OBJECTIVE nos centraremos en el bienestar intelectual, ya que es un prisma poco conocido a la par que interesante.
Cómo potenciar tu desarrollo intelectual para ser más feliz
Para empezar, ¿qué es el bienestar intelectual? Consiste en varios aspectos:
- Fomentar esa curiosidad innata e inquebrantable que todos tenemos que aprender.
- Se trata de la capacidad de ahondar en los asuntos, de ir al meollo de la cuestión, por puro placer y para agudizar el pensamiento.
- También radica en estar abiertos a cometer más errores. «Resulta paradójico que cuando aprendemos a aceptar los errores, cuando los reconocemos como algo vital en lugar de algo que hay que temer o rechazar, entonces estamos listos para alcanzar nuevas cotas».
Uno de los primeros pasos que hemos dar para potenciar nuestro desarrollo intelectual es reavivar nuestro amor por el aprendizaje. «Lo que deberías preguntarte no es si te gusta aprender, sino qué y cómo te gustaría aprender. Tal vez te sientas inclinado a explorar el mundo de los números y los símbolos mientras que otra persona se siente más atraída por el arte y la música; quizás te pique la curiosidad por los orígenes de la humanidad y la evolución, o tal vez por la noche no consigas dormir preguntándote cuál es el significado y la finalidad de todo ello; hay quienes se sienten fascinados por la psicología humana y otros, por la fisiología animal».
Por suerte, «el mundo es tan rico y polifacético que no nos faltan posibilidades en las que sumergirnos y aprender. Además de dejar a un lado la falsa creencia de que tal vez tu llama de la curiosidad se haya extinguido por completo, otra posibilidad para reavivar la pasión por aprender es fingir hasta que lo consigas».
Las bondades del aprendizaje profundo
«El aprendizaje profundo puede ser fuente de muchísima alegría y placer. Cuando estaba en el instituto tuve que leer Crimen y castigo. Lo leí, pero no lo disfruté. Además, leí el resumen que encontré en la guía de estudio Cliff’s Notes (no se lo digas a mi profesor de Literatura inglesa), donde te explican todo lo que necesitas saber para sacar una buena nota en un examen sobre el libro», asegura Ben-Shahar.
Más tarde, volvió a leer a Dostoyevski sin plazos de entrega y lo disfrutó. «Cuando lo leo, me deleito en el placer de contemplar la brillante mente de Dostoyevski, de visitar el San Petersburgo del siglo XIX y de reflexionar sobre la naturaleza de nuestra conciencia moral. No tengo ninguna prisa; dispongo de un montón de tiempo para aprender, crecer, saborear y apreciar. Me acuerdo de las palabras de Henry David Thoreau, escritas más o menos al mismo tiempo que Crimen y castigo: ‘La vida es demasiado corta para ir con prisas’».
Dejar a un lado el móvil y leer un libro
Para potenciar el desarrollo intelectual, el profesor nos apremia a que dejemos a un lado el móvil y cojamos un libro. Parece algo básico, pero muchas veces necesitamos que alguien nos lo recuerde.
«De hecho, te insto a que te comprometas a leer un libro ambicioso que te vaya a llevar tiempo. La catedrática de Inglés Marjorie Garber es una experta en Shakespeare y lleva décadas leyendo e impartiendo clases sobre este autor; y sin embargo, según ella misma dice, cada vez que lo lee descubre algo que no había entendido o interiorizado antes. Esto es lo que la buena literatura nos ofrece», escribe.
«Hazte con ese libro que siempre has querido abordar, quizás hasta ya lo tengas en tu librería, y léelo. Y luego, vuelve a leerlo. Estúdialo de nuevo a un nivel aún más profundo»
Así que nos propone una cosa: «Hazte con ese libro que siempre has querido abordar, quizás hasta ya lo tengas en tu librería, y léelo. Y luego, vuelve a leerlo. Estúdialo de nuevo a un nivel aún más profundo. No sé cuántas veces he leído el Dào Dé Jīng, de Lao-Tse, Middlemarch, de Mary Ann Evans [George Eliot] o Ética a Nicómano, de Aristóteles. Cada vez que leo uno de estos libros, el efecto que tiene en mi vida es muy profundo; comprendo mejor — y aprecio más— el libro, pero también el mundo y a mí mismo. Estos libros eternos suponen para mí un ancla que me estabiliza, en especial en los momentos difíciles».
Ben-Shahar afirma que la curiosidad y el aprendizaje profundo van de la mano, pues nutren nuestro bienestar intelectual y, por extensión, nuestra felicidad.
«Cuando te sumerjas una y otra vez en el libro que has escogido, intenta hacerlo como si fuera la primera vez; esta actitud se conoce como la ‘mente del principiante’. Es una especie de conciencia plena activa que, a menudo, se relaciona con la meditación. La característica fundamental de la mente del principiante es la curiosidad. El maestro del zen Shunryu Suzuki dice: ‘En la mente del principiante hay muchas posibilidades; pero en la del experto hay pocas’».
Aceptar las equivocaciones para ser más felices
Por último, el experto nos invita a aceptar los fallos que cometamos en el futuro. «Hay otras dos cosas que espero que te ocurran cuando cultives tu bienestar intelectual, cuando te sumerjas con curiosidad en los tesoros de la vida. Lo primero, que te equivoques más a menudo; sinceramente, creo que no te equivocas lo suficiente».
Y lo segundo, «que aceptes las equivocaciones. Muy pocos de nosotros somos conscientes de la importancia de los fracasos para el éxito y la felicidad».
Tal Ben-Shahar es profesor de Psicología Positiva en la Universidad de Harvard. Es articulista habitual en distintos medios de comunicación, consultor y conferenciante sobre temas de psicología positiva y liderazgo en todo el mundo. Asimismo, es cofundador y director de aprendizaje de Potentialife, una organización de desarrollo de liderazgo. Ha publicado varios libros, entre los que destacan Elige la vida que quieres (Alienta, 2014), La búsqueda de la felicidad (Alienta, 2011) y Ganar felicidad (RBA, 2008).