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¿Por qué nos da más pereza todo en invierno?

En esta temporada, cuando hay menos horas de luz, nuestro cuerpo produce más melatonina y reduce la serotonina

¿Por qué nos da más pereza todo en invierno?

Mujer cansada | Pixabay

En este periodo del año, cuando la luz del día es limitada, nuestro cuerpo incrementa la liberación de melatonina (una hormona que favorece el sueño y la relajación) y reduce la producción de serotonina (que contribuye al bienestar emocional) y de vitamina D (importante para el sistema inmunológico y la salud mental).

Esto se refleja en un mayor cansancio, menor energía y un estado de ánimo menos positivo y más inestable, según explica Aída Rubio, psicóloga sanitaria y coordinadora del equipo de psicólogos de TherapyChat, en Excelsior

De hecho, las investigaciones señalan que en países con menos horas de luz, como los nórdicos, hay una mayor incidencia de trastornos del estado de ánimo.

No solo la cantidad de luz es importante, ya que estudios indican que las condiciones climáticas adversas también afectan el estado de ánimo. Por ejemplo, el viento puede provocar dolores de cabeza e irritabilidad, que a su vez pueden afectar nuestras relaciones con los demás.

La clave radica en no permitir que estas condiciones tengan un control total sobre nosotros

Se sabe que las condiciones invernales generan una mayor fatiga tanto física como emocional. El problema podría residir en agravar esta fatiga sin intentar encontrar alternativas para aliviarla.

En algunos casos, la apatía invernal puede evolucionar hacia una depresión estacional, también conocida como Trastorno Afectivo Estacional.

Generalmente, los síntomas tienden a manifestarse hacia el final del otoño y al inicio del invierno, disminuyendo cuando llegan los días soleados de primavera.

Síntomas de la apatía invernal

Inicialmente, son leves al comienzo de la temporada y se intensifican progresivamente a medida que avanza. Aunque es común experimentar exceso de sueño, aumento de peso y fatiga, también pueden surgir otros síntomas.

  • Estado de ánimo decaído o irritable
  • Cambios en el apetito
  • Alteración del sueño
  • Fatiga
  • Dificultades de concentración
  • Sensación de estar deprimido gran parte del día.
  • Pérdida de interés en actividades que siempre disfrutabas.
  • Sensación de estar perezoso o inquieto.
  • Tener la sensación de estar desesperanzado o ser inútil.

¿Cómo combatirla?

Una mujer siendo feliz
Una mujer siendo feliz. Gtres
  • Aprovecha la luz solar y come alimentos ricos en vitamina D y triptófano para regular tus biorritmos, que afectan a tu bienestar mental, físico y emocional. Abre persianas, sal al aire libre durante el día y añade a tu dieta pescados grasos, hígado, lácteos, huevos y cereales.
  • Acepta y normaliza tus emociones en lugar de suprimirlas o evitarlas. Exprésalas de diversas formas, evitando la impulsividad que podría afectarte a ti mismo o a tus relaciones.
  • Incorporar actividad física a tu rutina. No es necesario levantarse temprano para correr o ir al gimnasio antes del trabajo. Lo fundamental es mantener una práctica regular al aire libre, preferiblemente a la luz del día. Esto contribuirá a reducir el estrés, mejorar tu bienestar general y aprovechar la vitamina D proveniente de la exposición solar.
  • Establecer hábitos de sueño es clave. Dormir de 6 a 8 horas cada día es fundamental. Para lograrlo, es esencial intentar crear rutinas de sueño, yendo a la cama y despertándose a la misma hora todos los días. Esto permite mantener un patrón de sueño regular.
  • Fomenta el contacto social, ya sea en persona o virtualmente, para evitar problemas de salud mental. El apoyo de los demás puede marcar la diferencia.
  • Explora nuevas actividades. Busca desafíos y pasatiempos que te motiven y estimulen tu mente. Puedes retomar hábitos antiguos o descubrir nuevas aficiones que te mantengan entusiasmado.
  • Enfócate en lo que puedes cambiar y hacer para sentirte mejor en lugar de concentrarte en factores externos fuera de tu control, como el clima o las horas de luz. Busca alternativas creativas para mantener actividades que disfrutas.
  • Aumentar el tiempo al aire libre. Realiza actividades en compañía, toma unos días de descanso o simplemente da paseos, lee en un parque, etc. Esto te permitirá disfrutar de más luz natural y sentirte más animado.
  • Si la tristeza persiste o la falta de interés aumenta, considera buscar la ayuda de un psicólogo, especialmente si podría tratarse de una depresión estacional.
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