Anemia ferropénica: cuáles son sus síntomas y cómo prevenirla
Esta enfermedad se caracterizada por una disminución en la cantidad de glóbulos rojos o hemoglobina en la sangre
Analítica | Unsplash
La anemia ferropénica, también conocida como anemia por deficiencia de hierro, es la forma más común de anemia a nivel global. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 1.620 millones de personas en el mundo sufren de anemia, y de ellas, mil millones tienen anemia ferropénica.
Según Claudia Barra Velasco, médico interno residente de Medicina familiar y comunitaria, esta condición «ocurre cuando el cuerpo no cuenta con la cantidad suficiente de hierro necesario. El hierro es esencial para la formación de glóbulos rojos, los cuales son cruciales para transportar oxígeno desde los pulmones hasta los tejidos del cuerpo«.
Síntomas de la anemia ferropénica
Los síntomas de la anemia varían según su causa y gravedad. Puede ser tan leve que no presente síntomas inicialmente, pero estos eventualmente surgen y se intensifican a medida que la anemia se desarrolla.
» Como los glóbulos rojos son los que se encargan de transportar el oxígeno, si tenemos menor cantidad de glóbulos rojos, habrá menor transporte de oxígeno a los tejidos. Esto se traduce en una serie de síntomas, explica Barra.
- Cansancio.
- Debilidad.
- Falta de aire.
- Piel pálida o amarillenta.
- Mareos o aturdimiento.
- Dolor en el pecho.
- Manos y pies fríos.
- Dolores de cabeza.
- Fragilidad capilar y de uñas.
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¿Cómo prevenir la anemia?
Según la doctora Barra»Hay varios tipos de anemia, siendo la más conocida la anemia ferropénica, cuya causa más frecuente es la falta de aporte de hierro, por tanto lo fundamental sería reponer el hierro«. En los pacientes con esta anemia, los niveles de hemoglobina estarán reducidos, lo que puede resultar en una disminución en la capacidad de los glóbulos rojos para transportar oxígeno de manera eficiente, afectando así la oxigenación adecuada de los tejidos y órganos en el cuerpo.
«podemos prevenir esta situación con una alimentación variada y completa, incluyendo alimentos que sean ricos en hierro como por ejemplo: carnes rojas, legumbres, frutas y huevos. Además de una buena alimentación, si detectamos anemia, debemos tratarla con fármacos como sería hierro oral durante un tiempo y repetir de nuevo análisis para contrastar los niveles de hierro y hemoglobina y ver si hemos corregido esos niveles» confirma la doctora.
Pautas a seguir
- Evitar seguir dietas extremadamente bajas en calorías, a menos que sea necesario, ya que tienden a proporcionar bajos niveles de hierro.
- Incrementar la cantidad de alimentos ricos en hierro en la dieta, teniendo en cuenta que el hierro de origen animal se absorbe mejor que el de origen vegetal. Las carnes rojas, morcilla, hígado, mejillones y berberechos son ejemplos de fuentes abundantes de hierro de origen animal.
- Cuando se consume hierro de origen vegetal, es beneficioso combinarlo con componentes alimentarios ricos en vitamina C que mejoren su absorción. Por ejemplo, mezclar legumbres con kiwi o naranja.
- Separar al menos dos horas la ingesta de alimentos con alto contenido de hierro de origen vegetal de aquellos que contienen compuestos que reducen su absorción, como el té, el café y la leche.
- Una dieta adecuada puede prevenir la anemia ferropénica, pero si ya está presente, siempre se debe combinar con el tratamiento médico, que generalmente implica tomar suplementos de hierro por vía oral.
¿Por qué se produce este tipo de anemia?
- La pérdida considerable de sangre, como la causada por menstruaciones frecuentes o prolongadas en mujeres, o por hemorragias relacionadas con enfermedades como la enfermedad inflamatoria intestinal, puede generar anemia ferropénica.
- Una ingesta baja de hierro o dificultades en la absorción de este mineral también pueden contribuir a esta condición.
- El aumento de las necesidades de hierro, como durante períodos de crecimiento en niños y adolescentes, así como durante el embarazo, puede ser otro factor que contribuya a la anemia ferropénica.
