La ciencia confirma lo que tienes que hacer para aumentar la longevidad y calidad de vida
Debido al aumento de esperanza de vida cada vez son más los que se preocupan por un bienestar a largo plazo
En la vida, existen numerosas variables que escapan al control humano: accidentes, enfermedades y otros eventos imprevistos pueden surgir sin importar los esfuerzos individuales.
Sin embargo, hay aspectos que sí se pueden gestionar y fortalecer como ganar músculo, entrenar fuerza o la capacidad aeróbica. Y es que estos aspectos están completamente bajo el control de cada individuo y, lo que es más significativo, se ha evidenciado que su mejora tiene un impacto directo en la longevidad y la calidad de vida.
El deporte como estilo de vida
Uno de los principales anhelos de la humanidad es evitar la muerte prematura y prolongar la vida tanto como sea posible. Se sabe que mantener un estilo de vida equilibrado, feliz y saludable es fundamental para vivir más tiempo y con mayor bienestar.
Sin embargo, existen diversas interpretaciones sobre qué constituyen exactamente los ‘hábitos de vida saludables’.
En ocasiones, lo que se considera más importante puede no serlo tanto en realidad. Se comete el error de seguir ciegamente ciertos ‘patrones de oro’ o cantidades exactas.
Por ejemplo, durante años se ha creído que se debe caminar 10.000 pasos al día, a pesar de que la ciencia ha desmentido esta regla hace tiempo.
Algunos piensan que es suficiente moverse durante media hora al día, pero no es lo mismo dar unos pocos pasos que realizar ejercicio de alta intensidad.
Entonces ¿cuánto ejercicio físico es necesario?
En 2018, las Guías de Actividad Física de Estados Unidos fueron actualizadas para alinearse con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Ambas instituciones llegaron a la conclusión de que lo mejor es que se realicen entre 150 y 300 minutos de ejercicio aeróbico moderado cada semana, o alternativamente, de 75 a 150 minutos de actividad vigorosa e intensa.
Además un estudio publicado en la revista Circulation, revisada por la American Heart Association, indica que duplicar o incluso cuadruplicar los niveles de actividad física recomendados podría reducir el riesgo de mortalidad hasta en un 30%.
Esto es lo que dicen otros estudios
Dong Hoon Lee, investigador asociado en el Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública TH Chan de la Universidad de Harvard, estudió el impacto significativo que el ejercicio físico puede tener en la salud.
Durante la investigación planteó incertidumbres sobre si realizar grandes cantidades de actividad física prolongada y de intensidad moderada o vigorosa sería beneficioso a largo plazo o incluso podría tener efectos perjudiciales.
Para obtener respuestas, Lee y su equipo analizaron datos de mortalidad y registros médicos de más de 100.000 adultos, utilizando información de dos importantes estudios prospectivos: el Estudio de Salud de Enfermeras y el Estudio de Profesionales de la Salud.
Este análisis abarcó un período de 30 años, desde 1988 hasta 2018, proporcionando una amplia gama de datos para su evaluación.
De la muestra analizada, el 63% eran mujeres y más del 96% eran de raza blanca, con una edad promedio de 66 años y un IMC promedio de 26 (dentro del rango normal).
Los participantes reportaron su actividad física en su tiempo libre cada dos años a través de un cuestionario validado, que incluía preguntas sobre su salud, enfermedades, antecedentes familiares, hábitos de tabaco y alcohol, así como la frecuencia y tipo de ejercicio.
Las cifras sobre la cantidad de ejercicio realizada se expresaron como el tiempo promedio semanal dedicado a la actividad física en el año anterior.
Se consideró actividad moderada aquella como caminar, realizar ejercicios de baja intensidad, levantamiento de pesas y calistenia, mientras que la actividad vigorosa incluyó correr, nadar, andar en bicicleta y otros ejercicios aeróbicos.
Los resultados de la investigación indicaron que hacer el doble de ejercicio moderado o vigoroso de lo recomendado semanalmente fue lo que más contribuyó a reducir la mortalidad.