Degeneración macular: qué es, por qué aparece y cómo combatirla a partir de los 50 años
La guerra por la salud oftalmológica en la madurez abre muchos frentes, incluso en personas con buena vista
La visión es uno de los sentidos que más impacta nuestra calidad de vida. La capacidad de ver no solo nos permite interactuar con nuestro entorno de manera efectiva, sino que también influye en nuestra independencia y bienestar emocional. A medida que la esperanza de vida aumenta, también lo hace la prevalencia de enfermedades visuales crónicas. De esta manera, la salud oftalmológica debe ser una preocupación creciente para todos. Especialmente para la población envejecida, como sucede en el caso de la degeneración macular. Mantener una buena salud ocular es crucial para preservar la capacidad visual y, por ende, una buena calidad de vida a medida que envejecemos.
El aumento en las patologías oftalmológicas puede atribuirse a varios factores. Primero, el envejecimiento de la población mundial lleva a un incremento en enfermedades relacionadas con la edad, como la catarata, el glaucoma y la degeneración macular. Segundo, el estilo de vida moderno también juega un papel significativo; la exposición prolongada a pantallas y la contaminación ambiental contribuyen a problemas oculares.
Además, enfermedades sistémicas como la diabetes están en aumento y tienen un impacto directo en la salud ocular. Estos factores combinados explican por qué las enfermedades oculares están en aumento y por qué es importante tomar medidas preventivas para patologías como la degeneración macular, de la que hoy hablamos en THE OBJECTIVE.
Qué es la degeneración macular
La degeneración macular, específicamente la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), es una enfermedad ocular que afecta principalmente a individuos mayores de 50 años. Esta condición impacta la mácula, una pequeña parte del centro de la retina responsable de la visión central y detallada. Hay dos tipos principales de DMAE: seca o atrófica y húmeda o exudativa.
La forma seca es la más común. Se caracteriza por el adelgazamiento de la mácula y la acumulación de drusas, pequeños depósitos de residuos, como explican en MSD Manuals. La forma húmeda, aunque menos común, es más grave y ocurre cuando nuevos vasos sanguíneos crecen bajo la retina. Lo cual puede llevar a sangrados y daños rápidos en la visión. Además, parte de las malas noticias está en que una vez que se desarrolla la DMAE en un ojo, es muy probable que también suceda con el otro ojo en los próximos cinco años, como explican varios estudios.
Cuáles son sus síntomas y cuáles son sus causas
Los síntomas de la degeneración macular pueden variar. Generalmente incluyen una disminución en la claridad de la visión central, lo que es crucial para actividades como leer, conducir y reconocer caras. Otros síntomas incluyen la aparición de áreas borrosas en el centro del campo visual. Asdistorsión de líneas rectas y, en casos avanzados, un punto ciego en el centro de la visión. Estos síntomas tienden a desarrollarse gradualmente en la DMAE seca y pueden ser más abruptos en la forma húmeda debido a sangrados o acumulación de fluido bajo la retina. Además, las personas que sufren DMAE seca tienen mayores probabilidades de desarrollar DMAE húmeda con el paso de los años.
La causa exacta de la degeneración macular es multifactorial, involucrando tanto genética como factores ambientales. Factores de riesgo incluyen la edad, antecedentes familiares de DMAE, tabaquismo, obesidad, hipertensión, y exposición prolongada a la luz UV. El tabaquismo, en particular, es conocido por duplicar el riesgo de desarrollar DMAE, posiblemente debido a los efectos oxidativos de los compuestos del humo en la retina.
¿Se puede prevenir?
La respuesta corta es no. La respuesta larga es no. Pero se pueden introducir ciertas estrategias pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar esta condición o a ralentizar su progresión. La protección solar, como usar gafas de sol con protección contra rayos UV para minimizar el daño solar directo en los ojos es una de ellas. También el no fumar o tomar medidas para dejar el hábito. Como es lógico, consumir una dieta rica en frutas y verduras vendría bien. Especialmente aquellas que contienen altos niveles de antioxidantes y carotenoides, como espinacas, kale y zanahorias, ayudaría.
En ciertos casos, los suplementos de vitaminas y minerales recomendados por un oftalmólogo pueden ser beneficiosos. No obstante, conviene realizar exámenes oculares regulares, especialmente después de los 50 años, para detectar signos tempranos de DMAE y otras patologías oculares. En conclusión, la degeneración macular es una enfermedad que requiere atención tanto preventiva como terapéutica. Comprender sus síntomas, causas y métodos de prevención es clave para mantener la salud ocular y, por ende, una buena calidad de vida a medida que envejecemos.