Ojo vago en adultos: por qué aparece y cómo remediarlo

Puede que pensemos en aquellos momentos de la infancia, con niños convertidos en improvisados piratas con su parche, pero el ojo vago en adultos también se produce. Aunque suele identificarse como algo frecuente en menores, la realidad en la edad adulta de esta complicación visual también es patente.

Si bien es cierto que la prevalencia en los menores oscila entre el 2% y el 7% de la población infantil, el ojo vago en adultos se puede replicar más allá de los 18 años. Conocida popularmente como ojo vago, aunque el término clínico es el de ambliopía, esta alteración visual puede tener más consecuencias de las que podemos imaginar. Algunas de ellas, incluso, pueden devenir por hábitos como leer mal, como ya te explicamos en THE OBJECTIVE.

Por fortuna, el ojo vago en adultos se puede corregir, pero también conviene comprender por qué se produce. También conviene saber qué es a ciencia cierta y, sobre todo, tener claro que es una alteración visual corregible, aunque no es operable. Por fortuna, hay tratamientos y fórmulas no invasivas que permiten recuperar la agudeza visual de ese ojo vago.

Qué es el ojo vago en adultos

Como en el caso de los menores, el ojo vago en adultos no deja de ser una pérdida de la agudeza visual en uno de los ojos. Hay casos en los que se puede producir en ambos globos oculares al mismo tiempo, pero no es frecuente. Las causas por las que puede aparecer el ojo vago son de lo más variadas, razón por la que conviene entender esos motivos. En resumen, el ojo vago surge cuando las vías neurales que están entre los ojos y el cerebro no han alcanzado un desarrollo correcto.

En este caso, hay motivaciones que son bastante evidentes y que pueden ser arrastradas desde hace tiempo. Es lo que sucedería con el estrabismo o también con la anisometropía. Este concepto, a pesar de la rareza del nombre, es más o menos recurrente y significa que hay una diferencia sustancial de dioptrías entre un ojo y otro. Además, el ojo vago en adultos también puede darse cuando la persona que lo sufre necesita una alta graduación para corregir sus defectos de visión.

Sin embargo, en personas que no habían sufrido problemas de refracción como la miopía también puede aparecer el ojo vago. O en personas que no padecen estrabismo. En este caso, el ojo vago en adultos también se puede relacionar con traumatismos oculares que desemboquen en esta alteración visual. No obstante, la primera causa de su aparición es el estrabismo, seguido de los defectos de la refracción.

Cómo se identifica el ojo vago en adultos

En personas que no tienen problemas de refracción como la miopía o la hipermetropía puede ser más fácil comprender el ojo vago. No obstante, hay pistas que ayudan en cualquier caso a comprender la situación. Visión poco definida con uno de los ojos, complicaciones en el enfoque o percepción de la profundidad son habituales en este caso.

También se entiende con otra serie de dificultades como la percepción de las tres dimensiones, en la percepción del color e incluso en el movimiento de los objetos. En resumen, el ojo vago en adultos no deja de ser una alteración de la agudeza visual. El problema llega cuando se puede solapar con otros problemas de visión como la miopía, la hipermetropía e incluso la presbicia, haciendo más complicado el diagnóstico.

Cómo se trata el ojo vago en adultos

Una vez identificado el problema con un oftalmólogo, la corrección del ojo vago en adultos no es complicada. Lo más habitual es que se recurra a la colocación de lentes de contacto o gafas con la graduación apropiada. Con ello se consigue formar imágenes nítidas sin que el cerebro deba crear imágenes distorsionadas.

Aunque también hay ciertos ejercicios oculares para que el ojo trabaje mejor, lo cierto es que no son la solución definitiva al problema. Por contra, el ojo vago en adultos no se corrige de la misma manera que en los menores, donde a veces es suficiente con cubrir el ojo fuerte con un parche durante un período de tiempo, como explican desde Oftalvist.

El método de corrección por el que se suele optar en la edad adulta, son las lentes de contacto o gafas con una graduación apropiada en cada ojo. De esta manera se ayuda a la correcta formación de la imagen sin que el cerebro acabe formando imágenes distorsionadas. También existen ejercicios para los ojos que ayudan al ojo vago a trabajar mejor, pero no solucionan el problema.

De un modo parecido, conviene comprender que no hay una cirugía específica para la ambliopía. Eso no quita que, si su origen está en el estrabismo o en las cataratas, puede que una cirugía que corrija esta situación permita acabar con el ojo vago en adultos.