¿Te ha cambiado el sabor de los alimentos? Puede ser por alguna de estas causas

Que te haya cambiado el sabor de los alimentos, incluso en comida que antes te gustaba, puede ser más habitual de lo que pensamos. El humano es, en términos totales, el único ser vivo que come simplemente por el placer de comer. Una suerte de regodeo que va mucho más allá de la nutrición y donde, como es lógico, comemos también simplemente por cuestiones gustativas.

Esto no significa que los animales no coman también algunos alimentos en detrimento de otros. Sin embargo, lo más habitual en la naturaleza es que los animales elijan determinados alimentos. En este caso, ellos lo suelen hacer no simplemente por razones gustativas, sino por patrones nutricionales, haciendo que elijan antes un producto u otro.

Sin embargo, volviendo al ser humano, conviene saber que no todos los alimentos nos van a saber igual todo el tiempo. No hablamos ya de que los gustos evolucionan y los paladares maduran, permitiendo que nos gusten más unos sabores u otros con el tiempo. Esto es evidente que sucede, pues en la infancia solemos preferir sabores más dulces y, a medida que crecemos, toleramos mejor gustos como el amargo o como el ácido.

No obstante, hay realidades que cambian el sabor de los alimentos y en muchas ocasiones tienen que ver con enfermedades o con determinadas situaciones que lo condicionan. También incluso tienen que ver con la propia edad, tal y como indica este estudio. Sabemos que nuestra forma de saborear y distinguir los cuatro sabores está en la lengua y en las papilas gustativas. Ellas se encargan de identificar dulce, salado, ácido y amargo, así como el denominado umami o quinto sabor.

Cómo entender el sentido del gusto

Hay determinados trastornos del gusto que van a venir condicionados por el envejecimiento. Por mal que nos pese, las papilas gustativas no dejan de ser un tejido vivo que necesita regenerarse constantemente. Cuanto más mayores nos hacemos, peor es la regeneración celular, incluyendo el sentido del gusto. Por este motivo, es habitual que las personas mayores no perciban con la misma claridad los sabores que personas más jóvenes. Justificación para comprender cómo cambia el sabor de los alimentos.

Se estima que tenemos alrededor de 10.000 papilas gustativas que se encuentran en la lengua. Sin embargo, no nos importan sólo ellas. También son relevantes las células gustativas que se encuentran en el resto de la boca o la garganta. No obstante, parte de nuestro sentido del gusto también está más que influenciado por la nariz. De hecho, una forma fácil de comprobar su importancia es taparse la nariz al comer, donde notamos cómo se pierden un sinfín de matices.

Lo que también sabemos es que a partir de los 50 años comenzamos a perder papilas gustativas, pues no se regeneran al mismo ritmo las células que las conforman. Por eso saboreamos menos los alimentos. A ello hay que sumar la presencia de terminaciones nerviosas que también nos permiten ‘interpretar’ lo que se denomina como sentido químico común. La conjunción de gusto, olfato y sistema neurológico es la responsable, por ejemplo, de que sintamos sensaciones de calor, frío, picor o textura, por poner varios ejemplos, al comer. Algo que explican en esta investigación sobre cómo se liberan los sabores y sus sensaciones.

Por qué te ha cambiado el sabor de algunos alimentos

A cualquier edad, una de las razones más habituales de por qué dejamos de percibir el sabor de algunos alimentos viene marcada por problemas olfativos. El ejemplo de un catarro o una gripe, o de temperaturas muy bajas, nos demuestra esa importancia de la nariz a la hora de comer. Por este motivo, los olores no consiguen llegar a las células sensoriales de la nariz, que no consiguen ser estimulados. Por este motivo, es frecuente que la comida cuando estamos en esta situación nos parezca sosa o poco sabrosa.

Sin embargo, hay más razones para entender por qué cambia el sabor de los alimentos. Algunas razones se vinculan a trastornos del gusto, aunque esto no es frecuente. Es lo que sucede con la ageusia, que es la incapacidad de detectar sabores. Patología que, por cierto, era una de las más habituales dentro de la sintomatología del covid-19. Parecida es la hipogeusia, solo que en este caso lo que sucede es que creemos notar menos determinados sabores. Aparte, también existe la disgeusia, que es una sensación de tener permanentemente un sabor desagradable en la boca. En cualquier caso, estos tres trastornos no son muy frecuentes.

Lo que sí puede ser más frecuente son otras causas por las que nos cambia el sabor de los alimentos. En personas sometidas a radioterapia, especialmente en los tratamientos contra el cáncer de cuello o de cabeza, es habitual perder capacidad gustativa. También las lesiones cerebrales, ya que la interpretación del sabor depende de esas señales que llegan al cerebro, influirían. Algo que también puede suceder tras cirugías otorrinolaringológicas. Por último, también es habitual que nos haya cambiado el sabor de determinados alimentos cuando estamos muy expuestos a productos químicos especialmente agresivos.

La salud dental, una causa más en estas modificaciones

Como curiosidad, una de las razones más habituales por las que nos cambia el sabor de los alimentos es la que deriva de la mala higiene bucal o de problemas dentales como ausencia de piezas. Estos vacíos en la cavidad bucal suelen ir aparejados de xerostomía y de halitosis, el mal aliento del que ya te hablamos en THE OBJECTIVE, y que también alteran la forma en la que percibimos los sabores.