¿La falta de sueño te puede hacer engordar?
Los expertos sugieren que dormir poco o tener un sueño de mala calidad puede influir en los hábitos alimenticios
No dormir lo suficiente o tener una mala calidad de sueño se ha asociado con el aumento de peso. Y es que numerosos estudios han demostrado que la calidad y la duración del sueño juegan un papel crucial en la regulación del peso corporal y el metabolismo.
Esta conexión se profundiza aún más con investigaciones recientes que utilizan tecnología avanzada para analizar cómo los patrones de sueño afectan directamente al índice de masa corporal (IMC) y la salud en general.
Entender el porqué ocurre esto nos ayuda a comprender mejor cómo un sueño adecuado puede ser crucial no solo para descansar, sino también para mantener un peso saludable.
Esto es lo que dice un estudio
Una nueva investigación, publicada en la revista científica JAMA Internal Medicine, utilizó pulseras de actividad, smartphones y smartwatches para reducir el margen de error a la respuesta de sí, dormir poco y mal hace qué engordemos.
Los resultados, obtenidos de una muestra de 120.000 personas durante un máximo de dos años, revelaron que la duración y los patrones de sueño varían significativamente entre individuos.
Sin embargo, la principal conclusión es que las personas con un índice de masa corporal de 30 o más, consideradas obesas, tenían duraciones de sueño ligeramente más cortas y patrones de sueño más irregulares.
La diferencia no fue muy grande: las personas con obesidad durmieron 15 minutos menos en comparación con aquellas de menor peso.
El estudio, como reconocen los propios investigadores, tiene varias limitaciones: no se consideraron las siestas, otras posibles enfermedades no fueron incluidas, y los usuarios de los dispositivos de rastreo portátil suelen ser más jóvenes, más saludables y de un estatus socioeconómico más alto que los que no usan estos dispositivos.
A pesar de estas limitaciones, una ventaja importante del estudio es la monitorización a largo plazo de dos años, lo que corroboró investigaciones previas y «no fue sorprendente», según Raj Dasgupta, director asociado del programa de Medicina del Sueño de la University of Southern California (Estados Unidos). «Estos hallazgos respaldan aún más la idea de que los patrones de sueño están relacionados con el manejo del peso y la salud en general«, añadió en declaraciones a CNN.
¿Por qué dormir poco y mal engorda?
La falta de sueño afecta profundamente la regulación hormonal relacionada con el apetito y el metabolismo.
La investigación muestra que la grelina, una hormona que estimula el hambre, aumenta cuando se duerme poco, mientras que la leptina, que suprime el apetito, disminuye significativamente.
Además, el sistema endocannabinoide del cuerpo, que regula los impulsos de consumir alimentos altos en grasas y calorías, también se ve afectado.
La neurocientífica Erin Hanlon, de la Universidad de Chicago, explica que cuando se priva de sueño, no se antojan alimentos saludables como zanahorias, sino que se tienen deseos de alimentos dulces, salados y con almidón como papas fritas, galletas y caramelos.
Dormir menos de siete a diez horas por noche, dependiendo de la edad, se ha asociado en diversos estudios con problemas como presión arterial alta, sistema inmunológico debilitado, aumento de peso, disminución de la libido, cambios de humor, paranoia, depresión, y un mayor riesgo de enfermedades como diabetes, enfermedades cardiovasculares, demencia y algunos tipos de cáncer.
La importancia de un buen descanso
Un buen descanso no solo es vital para sentirse renovado y alerta durante el día, sino que también tiene un profundo impacto en la salud física y mental a largo plazo.
La calidad y la cantidad de sueño que una persona recibe cada noche están estrechamente relacionadas con una serie de funciones corporales y procesos biológicos fundamentales:
- Salud física: dormir adecuadamente promueve la salud física al permitir la recuperación muscular, fortalecer el sistema inmunológico y regular el metabolismo.
- Salud mental: un sueño de calidad es crucial para mantener la salud mental, mejorando el estado de ánimo, reduciendo el estrés y ayudando a manejar mejor las emociones.
- Funciones cognitivas: durante el sueño, se consolida la memoria y se mejora la capacidad de concentración, aprendizaje y toma de decisiones.
- Regulación hormonal: el descanso adecuado regula hormonas clave como la grelina y la leptina, que controlan el apetito y el peso corporal.
- Prevención de enfermedades: la falta de sueño se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y obesidad.
- Bienestar general: un buen descanso contribuye significativamente al bienestar general, aumentando la calidad de vida y la capacidad para enfrentar los desafíos diarios.
- Productividad y rendimiento: las personas que descansan bien suelen ser más productivas, creativas y tienen mejor rendimiento en el trabajo y en actividades cotidianas.