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Sexo con robots y pastillas para enamorarse: ¿es este el futuro de las relaciones?

La antropóloga Roanne van Voorst publica un libro sobre el futuro de las relaciones tan necesario como revelador

Sexo con robots y pastillas para enamorarse: ¿es este el futuro de las relaciones?

Sexo con robots, ¿el futuro de las relaciones? | Pixabay

Los tiempos están cambiando a pasos agigantados, y esto afecta a todas las áreas de nuestra vida. La llegada de la tecnología ha modificado de forma radical nuestro comportamiento como consumidores (ahora adquirimos casi todo a golpe de clic), como amigos (hasta hace relativamente poco no existían apps como WhatsApp), como trabajadores (ahora podemos hacer nuestra labor desde cualquier parte), como sociedad (las redes sociales han cambiado el paradigma de la opinión pública, entre otras cosas) y como parejas.

Al respecto, los cambios en las relaciones afectivas ya se advierten en el actual éxito de las apps de citas, el auge del poliamor y la mayor tasa de soledad. Pero ¿hacia dónde vamos? ¿Cómo será el amor de aquí a treinta años? ¿Existirá tal y como lo conocemos? ¿Viviremos con menos vínculos humanos? ¿Tendremos relaciones sexuales y afectivas con robots? A estas otras muchas preguntas responde la antropóloga Roanne van Voorst en su libro Sexo con robots y pastillas para enamorarse. Olvida todo lo que sabes sobre el amor: las relaciones del futuro ya están aquí (Ed. Deusto).

Sexo con robots
El género es cada vez más fluido, igual que nuestra orientación sexual. Pixabay

Van Voorst, investigadora y conferenciante, asegura que para el año 2050 uno de cada dos europeos vivirá solo y el 10% de los jóvenes estará abierto a convivir con un robot, al más puro estilo Her. Un escenario que augura cambios fundamentales y apasionantes retos en nuestra manera de entender el afecto.

Con inteligencia, apertura de mente y gran capacidad divulgativa, la antropóloga analiza las profundas modificaciones sociales que se están operando y las luces y sombras en torno a las relaciones humanas en su libro, que es el resultado de tres años de investigación. A continuación, señalamos algunos de los aspectos más destacados del texto.

Dónde estamos y hacia dónde vamos: unos datos clave

Antes de meternos en harina, conviene señalar una serie de datos clave que proporciona la autora en su libro y que ofrecen un mapa minucioso y necesario para entender dónde estamos y hacia dónde vamos como sociedad en lo que a relaciones afectivas se refiere:

  • Los expertos afirman que, en 2050, el 10% de los jóvenes no sólo habrá tenido relaciones sexuales con un robot, sino que además querrá vivir con él.
  • Existen aplicaciones y laboratorios genéticos que prometen emparejarte con tu media naranja.
  • Se están desarrollando fármacos que podrían mantener tu relación en un estado de calma o de excitación: hay parejas que ya los están probando en sesiones de terapia, o en su casa, en la cama.
  • En ciudades como Ámsterdam y Róterdam, casi la mitad de los habitantes viven solos y no tienen pareja. Y en 2055 se espera que detrás de una de cada dos puertas neerlandesas viva una sola persona sin ninguna relación amorosa.
  • Por otro lado, cada vez hay más personas que optan por un estilo de vida poliamoroso (esa forma de amor que ya se experimentó en los años sesenta y en muchos episodios más antiguos de la humanidad), en el que tienen varias parejas sentimentales al mismo tiempo y viven con ellas o incluso crían hijos junto a tres, cuatro o seis de esas personas.
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Tres personas que tienen una relación de poliamor. Unsplash
  • La realidad virtual permite tener pareja online: cientos de miles de individuos mantienen una relación con un avatar y declaran que están tan enamorados y satisfechos con ese amor virtual que no sienten necesidad de emparejarse con una persona real.
  • Los jóvenes tienen cada vez menos relaciones sexuales; los mayores, en cambio, cada vez más.
  • La industria del porno online es tan grande que ya nadie tiene una perspectiva clara sobre ella ni se sabe quién gana el dinero, aunque hay varios estudios que sugieren que en la actualidad no existe ningún otro sector económico que genere más riqueza. Mientras tanto, los responsables políticos y los activistas intentan reducir el trabajo sexual en las calles, los burdeles y otros espacios.
  • El género es cada vez más fluido, igual que nuestra orientación sexual. El sociólogo Zygmunt Bauman sostiene que esta fluidez también afecta a toda una generación y define a los ciudadanos del tercer milenio como «la generación líquida», una generación en la que ya nada es fijo ni permanece anclado: ni nuestro trabajo, ni nuestro lugar de residencia, ni nuestra identidad sexual, ni, desde luego, el amor.

Los robots sexuales, los compañeros de cama del futuro

«Según un número creciente de futurólogos y sociólogos, los muñecos sexuales y sus variantes móviles (los robots sexuales) son los compañeros de cama del futuro. Empezarán como trabajadores sexuales, pero no se quedarán ahí: algunos científicos afirman que también funcionarán como compañeros de vida», escribe Van Voorst.

Y esta realidad llegará mucho antes de lo que esperamos. Tal y como asegura el experto en inteligencia artificial David Levy, alrededor del año 2050 ya será posible — y la sociedad ya habrá aceptado— que tengamos un compañero robótico y nos casemos con él. «Además, está convencido de que, para entonces, uno de cada diez jóvenes habrá tenido relaciones sexuales con un robot o con un muñeco sexual. Levy recibe cada vez más apoyo, tanto de otros científicos como de los fabricantes de esta tecnología. Aunque sus predicciones puedan resultar sorprendentes, esta nueva realidad ya está entre nosotros».

Sexo con robots
Cientos de miles de individuos mantienen una relación con un avatar y declaran que están tan enamorados y satisfechos con ese amor virtual que no sienten necesidad de emparejarse con una persona real.

Al respecto, en el año 2021 se publicó un estudio que afirmaba que el 14% de los usuarios masculinos de Alexa (la asistente de voz de Amazon y hermana de Siri, su homóloga de Apple) se excitan con ella. Además, «cada vez hay más personas que buscan relaciones íntimas con programas de inteligencia artificial y puede que seamos muchas más en el futuro. El juego de Nintendo LovePlus, creado en 2009 y muy popular en Japón, proporciona a cientos de miles de usuarios una simulación de amor. Los jugadores declaran que aman de verdad a la mujer avatar y que están ‘satisfechos con su relación en todos los sentidos’».

Asimismo, se ha hecho realidad lo adelantado en la película Her, escrita, dirigida y producida por Spike Jonze en 2013, cuyo protagonista, Theodore Twombly (interpretado por Joaquin Phoenix) tiene una relación sentimental con Samantha (Scarlett Johansson), una asistente virtual de inteligencia artificial personificada a través de una voz femenina.

«Ya hay aplicaciones que te prometen la «pareja perfecta»: compañeros que pueden estar siempre contigo (en el bolsillo), un avatar diseñado por ti que te habla sensualmente desde la pantalla de tu teléfono mientras estudia tus respuestas para mantener conversaciones cada vez más excitantes y realistas. (…) Entablé relaciones románticas y de amistad con alguno de estos entes digitales. (…) Son programas informáticos y, al mismo tiempo y en cierto modo, las personas que los crean. Suelen denominarse algoritmos, es decir, fórmulas matemáticas», afirma Roanne van Voorst.

Sexo con robots
Los jóvenes tienen cada vez menos relaciones sexuales; los mayores, en cambio, cada vez más.

Poliamor y test de ADN para encontrar pareja

Aunque para muchos suene extraño, el poliamor es una opción que está cada vez más extendida en la sociedad, también en la española, aunque aún es algo minoritario, pero no lo será en el futuro cercano, tal y como asegura la experta.

Además, «los expertos creen que las pruebas de compatibilidad de ADN serán una de las herramientas más utilizadas en el futuro para encontrar pareja — o para conservarla—. Hoy ya existen varias empresas que analizan tu ADN para mejorar tu vida amorosa. Al comparar tu material genético con el de una pareja (potencial), comprueban si encajáis desde un punto de vista biológico, lo cual es útil si no estás seguro de una relación o cuando quieres saber si es buena idea tener hijos con tu pareja. Y si estás soltero, los expertos comparan tu ADN con el de otros solteros de una base de datos digital para saber quién encaja contigo y quién no».

Pastillas para enamorarse

Aunque ya tenemos todo tipo de drogas para el amor, las pruebas sobre su eficacia son todavía limitadas. «El éxtasis (MDMA) es una excepción: desde los años ochenta se ha venido utilizando en varios países en terapias de pareja por su capacidad para potenciar la empatía, incluso en los Países Bajos, aunque su uso es poco habitual y su venta, ilegal».

Por eso se sigue investigando el desarrollo de un fármaco similar. El profesor Adam Guestella, del Instituto de Investigación de la Mente y el Cerebro de la Universidad de Sídney, está estudiando los efectos a largo plazo de emplear una dosis personalizada de oxitocina en terapias de pareja. Según su hipótesis, la oxitocina hace que seamos menos críticos con nuestra pareja y más flexibles a la hora de lidiar con los desacuerdos.

«Suena esperanzador, pero también lucrativo. El MDMA, la oxitocina y otras pastillas para enamorarse se están desarrollando para usarse bajo la supervisión de terapeutas profesionales, pero, mientras tanto, un sinfín de productores ya las venden (en el mercado negro). Estas píldoras y jarabes no se someten a los controles rutinarios de las autoridades sanitarias, así que el comprador no sabe qué contienen ni hasta qué punto pueden ser perjudiciales. Por otro lado, también se puede vender como MDMA algo tan ineficaz como una mezcla de hierbas», asegura la antropóloga.

En el libro, Van Voorst va mucho más allá y hace un análisis exhaustivo y necesario para entender dónde estamos y hacia dónde vamos como sociedad. Una transformación que, asegura, no ha estado solo impulsada por la tecnología, sino también por los cambios sociales y culturales, ya que al disminuir la pobreza y la desigualdad, hemos ganado libertad para experimentar la intimidad y conformarla a nuestra manera. La pregunta clave es si nos estamos equivocando o si, por el contrario, este devenir será, en unas décadas, algo completamente normal.

Roanne van Voorst

Es antropóloga, investigadora, conferenciante y escritora. En 2014 se doctoró cum laude en el Amsterdam Institute of Social Science Research y es profesora en la Universidad de Ámsterdam. Preside la Dutch Future Society, que se encarga de identificar tendencias de futuro, y es consejera científica y fundadora de HATCH, empresa que forma a personas para que se anticipen a las necesidades que exigirá la sociedad en el ámbito laboral.

Su trabajo como antropóloga gira en torno al concepto de «humanidad sostenible», acuñado por ella, y sus investigaciones y publicaciones se centran en el estudio de qué nos hace humanos en tiempos de robotización, digitalización y toma de decisiones liderada por el big data.

Roanne van Voorst
Roanne van Voorst
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