Soledad y pesadillas: por qué las personas solitarias sufren más por las noches
A lo ya apuntado previamente, una nueva investigación añade más problemas asociados a estar solo
Una mujer en la cama. | ©Freepik.
Las pesadillas son un fenómeno relativamente común que afecta a personas de todas las edades. Estos sueños angustiantes, que a menudo provocan un despertar abrupto, pueden ser ocasionales o recurrentes. Para algunas personas, las pesadillas son simplemente una molestia ocasional, mientras que para otras, son una fuente significativa de estrés y ansiedad. La frecuencia y la intensidad de las pesadillas pueden variar según diferentes factores, como el estrés, los traumas previos o incluso la dieta. Algo de lo que ya te hablamos en THE OBJECTIVE.
Lo que muchos desconocen es que la soledad también puede ser un factor determinante en la aparición de pesadillas. Un estudio reciente de la Universidad de Arizona ha revelado que las personas que se sienten solas tienen una mayor tendencia a experimentar pesadillas. Este hallazgo ha añadido una nueva dimensión a la comprensión de cómo la soledad afecta nuestra salud mental. También pone aún más de relieve la importancia de abordar este problema. Una realidad que se ha visto exacerbada en tiempos recientes debido a la pandemia de COVID-19 y el aislamiento social que provocó.
El estudio sugiere que la soledad no solo afecta el estado emocional durante el día. Apunta del mismo modo a que tiene un impacto directo en la calidad del sueño. Las personas solitarias tienden a tener un sueño menos reparador y son más propensas a experimentar pesadillas frecuentes. Estas pesadillas no solo interrumpen el descanso, sino que también pueden perpetuar un ciclo de angustia y soledad, afectando negativamente el bienestar general de la persona.
Soledad y pesadillas: una relación que se retroalimenta
El estudio de la Universidad de Arizona, que ha sido clave para entender la relación entre soledad y pesadillas, involucró a más de 1.000 adultos. Los investigadores utilizaron cuestionarios para evaluar el nivel de soledad de los participantes, así como la frecuencia e intensidad de sus pesadillas. El análisis de los datos reveló una correlación significativa entre los niveles de soledad y la prevalencia de pesadillas. Aquellas personas que reportaron sentirse más solas también indicaron experimentar pesadillas más intensas y frecuentes.
Los resultados del estudio sugieren que la soledad puede amplificar las emociones negativas. Ello supondría un aumento de los sueños perturbadores durante la noche. Según los investigadores, las pesadillas podrían ser una respuesta del cerebro a la angustia emocional que provoca la soledad. En este sentido, las pesadillas no solo son un síntoma del malestar emocional, sino que también pueden contribuir a un ciclo de retroalimentación negativa, donde el mal sueño agrava la sensación de soledad y viceversa.
Una de las conclusiones más preocupantes del estudio es que las pesadillas pueden, a su vez, aumentar los sentimientos de aislamiento y desesperanza, creando un círculo vicioso. Las personas que sufren pesadillas recurrentes pueden tener miedo de dormir, lo que conduce a un descanso insuficiente y de mala calidad. Esto, combinado con la soledad, puede aumentar los niveles de ansiedad y depresión, empeorando la salud mental de la persona afectada.
Las consecuencias de la soledad para la salud
La soledad tiene profundas implicaciones tanto para la salud mental como para la física. Numerosos estudios han demostrado que las personas que experimentan soledad crónica tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos mentales como la depresión y la ansiedad. La soledad puede desencadenar un sentimiento de inutilidad y desesperanza, lo que a menudo lleva a un deterioro en la calidad de vida. Además, la soledad puede exacerbar otros problemas de salud mental, como el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y los trastornos del sueño, incluido el insomnio y las pesadillas, como se ha mencionado anteriormente.
Desde el punto de vista físico, la soledad también se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Algo que se avalaría con la hipertensión y con el debilitamiento del sistema inmunológico. Estudios han señalado que la soledad crónica puede provocar una respuesta inflamatoria en el cuerpo. De esta manera, aumentaría la susceptibilidad a enfermedades y prolongaría el tiempo de recuperación. Además, las personas solitarias tienen una mayor probabilidad de adoptar hábitos de vida poco saludables. Es el caso de la falta de ejercicio, una dieta desequilibrada o el consumo excesivo de alcohol o tabaco.
El impacto de la soledad en la salud es tan significativo que algunos expertos la han comparado con factores de riesgo más conocidos, como la obesidad y el tabaquismo. Según una revisión de la literatura científica, la soledad puede aumentar el riesgo de mortalidad prematura en un 26%, lo que pone de manifiesto la necesidad de abordar este problema de manera proactiva. Combatir la soledad no solo es crucial para mejorar la salud mental, sino también para prevenir una serie de enfermedades físicas que pueden tener consecuencias devastadoras a largo plazo.
