Cinco señales para saber si tienes una depresión encubierta
Esta situación puede afectar a cualquiera, incluso a quienes parecen llevar una vida normal y funcional
En la actualidad, muchas personas logran llevar una vida aparentemente normal, con trabajo, familia y relaciones sociales, mientras lidian con una depresión que no es fácil de detectar, ni siquiera para quienes los rodean.
Este tipo de depresión, conocida como depresión encubierta, se caracteriza por síntomas que pueden pasar desapercibidos o ser interpretados como simples cambios de ánimo.
¿Qué es exactamente la depresión encubierta?
En los últimos años, ha crecido la conciencia social sobre las enfermedades mentales, especialmente los trastornos del estado de ánimo, lo que ha facilitado el acceso a información para todos, no solo para los profesionales. Un ejemplo de ello es la depresión.
No hablamos de la expresión común estoy deprimido, que se suele usar para describir momentos de tristeza o bajón temporales, sino de algo más profundo.
Quienes padecen depresión experimentan una tristeza persistente, falta de motivación, irritabilidad, fatiga extrema y dificultades cognitivas, lo que impacta su vida diaria en todas sus áreas.
Algunas personas logran ocultar estos síntomas, lo que se conoce como depresión encubierta. Esta situación puede afectar a cualquiera, incluso a quienes parecen llevar una vida normal y funcional, con trabajo, familia y amigos.
Sin embargo, existen sutiles señales que pasan desapercibidas para los demás, haciendo que esta depresión sea más peligrosa, ya que al no ser visible, puede volverse crónica por la falta de apoyo y tratamiento.
¿Cuáles son sus síntomas?
Como su nombre lo sugiere, la depresión encubierta no es fácilmente visible. Es necesario prestar atención a ciertos detalles y conductas que se mantienen en el tiempo y que, para muchos, pueden pasar desapercibidos.
1. Pérdida de motivación
La pérdida de motivación es uno de los signos más comunes y preocupantes en personas que sufren de depresión, incluida la depresión encubierta.
Aquellas actividades que antes les brindaban placer, satisfacción o incluso una sensación de propósito, como practicar deportes, hobbies, pasar tiempo con amigos o participar en eventos sociales, comienzan a perder su atractivo. Esto no solo genera frustración, sino también una sensación de desconexión con su vida anterior.
En la búsqueda de recapturar ese sentido de bienestar o satisfacción, las personas con depresión encubierta suelen intentar mantenerse ocupadas, participando en nuevas actividades o explorando diferentes intereses.
Este esfuerzo, sin embargo, puede ser contraproducente, ya que la falta de placer y la incapacidad de sentir el mismo entusiasmo de antes les lleva a un ciclo de insatisfacción.
A menudo, prueban una cosa tras otra, como cambiar de hobbies o volcarse en nuevas responsabilidades laborales, con la esperanza de recuperar la motivación perdida. Sin embargo, al no obtener los resultados esperados, esto solo añade al agotamiento mental y emocional.
2. Enfocados en mantenerse ocupados
Para ellos, el trabajo, los deportes o las actividades con familiares y amigos son prioritarios, ya que les permiten evitar enfrentar sus emociones.
Mientras más ocupados estén, menos tiempo pasan siendo conscientes de los síntomas de la depresión, aunque estos sigan presentes.
Sin embargo, no pueden mantenerse en este papel constantemente, ya que les resulta agotador, por lo que suelen recurrir a excusas para buscar momentos de soledad sin preocupar a los demás.
3. Problemas con el sueño
Estos problemas de sueño pueden manifestarse de diversas maneras, desde el insomnio hasta una necesidad excesiva de dormir (hipersomnia), y suelen ser una señal clara de que algo está afectando su bienestar mental y físico.
- Insomnio: las personas con depresión encubierta a menudo tienen dificultades para conciliar el sueño al acostarse, ya que su mente se ve invadida por pensamientos negativos, preocupaciones o ansiedad que les impiden relajarse. Aun cuando logran dormir, pueden despertarse varias veces durante la noche o levantarse mucho antes de lo deseado, sintiéndose agotadas.
- Sueño no reparador: incluso cuando estas personas logran dormir por varias horas, a menudo se despiertan con la sensación de no haber descansado. El sueño no reparador es común en personas con trastornos del estado de ánimo, ya que la calidad del sueño se ve afectada por alteraciones en los patrones cerebrales.
- Hipersomnia: en el otro extremo, algunas personas con depresión encubierta pueden experimentar una necesidad excesiva de dormir, buscando refugio en el sueño para escapar de sus emociones. Aunque duerman más horas de lo habitual, siguen sintiéndose agotadas, ya que el sueño no les proporciona alivio.
4. Disponibilidad
Estas personas suelen mostrarse accesibles, siempre dispuestas a ayudar, escuchar y brindar apoyo. Si les preguntamos cómo están, siempre responden que están bien, sin mostrar preocupaciones.
Se enfocan más en los problemas de los demás que en los propios, evitando así ser el centro de atención y, de este modo, evitan que tanto ellos como su entorno se den cuenta de lo que realmente les sucede.
5. Cambios en la alimentación
El comer emocional se ha vuelto una expresión común. Estas personas pueden aumentar su ingesta de comida para intentar llenar un vacío emocional, lo que les da una satisfacción momentánea pero de corta duración. Esto puede llevarlos a un ciclo que, en algunos casos, puede derivar en un trastorno alimentario.