¿Quieres perder peso? Deja de hacer estas dos cosas ya
Cuando se quiere adelgazar, pocas personas son las que piensan como hacerlo de forma segura y consciente
Si estás buscando perder peso, seguramente ya has intentado diferentes dietas y rutinas de ejercicio, vamos, de todo.
Sin embargo, es posible que haya aspectos de tu estilo de vida que estén saboteando tus esfuerzos sin que te des cuenta. Y es que, a veces, pequeños hábitos diarios que parecen inofensivos pueden tener un gran impacto en tu capacidad para alcanzar tus objetivos.
¿Qué dos cosas no hay que hacer?
La pérdida de peso es un desafío que muchas personas enfrentan, y aunque la alimentación balanceada y el ejercicio son los pilares de este proceso, existen factores menos obvios que pueden sabotear tus esfuerzos.
Dos de los más importantes son la falta de sueño y la irregularidad en los horarios de las comidas. Ambos afectan directamente a los ritmos circadianos, que son los ciclos naturales del cuerpo encargados de regular funciones vitales como el sueño, el metabolismo y la digestión. Vamos a ver cómo estas dos prácticas influyen negativamente en tu peso.
1. No dormir lo suficiente
El sueño no solo es importante para tu descanso mental y físico, sino que juega un papel clave en la regulación de tu metabolismo.
Cuando no duermes lo suficiente, tu cuerpo se enfrenta a un desajuste en sus ritmos circadianos, lo que afecta negativamente los niveles de hormonas relacionadas con el apetito, como la leptina y la grelina.
- La grelina, conocida como la hormona del hambre, aumenta cuando no duermes lo necesario. Esto hace que sientas más hambre durante el día, sobre todo antojos de alimentos ricos en azúcares y grasas.
- La leptina, por otro lado, es la hormona que le dice a tu cerebro que ya estás lleno. Cuando no duermes lo suficiente, los niveles de leptina disminuyen, haciendo que sientas menos saciedad después de comer, lo que lleva a comer en exceso.
Además, dormir pocas horas también puede alterar tu sensibilidad a la insulina, lo que puede provocar una acumulación de grasa corporal, especialmente en la zona abdominal.
A largo plazo, esta resistencia a la insulina puede hacer más difícil perder peso, incluso si llevas una dieta estricta y haces ejercicio regularmente.
El déficit de sueño también tiene un impacto en tu nivel de energía. Sentirás más cansancio y falta de motivación para hacer ejercicio, lo que reduce tu capacidad para quemar calorías.
¿La solución? Prioriza el descanso
Si quieres perder peso, debes asegurarte de dormir al menos siete y ocho horas cada día. No solo te ayudará a tener más energía para entrenar y tomar decisiones alimentarias más saludables, sino que también mantendrá a raya los desajustes hormonales que te llevan a comer más de lo necesario.
2. No seguir horarios regulares de comidas
Muchas personas creen que lo más importante para perder peso es qué comes, pero cuándo comes también es clave. Los ritmos circadianos, que controlan el reloj interno de tu cuerpo, están diseñados para que ciertas funciones, como la digestión, se realicen en momentos específicos del día.
Cuando no sigues horarios regulares para las comidas, tu cuerpo entra en un estado de confusión metabólica. Esto significa que no sabe cuándo esperar los nutrientes, lo que afecta la eficiencia con la que los procesa.
Si sueles comer a horas irregulares o saltarte comidas, es más probable que tu cuerpo almacene la comida como grasa en lugar de utilizarla como energía.
Comer tarde: el peor hábito que puedes hacer
Comer a deshoras, especialmente tarde en la noche, también es un gran error cuando se trata de perder peso. Por la noche, tu metabolismo natural se ralentiza porque tu cuerpo está preparándose para descansar, no para digerir grandes cantidades de comida. Como resultado, es más probable que la comida que ingieras en este momento se almacene como grasa.
¿La solución? Establece un horario regular de comidas
Para mantener tus ritmos circadianos alineados con tus metas de pérdida de peso, lo ideal es que sigas un horario fijo para tus comidas.
Establece tres comidas principales al día, con uno o dos snacks si es necesario, y trata de comer a la misma hora todos los días.
Esto ayudará a tu cuerpo a digerir mejor los alimentos, metabolizarlos eficientemente y, por tanto, a quemar grasa de forma más efectiva.