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¿Vale la pena perdonar? Los psicólogos revelan a quienes no dar segundas oportunidades

Expertos en relaciones estudian patrones de conducta que muestran cuándo es mejor no hacer borrón y cuenta nueva

¿Vale la pena perdonar? Los psicólogos revelan a quienes no dar segundas oportunidades

Una mujer pensativa | Canva

Perdonar es un acto poderoso que puede sanar relaciones y brindar paz emocional. Sin embargo, no todas las personas merecen una segunda oportunidad, y darla a quienes no la valoran puede llevar a más decepciones y sufrimiento.

Si te engañan una vez es culpa del otro, si te engañan dos, la culpa es tuya. Este popular dicho refleja lo que la psicología moderna sugiere sobre dar segundas oportunidades: no todos merecen una.

Expertos en relaciones han estudiado patrones de conducta que muestran cuándo es mejor no otorgar ese borrón y cuenta nueva.

Los tipos de personas a los que no dar oportunidades

La psicología nos recuerda que el comportamiento humano tiende a ser repetitivo. Si alguien muestra patrones destructivos que te han lastimado en el pasado, es válido y necesario priorizar tu bienestar.

A veces, el perdón y las segundas oportunidades deben reservarse para quienes han demostrado que son capaces de cambio y de reconocer sus errores.

Aprender a decir no a una segunda oportunidad cuando los patrones no cambian puede ser una de las decisiones más sabias para cuidar de tu salud emocional y mental.

1. El manipulador crónico

Los manipuladores crónicos son expertos en distorsionar la realidad, desviar culpas y obtener lo que desean sin importar el daño que causen.

Según estudios, estos individuos tienden a ver a los demás como herramientas para su propio beneficio, sin interés en mejorar ni en preocuparse por el bienestar ajeno.

Este patrón de manipulación constante es difícil de cambiar y puede generar caos emocional, convirtiendo la relación en una fuente de tensión.

Dos personas enfadadas

2. Los rompecorazones sin compromiso

Estos individuos se caracterizan por su falta de compromiso y por jugar con los sentimientos de los demás. A menudo buscan experiencias superficiales y evitan las relaciones profundas y duraderas, dejando un rastro de corazones rotos.

Su inestabilidad emocional y falta de madurez suelen llevar a decepciones. Y es darles otra oportunidad puede ser arriesgado, ya que tienden a repetir sus patrones, causando daño emocional a quienes los rodean.

3. El mentiroso patológico

Los mentirosos patológicos no siempre buscan hacer daño de forma consciente, pero su tendencia a engañar repetidamente, incluso en asuntos triviales, daña la confianza y causa inseguridad.

Según la psicología, estas personas pueden haber desarrollado este hábito por inseguridades profundas o factores externos, pero romper el ciclo de mentiras es extremadamente difícil. Darles otra oportunidad suele derivar en una relación marcada por la desconfianza.

4. Los que no cumplen promesas

Romper promesas de manera habitual es una falta grave que erosiona la confianza en cualquier relación. Cuando alguien incumple reiteradamente, envía el mensaje de que su palabra no es confiable, lo que a la larga desgasta la relación.

Según la psicología, las personas que tienden a hacer promesas vacías rara vez cambian, por lo que continuar una relación con alguien así suele llevar a decepciones y frustraciones.

5. El vampiro emocional

Este tipo de persona agota emocionalmente a quienes le rodean con su actitud negativa y sus constantes dramas. Las investigaciones demuestran que las personas expuestas regularmente a la negatividad y el estrés ajenos experimentan efectos nocivos en su propio bienestar mental y físico, como el aumento del estrés y la debilidad inmunológica.

Continuar una relación con alguien así es, en muchos casos, abrirse a un desgaste emocional que podría haber sido evitado.

6. La víctima perpetua

Estas personas eluden toda responsabilidad, culpando a otros o a las circunstancias por cualquier cosa que les salga mal. Al verse como víctimas, evitan hacer cambios o reflexionar sobre sus propios errores.

Este tipo de mentalidad limita el desarrollo personal y tiende a dejar a quienes les rodean en el rol de culpables. Para muchos psicólogos, esta dinámica es insostenible, ya que solo crea una espiral de frustración y resentimiento.

7. Personas sin remordimientos

Las personas que carecen de remordimientos suelen mostrar falta de empatía, lo cual es una característica común en algunos trastornos de la personalidad.

Sin esta capacidad de arrepentirse, es probable que continúen con patrones de comportamiento dañinos. Si alguien te ha lastimado y no muestra remordimiento, los expertos sugieren que es poco probable que sus acciones cambien en el futuro.

8. El amigo oportunista

Los amigos oportunistas están solo en los buenos momentos y desaparecen cuando surgen dificultades. Aunque pueden parecer inofensivos, la falta de lealtad y apoyo constante genera inseguridad en las relaciones.

La psicología sugiere que las relaciones verdaderamente sanas requieren apoyo mutuo en las adversidades, y estas personas, al evitar el compromiso emocional en situaciones difíciles, rompen el equilibrio necesario para una relación saludable.

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