¿Deberíamos perdonar una infidelidad? Una experta asegura que sí

La infidelidad está a la orden del día, y esta semana está más presente que nunca en España por Tamara Falcó e Íñigo Onieva. Muchos aseguran que unos cuernos no se deben perdonar, y que, por tanto, la marquesa de Griñón no debería volver con el empresario. Pero ¿por qué? ¿Acaso es tan grave tener contacto sexual con otra persona?

Muchas personas, obviamente, creen que sí, que es imperdonable una infidelidad. De hecho el engañado suele pasarlo muy mal. Sobre todo si los cuernos son públicos o muy inesperados, como en el caso de Tamara Falcó, que se los pusieron unos días antes de prometerse.

Aunque superar y perdonar unos cuernos no es fácil, hay ciertos supuestos en los que uno se lo podría llegar a plantear. Al menos eso es lo que asegura una experta en relaciones.

Por qué deberíamos perdonar una infidelidad, según una terapeuta de parejas

Todos sabemos que la infidelidad y el sexo extramatrimonial están a la orden del día. Quien más quien menos ha puesto los cuernos o conoce a alguien que lo ha hecho en alguna ocasión. Sin embargo, a pesar de estar tan extendido en sexo en cama ajena, lo seguimos sin tolerar y aceptar. Como sociedad seguimos viendo la infidelidad como algo malo e imperdonable, y esto es justo lo que la terapeuta de parejas y gurú de relaciones Esther Perel cree que debemos cambiar.

Así lo asegura en su libro The State of Affairs: Rethinking Infidelity (Harper), en el que apunta que los humanos siempre suponemos que una infidelidad es un síntoma de que algo falla en la relación, de una disfunción conyugal, pero «este es un enfoque erróneo, ya que condena a los adúlteros sin detenerse a explorar sus motivos».

Perel afirma que lo ideal sería que las parejas tuvieran una visión más comprensiva de los cuernos, ya que así tendrían más posibilidades de pasarlos por alto. Asimismo, necesitamos «una conversación menos crítica al respecto para considerar que las complejidades del amor y el deseo no siempre responden a las clasificaciones de víctima o culpable». Y apunta que ser tan críticos con la infidelidad nos lleva a cometerla, ya que «el deseo de pecar no es malo, sino simplemente humano».

La terapeuta señala además que como la infidelidad está muy rechaza por la sociedad, muchas personas se ven presionadas a romper por temor a posibles condenas de los que la rodean. Y esto lo podemos ver perfectamente en el caso de Tamara Falcó, pues si decidiera volver con Íñigo Onieva y perdonarle casi todos se echarían las manos a la cabeza.

Aunque Perel lleva algo de razón, quizá no estamos tan avanzados como sociedad como para considerar la infidelidad como algo tan normal. O quizá no todavía.

Otro supuesto en el que se podría perdonar una infidelidad: ¿ha sido solo carnal?

Para valorar perdonar una infidelidad también hay que tener en cuenta de qué tipo de cuernos estamos hablando. Es decir, no es lo mismo que tu pareja tenga un amante al que ve desde hace cinco años a que se haya acostado con uno una noche tonta. Tampoco es igual que tu pareja sienta algo por esa persona en cuestión o que la acabe de conocer.

Así, como vemos, la principal diferencia radica en la implicación del infiel en su relación extramarital, ya que una aventura no solo es una cuestión carnal, pues en ocasiones hay sentimientos de por medio, y esto es más difícil de perdonar (si no imposible), sobre todo para ellas.

Al respecto, una encuesta de Edarling determinó que el 45% de hombres considera que la infidelidad sexual es peor, mientras que el 74% de las mujeres apuntó que la infidelidad emocional sería más difícil de perdonar.

Es decir, que tendrías que valorar en tu caso si los cuernos han sido casuales o causales, y eso te llevará a tomar la mejor decisión tanto para ti como para tu pareja.