La dieta alta en proteínas que permite comer carbohidratos (y no es la Dukan ni la Mayo)
Este tipo de alimentación, cuando se aplica correctamente, puede ser un valioso aliado para mejorar la salud metabólica

Plato de comida | Canva
Para muchas personas con diabetes y mujeres que sufren del síndrome de ovario poliquístico (SOP), la elección de una dieta adecuada puede marcar una diferencia significativa en su bienestar general. Entre las opciones que han demostrado tener beneficios notables se encuentra la dieta low carb o baja en carbohidratos. Esta dieta se ha convertido en un enfoque popular no solo para perder peso, sino también para mejorar la sensibilidad a la insulina y aliviar los síntomas de condiciones como la diabetes y el SOP.
¿En qué consiste la dieta ‘low carb’?
La dieta baja en carbohidratos se centra en reducir la cantidad de carbohidratos consumidos a lo largo del día, sustituyendo los mismos por proteínas magras y grasas saludables. En lugar de obtener la mayor parte de la energía de fuentes de carbohidratos como el pan, la pasta o el arroz, la dieta low carb promueve el consumo de alimentos ricos en proteínas de alta calidad, tales como carnes magras, pescado, huevos y productos lácteos bajos en grasa. También se incluyen grasas saludables como las provenientes del aguacate, frutos secos, semillas, aceite de oliva y aceite de coco.
El objetivo principal de esta dieta es reducir los niveles de glucosa e insulina en sangre. Este efecto es especialmente relevante para las personas con diabetes tipo 2 y mujeres con SOP, quienes generalmente tienen resistencia a la insulina, lo que significa que el cuerpo no utiliza adecuadamente la insulina para metabolizar la glucosa. Al reducir el consumo de carbohidratos, el cuerpo comienza a utilizar la grasa almacenada como fuente primaria de energía, lo que facilita la quema de grasa y puede resultar en la pérdida de peso. Además, estabilizar los niveles de insulina en sangre ayuda a controlar los síntomas tanto del SOP como de la diabetes.
El papel de los carbohidratos refinados
Un principio fundamental de la dieta low carb es la eliminación o reducción de los carbohidratos refinados, tales como el azúcar, el pan blanco, la pasta refinada y otros alimentos procesados. Estos carbohidratos se digieren rápidamente, lo que provoca un aumento brusco de los niveles de glucosa en sangre, seguido de una caída repentina. Este ciclo puede aumentar el riesgo de resistencia a la insulina y, en última instancia, contribuir a problemas como el sobrepeso y la diabetes tipo 2. Al evitar estos alimentos, esta dieta ayuda a estabilizar los niveles de glucosa y promueve un metabolismo más eficiente.
¿Cómo empezar la dieta low carb?
De acuerdo con la dietista-nutricionista Júlia Farré, los carbohidratos refinados deben ser sustituidos por fuentes de carbohidratos más saludables, como verduras, frutas con bajo índice glucémico, frutos secos y semillas. Este enfoque no solo mejora el control glucémico, sino que también ofrece una mayor cantidad de nutrientes esenciales como fibra, vitaminas y minerales.

Además, para equilibrar la reducción de carbohidratos, se recomienda un mayor consumo de proteínas magras como el pollo, el pavo, el pescado, los huevos y los productos lácteos bajos en grasa. Las proteínas son esenciales para la reparación muscular, la conservación de la masa magra y la saciedad prolongada. Las grasas saludables, por su parte, también juegan un papel clave en mantener niveles de energía estables y en promover la salud cardiovascular. Alimentos ricos en ácidos grasos esenciales, como el aceite de oliva, los aguacates y los frutos secos, son fundamentales en este tipo de dieta.
¿Cuánto carbohidrato se debe consumir?
El consumo de carbohidratos varía según los objetivos de cada persona, pero generalmente se recomienda una ingesta de entre 20 y 100 gramos al día. Este control permite estabilizar los niveles de azúcar en sangre, reducir los antojos de carbohidratos y optimizar la quema de grasas.
Personas que deben evitar esta dieta
Aunque la dieta low carb tiene muchos beneficios, no es adecuada para todas las personas. Según la experta Farré, hay situaciones en las que es necesario tener precaución o evitar este enfoque dietético. Esto incluye a personas con diabetes tipo 1, quienes dependen de insulina exógena y, sin supervisión médica, una reducción drástica de carbohidratos podría causar desajustes en los niveles de glucosa. También se desaconseja en personas con trastornos de la alimentación, enfermedades renales o hepáticas, mujeres embarazadas o en período de lactancia, y niños y adolescentes, quienes requieren una alimentación balanceada y suficiente para su desarrollo físico y cerebral.