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Las 13 virtudes de Benjamin Franklin para gobernarse a uno mismo y tener éxito

Aunque han pasado más de dos siglos, sus enseñanzas siguen vigentes en la actualidad

Las 13 virtudes de Benjamin Franklin para gobernarse a uno mismo y tener éxito

Benjamin Franklin | Wikimedia Commons

Aunque los libros de autoayuda y desarrollo personal están a la orden del día, bien podíamos coger cualquiera de siglos anteriores para obtener un gran conocimiento sobre cómo gobernarnos a nosotros mismos y alcanzar el éxito. En THE OBJECTIVE ya lo vimos con los estoicos o con las enseñanzas de Napoleon Hill. Hoy vamos a hacer lo propio pero con lo que aportó, a mediados del siglo XVIII, Benjamin Franklin, una de las figuras más destacadas de la Ilustración americana.

Benjamin Franklin, que se consolidó como científico y estadista, también es considerado un pionero de lo que hoy llamaríamos «desarrollo personal» o simplemente coaching o autoayuda. Ya que en 1726, con apenas 20 años de edad, Franklin se marcó un ambicioso plan a sí mismo: identificar y practicar a diario trece virtudes que, en su opinión, eran la clave de la conducta ética y productiva. Así, apuntó, una a una, las 13 virtudes que, según él, debía intentar tener cada día. El resultado fue un cuaderno de bitácora que leía todos los días y en el que evaluaba diariamente sus progresos.

Las 13 virtudes que marcaron el éxito de Benjamin Franklin

Las 13 virtudes de Benjamin Franklin

Este método pragmático ha sobrevivido hasta convertirse en referente en la actualidad. Como decíamos, Benjamin Franklin anotaba diariamente, en una tabla de franjas semanales, qué virtudes había cumplido cada día. Su meta era abordar una virtud a la vez durante una semana, lo que permitía concentrar el esfuerzo y crear un hábito sólido antes de pasar a la siguiente. Al cabo de cuatro meses, el ciclo retomaba el principio y comenzaba de nuevo, fomentando la práctica constante y la reflexión continua.

Con el tiempo, reconoció que aunque fallaba en su deseo de cumplir con todas las virtudes y que, en definitiva, nadie era perfecto, el simple empeño en mejorar bastaba para «llevar una vida más virtuosa y útil».

A continuación, las 13 virtudes que marcaron la vida de Benjamin Franklin y que han perdurado hasta el día de hoy:

  1. Templanza: “Comer no hasta saciarse; beber no hasta embriagarse.” Franklin la colocó en primer lugar para subrayar la importancia de la moderación como base de la disciplina personal.
  2. Silencio: “Hablar solo lo que beneficie a otros o a uno mismo; evitar conversaciones ociosas.” Para él, la palabra debía reservarse para asuntos de valor y utilidad, para así evitar perder el tiempo y caer en cotilleos sin sentido.
  3. Orden: “Dejar cada cosa en su lugar; tener cada parte de mi negocio en su tiempo.” Esta virtud reflejaba su convicción de que la organización externa fomenta el orden mental y la eficiencia.
  4. Resolución: “Fijar mis resoluciones y cumplirlas al pie de la letra.” Benjamin Franklin fomentaba la determinación en la toma de decisiones y la perseverancia para llevarlas a cabo.
  5. Frugalidad: “Gastar nada sino en aquello que beneficie a otros o a mí mismo; es decir, nada que sea un desperdicio.” Así fijó su base en relación a sus finanzas personales.
  6. Industria: “No perder tiempo; ser siempre empleado en algo útil; cortar todas las acciones innecesarias.” La diligencia y el trabajo productivo ocupaban un lugar central en su ética.
  7. Sinceridad: “No usar engaños; pensar inocentemente y de manera justa; y si hablo, hablar de acuerdo con mis pensamientos.” Benjamin Franklin valoraba la honestidad intelectual y la transparencia en las relaciones.
  8. Justicia: “No cometer injusticias; no oprimir a nadie; no causar daño o perjuicio a través de omisiones o acciones.”
  9. Moderación: “Evitar extremos; abstenerse de resentimientos y de delitos por agravio.” Con ello buscaba evitar excesos tanto propios como ajenos.
  10. Limpieza: “No tolerar la suciedad en cuerpo, ropa o habitación.” La pulcritud externa se vinculaba a la salud y al respeto por uno mismo y por los demás.
  11. Tranquilidad: “No alterarse por pequeñeces o por accidentes comunes o inevitables.” Benjamin Franklin proponía mantener la calma frente a las adversidades menores que distraen y agotan. Se parece un poco a la Teoría Let Them de la que te hablamos recientemente.
  12. Castidad: “Solo por salud o progenie; jamás para embotamiento de la razón.” En el contexto de su época, él consideraba prudente controlar el deseo sexual para preservar el bienestar físico y mental.
  13. Humildad: “Imitar a Jesús y a Sócrates.” Con esta referencia, Benjamin Franklin cerraba su famosa lista, reconociendo que la modestia es crucial para el crecimiento personal.
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Benjamin Franklin | Foto: Wikimedia Commons

Aunque han pasado más de dos siglos, las 13 virtudes de Benjamin Franklin mantienen su atractivo y su interés. De hecho, podríamos aplicar todas en la actualidad. De hecho esta lista se enseña en escuelas de negocio, en coachings de productividad y se muestra en numerosos libros de autoayuda que son bestseller, como Hábitos atómicos, en el que resaltan la importancia de este método para poder gobernarnos a nosotros mismos y, en definitiva, llevar una vida más ordenada y virtuosa.

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