La postura del bailarín, el secreto del yoga que mejora tu equilibrio y calma tu mente
Este deporte continúa demostrando que es una herramienta contemporánea de salud integral

Postura del bailarín | Canva pro
En los últimos años, el yoga se ha consolidado como una de las prácticas más populares entre quienes buscan bienestar físico y mental. Aunque su origen se remonta a más de 5.000 años, esta disciplina continúa renovándose y adaptándose a los ritmos de la vida moderna, ofreciendo un refugio frente al estrés, la ansiedad y las tensiones cotidianas. Hoy en día, millones de personas en todo el mundo incluyen el yoga en su rutina diaria. De acuerdo con el Global Yoga Survey 2024, elaborado por la Yoga Alliance, más del 35 % de los practicantes comenzaron durante o después de la pandemia, atraídos por sus beneficios integrales y su accesibilidad, ya que no requiere equipamiento costoso ni un espacio amplio.
El yoga combina movimiento físico, respiración consciente y meditación, creando una sinergia que fortalece el cuerpo mientras calma la mente. Los expertos destacan su capacidad para mejorar la postura, aumentar la flexibilidad y favorecer la circulación. Además, contribuye a regular el sistema nervioso, disminuyendo los niveles de cortisol, la llamada “hormona del estrés”. Según la fisioterapeuta y profesora de yoga terapéutico Ana Luque, «el yoga es mucho más que una serie de posturas. Es una herramienta de autoconocimiento que enseña a escuchar el cuerpo y a equilibrar las emociones». Esta combinación lo convierte en una práctica completa, recomendada tanto para deportistas como para personas con dolencias derivadas del sedentarismo.
La postura del bailarín: equilibrio, fuerza y elegancia
Entre las múltiples asanas que ofrece el yoga, la postura del bailarín, o natarajasana, es una de las más emblemáticas por su belleza visual y sus beneficios. Esta postura requiere mantenerse sobre una sola pierna mientras la otra se eleva hacia atrás, sujetando el tobillo con una mano y extendiendo el brazo contrario hacia delante. El movimiento mejora la coordinación, la estabilidad y la concentración, al mismo tiempo que fortalece piernas, glúteos, espalda y hombros. Su ejecución también promueve la apertura torácica, lo que facilita una respiración más profunda y consciente. Practicarla de forma regular ayuda a corregir posturas encorvadas, un problema cada vez más común en personas que pasan largas horas frente al ordenador.

¿Cómo practicarla correctamente?
Para realizar la postura del bailarín, se recomienda comenzar de pie, con la mirada fija en un punto frente a ti. Dobla una pierna hacia atrás y sujeta el tobillo con la mano del mismo lado, mientras elevas el otro brazo al frente. La pierna de apoyo debe mantenerse firme y activa. A medida que el equilibrio se consolida, eleva el pie sujeto hacia arriba, arqueando suavemente la espalda sin desplazar la cadera. La respiración es clave durante todo el proceso. Inhala profundamente para mantener la estabilidad y exhala para soltar la tensión. Se aconseja alternar ambos lados del cuerpo y acompañar la práctica con estiramientos previos de espalda, piernas y hombros.
Lo que debes tener en cuenta al practicar esta postura
Como toda práctica física, el yoga requiere atención y respeto hacia los límites del cuerpo. La postura del bailarín no se recomienda en casos de lesiones en la espalda, caderas, hombros, rodillas o tobillos. Si aparece dolor o molestia, es importante detener la ejecución y consultar a un profesional. La instructora internacional de yoga Laura García advierte que «el afán por lograr una postura perfecta puede llevar a forzar el cuerpo. Lo esencial es mantener la alineación, escuchar las sensaciones y avanzar con paciencia».
Practicar yoga de forma regular no solo tonifica el cuerpo, sino que fortalece la mente y mejora la calidad del sueño, favoreciendo un equilibrio emocional más estable. Estudios del Journal of Behavioral Health señalan que quienes practican yoga tres veces por semana experimentan una reducción del 30 % en síntomas de ansiedad y una mejora significativa en su concentración y bienestar general.