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Nutrición

Cómo aprovechar los beneficios nutricionales de las setas en otoño y cómo cocinarlas

Mucho más allá de aportar color y sabor, merece la pena conocer que nos pueden hacer más bien del que parece

Cómo aprovechar los beneficios nutricionales de las setas en otoño y cómo cocinarlas

Una cesta con setas. | ©Freepik.

Con la llegada del otoño, los bosques españoles se llenan de un regalo especial: las setas silvestres. Esta temporada, que se extiende de septiembre a noviembre, es el momento perfecto para salir a recolectar algunas de las variedades más apreciadas en nuestra gastronomía. Desde los ricos y carnosos boletus hasta los inconfundibles níscalos o las delicadas setas de cardo, las setas naturales ofrecen un abanico de sabores y texturas que difícilmente se pueden igualar en las setas de cultivo. Sin embargo, no dejemos atrás que las setas tienen beneficios nutricionales que merece la pena conocer.

En muchos rincones del país, la recogida de setas se ha convertido en una tradición otoñal que conecta a las personas con la naturaleza. Con permiso, claro está, para disfrutar de la riqueza que ofrecen los bosques de pinos, robles o encinas. A diferencia de las setas cultivadas, que están disponibles durante todo el año, las setas silvestres aportan variedad de sabores, formas y colores.

Además, optar por setas silvestres en otoño no solo enriquece nuestra dieta desde un punto de vista gastronómico. También nos permite disfrutar de un alimento sostenible y de cercanía. Pocos alimentos pueden presumir de verdes tanto como las setas. Razones por las que ocupan un lugar privilegiado, siendo una alternativa ideal para quienes buscan cuidar su alimentación mientras disfrutan de la naturaleza.

Los beneficios nutricionales de comer setas

Las setas, ya sean de temporada o de cultivo, no solo son una delicia para el paladar. También, como es lógico, nos interesan sus beneficios desde un punto de vista nutricional. Especialmente por su bajo contenido calórico. Esto se debe a que están compuestas principalmente por agua, representando más del 90% de su peso. Esta alta concentración de agua, sumada a una baja cantidad de grasas y azúcares, convierte a las setas en un alimento ideal para quienes buscan controlar su peso o seguir una dieta equilibrada sin renunciar a la satisfacción de una comida deliciosa.

Aunque hay setas de cultivo, el otoño es una buena opción para aportar variedad a la mesa con productos silvestres. ©Freepik.

En cuanto a los macronutrientes, las setas destacan por ser una buena fuente de proteínas vegetales. Algo que las hace especialmente atractivas para vegetarianos y veganos. Aunque la cantidad de proteínas que aportan es moderada, su perfil es bastante completo. En este sentido, contienen aminoácidos esenciales que nuestro cuerpo necesita para funcionar correctamente. Además, las setas aportan una cantidad interesante de fibra, lo que ayuda a mejorar la digestión y proporciona una mayor sensación de saciedad tras las comidas.

A nivel micronutricional, las setas no se quedan atrás. Son ricas en vitaminas del grupo B, esenciales para el metabolismo y la función cerebral. Así como en minerales como el potasio, que contribuye al buen funcionamiento del sistema cardiovascular, o el selenio, un antioxidante clave que ayuda a proteger nuestras células del daño oxidativo. También, algunas variedades de setas son una fuente natural de vitamina D. Nutriente del que hemos hablado en ocasiones en THE OBJECTIVE y del que siempre enfatizamos la absorción de calcio. Mineral esencial para la salud ósea, sobre todo en los meses de menor exposición solar.

Cómo usar las setas en la cocina y cuál es la letra pequeña

Las setas son un ingrediente sumamente versátil en la cocina. Su capacidad para absorber sabores y su textura carnosa las hacen perfectas para añadir en guisos, sopas, risottos y revueltos. En la cocina española, platos como el revuelto de setas con ajo y perejil o el clásico arroz con níscalos son ejemplos deliciosos de cómo sacarles el máximo provecho. Además, su uso en ensaladas o como guarnición de carnes y pescados puede darle un toque especial a cualquier comida.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que las setas, a pesar de sus múltiples beneficios, pueden ser algo difíciles de digerir para algunas personas. Esto se debe a la presencia de quitina, una sustancia que forma parte de su estructura celular y que puede ser más resistente a la digestión. Por este motivo, es recomendable consumirlas en cantidades moderadas, especialmente por la noche, cuando el metabolismo tiende a ralentizarse. Comer una gran cantidad de setas, o hacerlo en las últimas horas del día, podría provocar molestias digestivas como hinchazón o pesadez.

Para evitar que las setas resulten pesadas o indigestas, es fundamental elegir bien los ingredientes con los que las acompañamos. Lo ideal es combinarlas con alimentos ligeros y frescos, como verduras a la plancha o en ensaladas, y evitar salsas cremosas o platos muy grasos, que pueden hacer que las setas sean más difíciles de digerir.

Preparar setas salteadas con un chorrito de aceite de oliva, ajo y hierbas aromáticas, en lugar de freírlas o combinarlas con embutidos, también ayuda a mantenerlas ligeras y saludables. Además, es recomendable evitar las grandes cantidades y reservarlas para las comidas principales del día, como el almuerzo. Así lograremos evitar posibles molestias si se consumen por la noche, cuando el metabolismo es más lento. Con estos pequeños trucos, las setas y sus beneficios pueden convertirse en un aliado nutritivo y fácil de digerir en cualquier receta.

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