Por qué tu marido no quiere tener sexo contigo (y no es porque tenga una aventura)
Una experta terapeuta sexual explica por qué los varones, en ocasiones, pierden el deseo sexual por su pareja
Aunque suele decirse que es al revés, en muchas ocasiones son los hombres quienes reniegan de tener sexo con sus parejas. De hecho, los terapeutas sexuales aseguran que aproximadamente un tercio de las parejas que buscan terapia es porque la mujer quiere tener más relaciones que el hombre.
Curiosamente, si esto sucede, la mayoría de las personas piensan que es porque él tiene una aventura o porque ha dejado de desear a su novia o esposa, pero no tiene por qué. De hecho, hay otras muchas razones que pueden explicar la falta de deseo sexual de él.
Porque tiene problemas de erección
La famosa terapeuta sexual Tracey Cox asegura, en su columna del DailyMail, que en cuanto una mujer le confiesa que su pareja masculina de repente evita el sexo y no quiere hablar de ello, su primera pregunta es: «¿Cuántos años tiene?».
«Si tiene más de 40 años, sospecho que las dificultades de erección tienen algo que ver con eso. Si tiene más de 50 años, te garantizo que ese es el caso», afirma Cox.
«Los hombres esperan perder el cabello y desarrollar barriga cervecera. Pero nadie habla de lo que le sucede a su pene cuando envejece. Por maravillosas e impresionantes que sean, una erección es simplemente un pene lleno de sangre. Si tiene problemas de erección, los problemas con el flujo sanguíneo suelen ser los culpables. Desafortunadamente para los hombres, hay muchas cosas que pueden afectar a ello, desde diabetes, a enfermedades cardíacas, presión arterial alta, sobrepeso, niveles bajos de testosterona (envejecimiento), estilos de vida poco saludables (beber, fumar, comer mal), estrés o ansiedad. La mayoría de los hombres no son conscientes de esto», añade.
Esto hace que muchos varones no quieran ni intentar tener relaciones con su mujer, ya que se sienten «hundidos» o «humillados»: «Muchos hombres prefieren no tener relaciones sexuales en absoluto antes que tener que lidiar con un pene que ‘no funciona‘. Para la mayoría de los hombres, el sexo significa meter el pene en algo. Es extremadamente difícil convencer a un hombre de que el sexo oral, la masturbación, los besos, las caricias y el uso de un juguete sexual también cuentan como sexo. Se pueden hacer muchas cosas sin una erección, pero la mayoría de ellos no lo creen y no están interesados en explorar el concepto».
Está estresado, ansioso o deprimido
Según la experta, uno de cada cinco hombres asegura que su libido es baja porque está demasiado estresado por el trabajo. «Luego matan las pocas ganas que les quedan haciendo lo que mucha gente hace cuando está estresada: automedicarse con alcohol. Beber en exceso afecta la producción de testosterona, la principal hormona responsable de nuestro deseo sexual. No es sorprendente que el efecto desencadenante de todo esto sea a menudo la depresión».
Entonces, el hombre acude al médico, quien le receta antidepresivos y tal vez algunas pastillas para la presión arterial, eliminando de manera efectiva cualquier posibilidad de querer tener sexo que, con suerte, aún pueda estar presente.
Ya no se siente sexy
Con el paso de los años, los hombres tienden a engordar, a perder músculo y pelo, lo que a muchos puede deprimirles. «Esto es especialmente cierto si la pareja es mucho más joven o parece que le va mejor que a él», afirma Cox.
Piensa que está haciendo un favor a su mujer
También puede suceder, según Cox, que algunos hombres crean que no es bueno tener sexo. «Si su infancia se vio empañada por un padre que tuvo aventuras (dejando la impresión de que querer tener relaciones sexuales le causa problemas o que su deseo sexual es incontrolable), es posible que subconscientemente decida no permitir que eso le suceda. Y que piense que desear sexo es peligroso, tal vez incluso repugnante».
Esto también les puede pasar a los hombres cuyas madres han sido maltratadas. «El mensaje que envía (deliberada o inconscientemente) es que los impulsos sexuales de los hombres son perjudiciales para las mujeres. Luego, su hijo se esfuerza por amortiguar el suyo y se siente avergonzado si no lo consigue. Las cosas normales que casi todos los adolescentes disfrutan, como la masturbación y las fantasías, se convierten en experiencias negativas».
Así, «habiéndose convertido en el hombre que quería ser (uno que no es sexualmente agresivo ni depredador), cree que está siendo amable al no querer tener relaciones sexuales con una mujer».