El pueblo blanco de Andalucía con las mejores vistas al mar
Sus orígenes árabes se aprecian en la arquitectura morisca de sus casas, con sus patios interiores y techos de madera
Frigiliana, un tesoro de pueblo escondido en la Costa del Sol, es un viaje en el tiempo que nos transporta a la Andalucía más auténtica. Sus orígenes árabes se aprecian en la arquitectura morisca de sus casas, con sus patios interiores y techos de madera. El Barrio de la Nogalera, uno de los más antiguos, conserva la esencia de la vida cotidiana de antaño.
Pasear por sus calles es como hojear un libro de historia, donde cada rincón cuenta una historia. Y sin embargo, Frigiliana es también un pueblo vivo y dinámico, que celebra sus tradiciones con fervor y acoge a los visitantes con una calidez inigualable.
Un viaje en el tiempo
Frigiliana es un pueblo con una rica historia que se remonta a la época árabe. Su trazado medieval, con callejuelas sinuosas y casas apiñadas, sigue siendo evidente en el casco antiguo. El Barrio de la Nogalera, con sus casas blancas y macetas llenas de flores, es uno de los más pintorescos y mejor conservados.
Naturaleza y cultura
Ubicada en la comarca de la Axarquía, Frigiliana goza de un entorno natural privilegiado. El Parque Natural de las Sierras de Almijara, Tejeda y Alhama ofrece numerosas rutas de senderismo y actividades al aire libre. Además, la costa está a pocos kilómetros, lo que permite disfrutar tanto de la montaña como del mar.
La cultura también tiene un papel importante en Frigiliana. A lo largo del año se celebran diversas fiestas y eventos, como la Feria de Agosto o la Semana Santa. Además, la artesanía local, especialmente la cerámica y la cestería, es muy apreciada.
Gastronomía en Frigiliana
La gastronomía de Frigiliana es una delicia para el paladar. Platos como el ajoblanco, el espeto o el gazpacho son algunas de las especialidades que podrás degustar en los numerosos restaurantes y bares del pueblo.
¿Qué es el ajoblanco?
El ajoblanco es una crema fría a base de almendras, ajo, pan, aceite de oliva y vinagre. Su textura es suave y cremosa, y su sabor es intenso pero equilibrado, con un toque amargo del ajo y un punto ácido del vinagre. Se suele servir muy frío, acompañado de uvas moscatel y trocitos de jamón serrano.
Ingredientes:
- Almendras: son la base del ajoblanco. Se suelen utilizar almendras marconas, por su sabor dulce y textura.
- Ajo: le da un sabor intenso y característico al ajoblanco.
- Pan: pan duro, como el pan de pueblo, para darle cuerpo a la crema.
- Aceite de oliva: se utiliza aceite de oliva virgen extra para un sabor más intenso.
- Vinagre: se utiliza vinagre de vino blanco para aportar acidez.
- Agua: para ajustar la textura de la crema.
- Sal: se añade al gusto.
¿Cómo se prepara?
La elaboración del ajoblanco es sencilla pero requiere un poco de tiempo. Los ingredientes se trituran hasta obtener una crema homogénea y sin grumos. Se suele servir en un plato hondo y se acompaña de uvas moscatel y jamón serrano, aunque también se pueden añadir otros ingredientes como pepino o manzana.
¿Dónde probarlo en Frigiliana?
En Frigiliana encontrarás numerosos restaurantes y bares donde podrás degustar un delicioso ajoblanco. Algunos de los más recomendados son:
- La Bodeguilla: un clásico de la gastronomía frigiliana, donde podrás disfrutar de un ajoblanco tradicional.
- El Tangay: otro lugar muy popular para probar el ajoblanco, con una amplia variedad de platos de la cocina local.
- Restaurantes y bares del centro histórico: en cualquier rincón de Frigiliana encontrarás un lugar donde degustar este plato típico.
El espeto
Un espeto es una sardina o un pez similar, ensartada en una caña de pescar y cocinada a las brasas sobre la arena de la playa. El calor del fuego hace que la piel del pescado se queme ligeramente, lo que le da un sabor ahumado y crujiente, mientras que la carne queda jugosa y tierna.
¿Cómo se prepara?
La preparación del espeto es un arte que requiere cierta habilidad. Los pescadores clavan las sardinas en las cañas de pescar, dejando un espacio entre cada una para que se cocinen uniformemente. Luego, se clavan las cañas en la arena de la playa, a una distancia adecuada del fuego. El tiempo de cocción dependerá del tamaño de las sardinas y del calor de las brasas.
Descubre el barrio de la Nogalera
Este es el corazón de Frigiliana, un laberinto de callejuelas estrechas y empedradas, con casas blancas adornadas con macetas de flores. Es el lugar perfecto para perderse y disfrutar del ambiente tradicional del pueblo.
Iglesia de San Antonio
Este templo religioso es uno de los monumentos más importantes de Frigiliana. Su construcción data del siglo XVI y combina elementos góticos y renacentistas.