THE OBJECTIVE
Fuera de micrófono

Nieves Herrero: «Apoyo las cuotas para que en los consejos no haya una mujer y 15 hombres»

La periodista y escritora, actualmente en Onda Madrid, recuerda con admiración a su maestro, Jesús Hermida, y defiende la paridad y la cuota femenina

Trabajó en Radio España y Radio Cadena Española, antes de incorporarse a Antena 3 Radio, donde conoció a su maestro y amigo, Jesús Hermida. Junto a él descubrió la televisión unos años después, en el magacín Por las mañanas, de TVE-1. También convivió con la popularidad y con la dependencia y dictadura del share.

Su medio favorito sigue siendo la radio. Cada tarde, en Onda Madrid, Nieves Herrero dirige y presenta Madrid Directo – un trabajo por el que ha recibido recientemente el premio de la Asociación de la Prensa de Madrid -, a la vez que escribe novelas madrugando mucho y trasnochando otro tanto.

Como explica en Fuera de micrófono, su pasión por informar y contar historias fue tan absorbente en sus inicios que olvidaba que tenía que alimentarse de vez en cuando. «No encontraba el momento de ir a casa y me tuvieron que llevar un día al hospital porque me dio un ataque de estrés», recuerda la periodista, mientras habla de su trayectoria, de lo mucho que le ha costado alcanzar sus objetivos, del futuro de la monarquía en España, de las playas de El Rompío, en Huelva, y de su nieto Nicolás, al que piensa dedicarle su primer cuento, cuando entregue la novela que ya está terminando.

Partidaria de establecer cuotas de género –«porque si no es así seguirá habiendo consejos de administración con una mujer y quince hombres»– y del cumplimiento íntegro de las penas para los violadores y agresores sexuales–, Nieves Herrero hace gala de haber sido «chica de Hermida», como otras mujeres presumen de ser «chicas de Almodóvar». Tampoco olvida que al mes siguiente de nacer su primera hija tuvo que volver al programa De tú a tú, en Antena 3, «sin haber disfrutado mi maternidad lo suficiente».

Le encanta la información, le gustan las entrevistas y disfruta reencontrándose con viejos amigos. Atrás quedan algunos sinsabores, deslealtades y cobardías, como la de aquel directivo de Antena 3 que no fue capaz de asumir su responsabilidad, dejando que la inmolaran por el programa especial de Alcàsser, única cuestión de la que no quiere hablar en esta entrevista.

PREGUNTA.- En tu carrera ha habido, como es lógico, momentos buenos y malos.

RESPUESTA.- El poeta Kipling  decía que el éxito y el fracaso son dos grandes impostores. Nunca me he sentido ni arriba ni abajo. Soy una luchadora, una periodista de raza. Y eso no lo digo yo, lo decían Jesús Hermida y José María García. Pasa algo por mis venas que me hace sentir y tener ganas de contar algo nuevo, de estar ligada a la información. Aunque sea domingo, estoy permanentemente conectada. Mis hijas me dicen: «Mamá, eres un caso aparte». Me encanta la información, me gustan las entrevistas, y disfruto mucho conociendo y reencontrándome con amigos como tú.

Nieves Herrero y Javier del Castillo, durante la entrevista. | Víctor Ubiña

P.- La televisión es una caja de sorpresas. ¿Crea ansiedad el no saber lo que durará un programa?

R.- A mí me gusta más la radio. Yo me bajé de la televisión en marcha. A mí me ofreció Ángel Martín Vizcaíno hacer la tarde en TVE y le dije: creía que me ibas a ofrecer hacer radio. ¿Tú quieres hacer radio? Sí, y lo único que no he hecho en radio ha sido la tarde. Entonces, me dice: pues hablemos con el director general. Les expliqué que mi ilusión era volver a la radio, que había descubierto con Tico Medina y con los hermanos Vázquez (Santiago y Javier), y de la que, literalmente, me enamoré. La radio para mí es el periodismo más puro, en el sentido de que ocurre algo y lo cuentas.

P.- En Antena 3 Radio casi todos los directores de programas –Hermida, Balbín, García, Plaza, Garci– eran hombres.

R.- Pero tengo que decirte que allí yo fui la persona más feliz del mundo, porque me abrieron todas las posibilidades. Ese Manolo Martín Ferrand que de repente cree en mí y me manda todo lo que te puedas imaginar. El presidente del Gobierno viajaba fuera de España y ahí que me iba yo. Llegaba el Papa a España y lo mismo. Iba al Congreso de los Diputados para buscar información. Buscábamos muchas exclusivas, mucha información. Hermida se incorporó más tarde y me pidió que me fuera con él a la noche. Aquello ya no era sólo información. Había imaginación, hacer reportajes… Guillermo Fesser y yo intentábamos ver quién hacía el reportaje mejor de esa noche. Fue una época muy bonita. La recuerdo con mucho cariño. Nunca, jamás, me sentí discriminada, porque estábamos muchas mujeres allí, muchísimas.

P.- Pero no en puestos de responsabilidad.

R.- En puestos de responsabilidad no, pero rápidamente Pepe Cavero, director de Informativos, me dijo: Nieves, vas a organizar las tertulias y las entrevistas en las que dábamos una medalla a grandes personajes. Ahí conocí a Vicente Aleixandre, en su última etapa; a Borges, que lo entrevistamos sin luz, a oscuras… Tuve la oportunidad de estar con Camilo J. Cela, con Charlie Rivel, con Tapies… Gente maravillosa. Mi madre me decía: «¿Cuándo vas a venir a casa?». Se me olvidaba comer, se me olvidaba cenar. Me tuvieron que llevar un día al hospital porque me dio un ataque de estrés.

«Hermida fue quien más me hizo crecer y le estaré siempre agradecida»

P.- El apodo de «las chicas de Hermida» quizá no estaría hoy bien visto por el Ministerio de Igualdad…

R.- Bueno, también están «las chicas de Almodóvar» y nadie dice nada. Es verdad que nos llamaban «las chicas de Hermida» y lo hemos llevado siempre muy a gala. Tenemos esa sensación de pertenecer a una familia. Jesús Hermida consiguió que nos uniéramos muchos, con pasiones similares y con ganas de aprender. Yo pasé de la radio a la tele; creía que sabía algo y Jesús me hizo comprender que no tenía ni idea de televisión. Me sentí bastante frustrada, hasta que un día me dijo: «¡Bienvenida a la televisión!». Empecé de reportera y acabé de directora adjunta. Me empezó a dar responsabilidades. Siempre he sido muy creativa, pero él desarrolló mi imaginación al cien por cien.

P.- ¿Hermida no parecía de trato fácil?

R.- Yo nunca tuve ningún problema con él. Al revés. Hermida fue quien más me hizo crecer. El que más. Y le estaré siempre agradecida.

P.- ¿Cómo fueron los últimos años en activo de Jesús Hermida?

R.- Acabó trabajando en Radio Nacional con mi marido. Seguíamos teniendo tan buena relación que le convencí para que diéramos una clase juntos en la Universidad. A mí me ofrecieron la asignatura de Radio y Televisión y le dije: «¿Por qué no doy yo Radio y tú das Televisión?». Y, efectivamente, empezamos juntos en la Universidad Villanueva, adscrita a la Complutense. Luego, le lié para hacer un libro muy curioso, Yo abdico, dedicado al rey Juan Carlos. Hermida hizo una cosa deliciosa, el epílogo del libro, en el que cuenta cómo conoció al rey Juan Carlos, cómo le hizo la última entrevista y el porqué de esa última entrevista.

Nieves Herrero. | Víctor Ubiña

P.- Con el nacimiento de Antena 3 Televisión, te incorporas a la cadena para hacer las mañanas. ¿Cómo afrontaste ese nuevo reto?

R.- Acababa de dar a luz a mi primera hija cuando Ramón Pradera me ofreció presentar las mañanas de Antena 3. Luego, cuando nació mi segunda hija, pedí seis meses sin empleo y sueldo, porque me quedó esa cosa de no haber disfrutado mi maternidad lo suficiente. Era una oportunidad poder dirigir y presentar.

«Me acuerdo mucho de Colmenarejo, que se fue de una forma tremenda »

P.- En 1997 vuelves a RTVE. ¿Necesitabas cambiar de aires?

R.- Después de seis meses sin empleo y sueldo por el nacimiento de mi segunda hija, me di cuenta de que las audiencias pesaban demasiado. A mí, en ese momento, me interesaba más el contenido que lo efectivo. Había mucha demanda de hacer sucesos y dije que no. Así que me ofrecieron en TVE hacer un programa de solidaridad y allá que me fui. Las televisiones públicas, aun teniendo también en cuenta la cuota de pantalla, no son tan exigentes. Mi vida no podía estar pendiente de las audiencias. Necesitaba poder entrevistar a escritores y a gente que ya en ese momento no daban tanta audiencia. Quería ser un poquito más libre. En aquel momento, vi que Antena 3 me iba a ofrecer un programa de sucesos y yo no quería hacerlo.

P.- ¿Es más cómodo y relajado hacer Madrid directo en Onda Madrid?

P.- La radio me permite entrevistar a quien tú te imagines. Hace poco estuvo en el programa Mariano Barbacid o el grupo musical Cinco Estaciones. Me encanta la música, la poesía, los escritores y la información pura y dura. Me gusta todo. Y la radio me permite hacerlo. Me da igual que sea una radio autonómica, como en este caso, que sea una televisión pequeñita o una televisión grande, siempre que ese proyecto me parezca interesante. Me gustan los sitios donde puedes llamar a la puerta del director general.

Nieves Herrero posa en THE OBJECTIVE. | Víctor Ubiña

P.- Quizá no se valora suficientemente la información local, pero hace poco te dieron el premio de la Asociación de la Prensa de Madrid.

R.- En esos premios reconocieron a profesionales veteranos, como José Antonio Martínez Soler, también a chicos jóvenes y a mi compañero Félix Madero, al que es una suerte tener en Onda Madrid. Me acuerdo muchísimo de Juan Pablo Colmenarejo, que se fue de una manera tan tremenda, mientras daba una clase. Cuando me acerco al micrófono, digo: es el micrófono de Juan Pablo. Cada día me emociono más, porque fue una suerte compartir micrófono con él. También con Ely del Valle. Grandísimos profesionales. ¡Qué voy a decir de Alfonso Nasarre, José Antonio Sánchez! He tenido la suerte de que gente muy válida ha creído en mí. Esas personas me han hecho ser como soy ahora. Yo creo que la vida es como una especie de río donde vas volviendo a encontrarte, como ha pasado contigo.

P. ¿Se te ha pasado por la cabeza dejar el periodismo y dedicarte exclusivamente a escribir novelas?

R.- Los libros cada vez requieren más exigencia. Escribo por las mañanas muy, muy tempranito, y por las noches muy, muy tarde. Los fines de semana estoy mañana, tarde y noche. Mi pobre familia es quien padece mis torturas. Escribir es maravilloso cuando ya has escrito el libro, pero cuando estás en pleno proceso tiene algo de tortura.

«Cuando empecé, me preguntaron si tenía novio; no si tenía formación »

P.- Las mujeres son las protagonistas de sus novelas. ¿Cuál de ellas te ha dado más alegrías?  

R.- La novela que más éxito ha tenido es Lo que escondían sus ojos, de la que se hizo una serie de televisión. Eso ayudó a vender muchísimos ejemplares. El último libro que he escrito, El joyero de la reina, ya no sé por qué edición va. Se ha vendido maravillosamente bien. Se ve que la gente tiene mucho interés por las joyas y por la historia reciente, con Victoria Eugenia de Battenberg y Alfonso XIII. Pero para mí hay dos libros que los llevo en el corazón. Uno se titula Estos días azules, sobre los últimos ocho años de la vida de Antonio Machado, que se enamora de una mujer casada. Creo que es una historia real muy bonita. Y luego hay uno de ficción, que se llama Corazón indio, que escribí pensando en mis hijas, y que me permitió irme a Montana con los indios crow. Fue una experiencia fantástica.

P.- Escribiste, junto a Almudena Arteaga, un ensayo sobre la princesa Leonor. ¿Cómo ves el futuro de la monarquía en España?

R.- Yo creo que Leonor va a reinar. Lo que no sé es si lo harán ya sus descendientes. Creo que Leonor está ganándose el puesto. Ahora vamos a verla en los tres ejércitos, como vimos al rey Felipe VI. Luego, ella tiene algo muy bueno, que es una gran facilidad para los idiomas. Creo que es una niña muy preparada, una persona que se está formando para ser una reina actual. Los reyes actuales, como decía Victoria Eugenia, tienen que ganarse el sitio en la calle, con el pueblo. Creo que Felipe VI lo está haciendo muy bien y le va a dejar el camino despejado a su hija Leonor para que sea reina. Otra cosa será lo que luego haga ella. Dependerá también de las circunstancias, porque los españoles tendemos mucho a llevar a los reyes al exilio. Espero que no sea el caso. El rey Felipe VI se ha ganado el sitio, se lo sigue ganando y creo mucho en él. Me reconozco muy felipista.

«No me gusta que monstruos, como el que mató a una amiga mía, vean aliviada su condena »

P.- ¿Eres partidaria de la cuota femenina y de la paridad?

R.- Cuando yo empecé, me preguntaron si tenía novio. No me preguntaron si tenía formación, si sabía inglés, si sabía escribir a máquina… Intuí que en aquella pregunta había una maldad y dije: no. Pensaba que si decía que sí no me contratarían. No sé por qué. Quizá porque si piensas en novios ya no trabajas igual. Cuando me quedé embarazada, rápidamente me quitaron de pantalla, a mí y a Irma Soriano. Y, por empeño de Jesús Hermida, volvimos a dar la cara. Las mujeres hemos tenido que abrir muchos caminos, demostrando que estar embaraza no era una enfermedad y que podíamos hacer programas sin problemas. A mí el tema de la paridad no me molesta. ¿No va a haber un 50% de mujeres preparadas en este país? Cuando vas a una Facultad, te das cuenta de que la mayoría del alumnado son mujeres, y de repente sales y ves que en la dirección de empresas siguen estando hombres. Hay muchas mujeres de talento y hay que obligar a buscarlo. Yo no he necesitado nada, pero me ha costado mucho, y no quiero que a las nuevas generaciones les cueste tanto.

P.- Vamos, que no te tienen que dar lecciones las nuevas feministas.

R.- Hay muchas mujeres feministas que se vuelcan cien por cien en ello y yo las aplaudo, sinceramente. He trabajado como cuatro hombres. He trabajado mucho, mucho, y a veces me preguntaba: ¿cuánto más tengo que trabajar para que se me reconozca? Yo no quiero eso. Quiero normalidad absoluta, que hombres y mujeres trabajemos en igualdad y que sea el propio trabajo diario el que te sitúe en un sitio o en otro. Yo no soy enemiga de las cuotas porque creo que, si no es así, seguirá habiendo consejos de administración donde haya una mujer y quince hombres.

P.- ¿Necesitamos una legislación más dura contra los violadores?

R.- Yo sólo pido que se aplique la ley. Y que la reforma de la ley de solo sí es sí se haga ya. Los coladores no son buenos para nada. Si se ha encontrado una fisura en esa ley, por la que se están colando muchas personas que están viendo aliviadas sus condenas, hay que corregirla. Yo era amiga de una niña, con la que crecí, a la que su marido la mató y la quemó. Aquello me marcó muchísimo. Y, sinceramente, no me gusta que personas como ese monstruo vean aliviada la condena ni un mes, ni quince días, ni un día. Que cumpla la condena por completo. No se puede permitir que verdaderos monstruos salgan a la calle antes.

P.- ¿Qué tienen las playas de Huelva, especialmente las de El Rompido, que no tengan otras playas españolas?

R.- Yo soy madrileña, pero cuando cruzo Despeñaperros me siento muy del Sur. Hermida me hizo conocer Huelva, me recomendó que fuese a esa zona de Isla Antilla y El Rompido. Cuando lo conocí, me enamoré. Para mí, Huelva es volver, de alguna manera, a reencontrarme con Juan Ramón Jiménez, con Jesús Hermida y con mis recuerdos. Llevo ya muchos años yendo. Es una maravilla. Yo en Andalucía me siento muy querida. Vas por la calle y te van diciendo cosas: ¡Ya está por ahí la «rompiera»! El Sur me ha atrapado.

P.- ¿Qué maldad no perdona?

R.- Me duele mucho la deslealtad. Odio la cobardía de la gente que no es capaz de decir «fui yo», dejando a veces que otras personas se inmolen, sin ellos dar la cara. Detesto la cobardía. Yo me siento responsable de un equipo y doy la cara por él. Cuando algo sale bien, son ellos, y cuando algo sale mal me hago responsable de eso que ha sucedido. Eso es lo que he echado de menos en algunos momentos de mi vida, con determinados jefes que he tenido.

P.- ¿Vamos a dejarles un país peor a nuestros hijos; van a vivir con mayores dificultades que sus padres?

R.- Creo que el mundo es ahora mejor que el que recibimos nosotros de jovencitos. Se reconocen los derechos y las libertades. En ese territorio hay mucho camino andado, pero algo hemos hecho mal al no dejarles con la posibilidad de un trabajo y de una perspectiva de futuro.

P.- ¿Cómo llevas el papel de abuela? ¿Te queda tiempo para disfrutar de tu nieto, Nicolás?

R.- Saco tiempo de debajo de las piedras. A veces llego a las nueve de la noche, les pido perdón, pero necesito ver al niño. Es como un chorro de agua fresca. Me pasaba igual con mis hijas: llegabas con problemas a casa, las veías y era respirar. Pues ahora igual.  Me he propuesto escribir mi primer libro de cuentos, con mi nieto de protagonista. En cuanto acabe la novela, me pongo a ello.

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