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Moncloa no se fía del consejo de RTVE y mueve ficha para tener su control toda la legislatura

La primera opción es renovar la mitad del organismo aunque no se descarta activar la carta del administrador único

Moncloa no se fía del consejo de RTVE y mueve ficha para tener su control toda la legislatura

Concepción Cascajosa, nueva presidenta interina de RTVE. | RTVE

El nombramiento de Concepción Cascajosa como nueva presidenta interina de Radio y Televisión Española (RTVE) no soluciona la crisis de gobernanza ni asegura que Moncloa tenga el control total de la cadena pública, un asunto capital para mantener bien engrasados los resortes mediáticos gubernamentales durante toda la legislatura. Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE confirman que el PSOE ya está estableciendo contactos para renovar el consejo de administración y asegurar la viabilidad institucional de la corporación en el medio y largo plazo.

Cercanas a estos movimientos, las fuentes con las que ha hablado con este periódico coinciden en señalar que la designación de Cascajosa –una reconocida militante socialistaes una solución temporal que dará aire al Gobierno y a sus socios, al menos durante la triada de elecciones de este trimestre (vascas, catalanas y europeas), pero que tras el verano será necesario pacificar RTVE y zanjar definitivamente las disputas internas que desembocaron en la destitución del director de contenidos, José Pablo López, y de la anterior presidenta interina, Elena Sánchez.

Las divisiones en el interior del consejo de administración han aumentado tras los episodios acontecidos en Semana Santa y la llegada de Cascajosa no solucionará la crisis, coinciden en señalar las fuentes consultadas. Y lo que es peor para Moncloa: sus apoyos son menguantes e inestables, lo que hace casi imposible mantener su control sin tener que realizar encaje de bolillos en cada reunión del máximo órgano de representación de la cadena.

Consejo de RTVE

Para confirmar esta realidad no hay más que remitirse a las tres últimas reuniones del consejo. Hace tres semanas, la presidenta y la mayoría del consejo bloqueó la contratación del programa de David Broncano impulsada por la dirección de contenidos de José Pablo López y su valedor, José Miguel Contreras, asesor mediático de Pedro Sánchez y director de contenidos de Prisa Media.

En su siguiente reunión (el martes pasado), estallaron las disputas mantenidas durante meses en RTVE y Elena Sánchez, los tres representantes del PP y José Manuel Martín Medem de la izquierda, forzaron la destitución de López en guerra abierta con la presidenta de la corporación. Minutos después, el PSOE y Moncloa impulsaron una nueva votación para desalojar a la máxima directiva, esta vez con el apoyo de Colom y Cascajosa (PSOE) y los tres miembros del PP.

Finalmente, el miércoles se aprobó el nombramiento de Cascajosa con su propio voto, el de Colom; el del representante del PNV, Roberto Baños, y el de los dos consejeros de izquierdas: Martín Medem y Roberto Lakidain. Es decir, en todas estas votaciones se han producido resultados diferentes y votos particulares alejados de los bloques teóricos de cada uno de los consejeros, algo que hace prever una profunda inestabilidad en el futuro.

Representantes del PSOE

En este sentido, la primera opción del PSOE es buscar un acuerdo con el Partido Popular para nombrar a los cinco consejeros que expiraron su mandato en marzo pasado: el representante propuesto por el PSOE, Ramón Colom; el del PNV; y los tres de PP, Jenaro Castro, Carmen Sastre y Consuelo Aparicio. En esta ventana también se puede designar al sustituto del renunciado presidente, José Manuel Pérez Tornero, que dejó su mandato en septiembre de 2022, pero que nunca fue reemplazado.

Es el movimiento lógico y el que sigue los cauces institucionales, pero a día de hoy se hace casi imposible por el actual bloqueo parlamentario y la nula capacidad de alcanzar pactos entre los dos principales grupos políticos. Sin embargo, la necesidad del PSOE de lograr la estabilidad y consolidar su control parlamentario de la cadena pública podría hacer que se flexibilicen las posturas, hasta ahora irreconciliables.

Moncloa no se fía del actual consejo de RTVE, donde actualmente solo tiene un representante totalmente fiel (Cascajosa), tras perder los apoyos explícitos de sus otros tres designados en 2020: la propia Elena Sánchez, el destituido José Manuel Pérez Tornero y el díscolo Ramón Colom. Con la designación de nuevos consejeros podría tener al menos dos nuevos directivos leales y sustituir al del PNV, lo que compensaría futuros comportamientos imprevisibles.

El PP y RTVE

Los consejeros que se mantendrán hasta 2027 son Elena Sánchez (que no piensa dejar su cargo, pese a ser destituida como presidenta), Concepción Cascajosa, Roberto Lakidain y José Manuel Martín Medem, estos dos últimos más preocupados por disputas entre sus propios grupos políticos que por apoyar al PSOE.

El problema es que a cambio de nombrar a sus nuevos consejeros, el PSOE debería garantizar algún guiño al Partido Popular. El PP tiene actualmente mayoría parlamentaria, algo que no pasaba en la anterior legislatura cuando se configuró el actual consejo de administración de RTVE, lo que les podría garantizar al menos un sillón más. Sin embargo, parece difícil que el partido de Gobierno ceda un miembro en este organismo precisamente cuando busca asegurarse su control.

Administrador único

En cualquier caso, el plan B de Moncloa si no consigue un acuerdo con el PP es el nombramiento de un administrador único como hizo con Rosa María Mateo. En 2018, Pedro Sánchez desbloqueó la parálisis de la cadena pública con la designación de una figura con plenos poderes sin dependencia directa del consejo de administración, que al igual que ahora tenía miembros con el mandato caducado.

Con ello buscaba mantener una RTVE fiel y presionar al PP para sentarse a negociar, un movimiento que consiguió su objetivo casi dos años después con la designación de Tornero y el actual consejo. Sin embargo, esta opción requiere ahora de la aprobación de una mayoría parlamentaria lo que implica tener que convencer a Junts, ERC, Bildu, PNV y el escindido Podemos, tarea nada fácil considerando la actual fragmentación parlamentaria.

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