El BMW Serie 5 planta cara a los SUV con calidad y su sedán más tecnológico
La calidad y el comportamiento dinámico de sus mecánicas han definido a todos los productos de BMW, y este Serie 5 está llamado a ser una referencia
En mercados donde los SUV dominan a placer y suponen la mitad de las ventas, lanzar berlinas parece casi un gesto de rebeldía. Pero si el insurrecto es BMW, el tema se pone aún más interesante. Los bávaros van a más, y entonan el ‘más difícil todavía’ al sacar la octava generación de su Serie 5, con cuatro motorizaciones distintas: gasolina, gasoil, híbridos enchufables, y eléctricos.
El mercado pide, y ellos ofrecen el producto adecuado para todas las sensibilidades, al menos con este clásico remozado, reiniciado y reconstruido de arriba a abajo.
Espíritu eterno, coche completamente nuevo
Hacer la guerra en solitario nunca ha sido fácil, pero BMW jamás se ha arredrado ante ningún enemigo. Sin pertenecer a grupo alguno, sin asociarse a otras marcas, con soluciones e ideas propias, los alemanes siempre han avanzado a base de imprimir un marcado espíritu deportivo a sus creaciones. La calidad y el comportamiento dinámico de sus mecánicas han definido a todos sus productos, y este Serie 5 —G60 en código de fábrica— no solo cumple, sino que está llamado a ser una referencia, ya sea con motores de combustión como en sus versiones 100 % eléctricas.
Con cinco metros y seis centímetros, se sitúa en el segmento E, entre la Serie 3 y Serie 7, y con más tecnología que ningún otro BMW en el mercado. Por fuera, su frontal es más afilado de lo habitual, y ha visto ampliada la rejilla delantera, pero sin caer en el exceso del Serie 4 con su poco celebrado morro de castor. Sus líneas son muy simplificadas, aunque repletas de detalles, como los tiradores de las puertas enrasados en la carrocería o las nervaduras en el capó. Destacan los grupos ópticos, muy afilados, y una limpieza general. Como es acostumbrado en la marca, en su configurador encontraremos el acabado M Sport y uno más radical aún, el M Sport Pro, con llantas de entre 18 y 21 pulgadas, dependiendo de versiones, acabados y motorización.
Interior
Si nos colamos dentro, la amplitud de un coche que mide 1,9 metros de ancho supera a la de muchos SUV; quien quiera espacio, aquí lo va a encontrar. Durante años muchos críticos de la marca acusaban de cierto retraso en los acabados y detalles en su salpicadero. Esto es más o menos opinable, pero de un tiempo a esta parte han dado un salto de gigante en la asignatura, y se refleja de manera superlativa en este Serie 5 a base de tecnología.
La sofisticación de lo que se topa su conductor sobresale gracias a la Curved Display, que fusiona en una sola pieza las dos pantallas de 12,3 pulgadas y 14,9 pulgadas. La primera es la asociada a las funciones motrices del vehículo y la más grande, la dedicada al infoentretenimiento, entre los que hay… videojuegos con conexión a teléfonos móviles.
El volante multifunción posee la parte inferior plana, para dejar más espacio para los conductores que prefieran llevarlo muy bajo. El nuevo iDrive posee una miríada de nuevas funciones entre las que destacan los controles por voz y gestos. Hay modos de conducción, realidad aumentada, conexión con dispositivos de Apple y Android, y todo invento imaginable que posea cualquier otro coche de la competencia gracias a una nueva generación de su sistema operativo.
Motores, la familia crece
El hijo mediano de la factoría de Dingolfing, la más tecnológica de la firma, llegará a muchos corazones, sobre todo por su amplio abanico de opciones a la hora de propulsarse. La oferta de versiones térmicas se ha comprimido, y en principio se comercializarán tres mecánicas básicas, todas ellas asociadas a una caja de cambios automática de ocho velocidades.
El plus llega con el añadido de disponer del sistema híbrido ligero (MHEV) con lo que recibirán la etiqueta ECO. La gama arranca con motores de gasolina de dos litros y 208 CV, que le impulsan de 0 a 100 en 7,5 segundos y que alcanza una velocidad máxima de 230 km/h. Su hermano diesel básico dispone de los mismos cuatro cilindros, 197 CV, y prestaciones muy ligeramente superiores, por no decir que son casi las mismas. Estos estarán en los concesionarios pasado el verano. Lo más sabroso y potente, al igual que lo eléctrico, llegará en 2024.
Voltios alemanes
Tesla pega zancadas en los mercados más avanzados con sus eléctricos y los alemanes no quieren quedarse atrás, de ahí la importancia de sus motorizaciones a corriente. El Serie 5 eléctrico, denominado comercialmente i5, dispondrá un par de opciones de una manera similar que lo hace el Serie 4. El más básico dispondrá de un paquete de baterías de 84,3 kWh asociado a un motor de 335 CV fijado a las ruedas traseras. En una versión más potente, la llamada M60 aplicaría 590 CV al suelo a través de dos motores, uno delante y otro detrás. El primero alcanza los 100 km/h en menos de seis segundos, esta otra con cuatro ruedas motrices lo hará en 3,7 segundos. Y si la autonomía es una preocupación, en ciclo WLTP estos dos coches logran unos generosos registros de 579 y 515 kms respectivamente.
Los precios de las versiones térmicas empiezan en los 60.000 euros, y las eléctricas, aún no disponibles, pero ya configurables, se mueven entre los 76.750 euros del i5 eDrive40 y los 114.250 del más prestacional i5 M60 xDrive.
Si en lo eléctrico la industria europea va un paso o dos por detrás de Tesla y los chinos, Mercedes y BMW están dando no pasos, sino zancadas para sujetar un cetro que peligra. La única vía es calidad, experiencia, tecnología, y una experiencia mejor. Este BMW Serie 5 aglutina todos esos deseos, pasen y vean.