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El coche eléctrico se lleva titulares, pero en China se están forrando con los de gasolina

Mucho se habla del coche eléctrico chino y la fagocitación de recursos, pero está pasando muy desapercibida otra jugada: los baratos de motor térmico

El coche eléctrico se lleva titulares, pero en China se están forrando con los de gasolina

MG ZS, el SUV del que todo el mundo habla.

La fiebre amarilla ataca con saña a la automoción europea, y se la está comiendo por los pies. Mucho se habla del coche eléctrico chino, las baterías de estado sólido, la fagocitación de recursos, pero está pasando muy desapercibida otra jugada: los coches baratos de motor térmico. La industria del viejo continente se ha recuperado del achaque pandémico a base de concentrarse en los coches de mayor margen, los más caros, y está ganando más que nunca. Enhorabuena. El problema es que han descuidado una fuente de ingresos pequeña en cuanto a beneficio por unidad, pero clave en el desarrollo de las propias marcas.

Los utilitarios son pocos rentables, pero mantienen vivas líneas de producción, factorías, instalan motores y desarrollos ya amortizados, y dan tarea a los concesionarios. Obnubilados con el vehículo eléctrico, las marcas han perdido interés en los coches térmicos, que hasta 2035 tendrán clientes que los pidan. Son doce años en los que muchos compradores, que no estén sujetos a las reglas de las Zonas de Bajas Emisiones, van elegir este tipo de coche por su precio. Y en esto los chinos están empezando a traer productos imbatibles. 

La sorpresa de abril

Las ventas del mes del pasado mes de abril han mostrado una mejoría con respecto al mismo periodo del año anterior —un 8,2 % más—, pero alberga una pequeña sorpresa. De los diez coches más vendidos, nueve están hechos en Europa… aunque hay una sorpresa. Uno, el sexto más vendido, vino en barco desde China. Entre Seat, Dacia, Renault, Volkswagen o Citroen se ha colado el MG ZS, un SUV con un precio que nadie puede igualar, 13.990 euros, y con el añadido de la entrega inmediata, sin esperas. Esas son las dos principales razones por las que se están vendiendo como churros, y para muchos es el chollo del momento. 

El MG ZS se sitúa en la zona baja del precio, y de igual manera en la zona baja de la tendencia de moda, el SUV; en otras marcas un producto similar puede dispararse a cifras del doble. Se vende en tres versiones, la consabida eléctrica que es la más cara, una intermedia con motor turbo de 1.0 de tres cilindros, y la menos ambiciosa, pero accesible, con un propulsor atmosférico de 1,5 litros que desarrolla 106 caballos (la versión turbo, de menor cilindrada, desarrolla 111CV). La versión de-menos-de-catorce-mil-euros alcanza los 175 km/h y su aceleración de 0 a 100 es de 10,9 segundos. Su motor es tranquilo, suena y vibra poco, y es eficiente sin pretender ser un prodigio de deportividad. No es que no sea lo enérgico que resulta necesario, es que si se necesita más caballería, hay que irse a otras versiones. Su consumo ronda los 7 litros a los cien y puede llevar la etiqueta C. 

MG ZS.

Su diseño es muy actual, discreto, sin estridencias, con líneas suaves y exento de esos extraños detalles que con frecuencia recargan sin mucho sentido los coches asiáticos. Con 4,32 metros de longitud tiene a los Dacia Duster, Peugeot 3008 y Renault Captur como principales vecinos de segmento. Por defecto, el chino parece algo mejor equipado en sus acabados más básicos a cambio del precio que piden en los concesionarios. 

Interior y acabados del coche

A pesar de poseer detalles propios de coches de más fuste, como retrovisores eléctricos, sensor de aparcamiento trasero, o una pantalla de una calidad bastante correcta, su interior se muestra sencillo en la versión Confort (básica). No hay muchos botones que tocar, y gran parte de los controles atienden al mandato que se les aplique desde la consola la citada pantalla, de 10,1 pulgadas. Si se quieren detalles extra, están los acabados del acabado Luxury, que ofrece a cambio de 16.100 euros refinamientos como un cuadro de instrumentos digital, cámara trasera, asiento calefactables, asiento del conductor con regulación eléctrica, navegador, faros antiniebla delanteros o sensor de lluvia. 

Su espacio interior es el habitual en los B-SUV, bastante buena para cuatro personas y algo justa para un quinto pasajero. El maletero dispone de 448 litros de capacidad, y si los asientos traseros se abaten, el espacio crece hasta los 1.378 litros. La polivalencia que permite resulta más que suficiente para el uso familiar habitual, o incluso para uso industrial/profesional si en alguna ocasión resultase necesario. 

Con promociones

La industria china se esfuerza en mejorar mucho sus productos, y este hijo del gigante SAIC —empresa matriz de MG— no es malo, porque cumple con lo que se le pide. Sin embargo, solo logra tres estrellas en la prueba de Euro NCAP, y no porque no pase las pruebas de choque, sino porque carece de detalles que elevan su valor. Tiene los sistemas de control de tracción y frenada necesarios, airbags frontales, laterales y de cortina, sensores antivuelco, y hasta sensor de ángulo muerto en los acabados superiores. Su más débil puntuación se debe más a los accesorios de los que carece, como el asistente de mantenimiento de carril o frenada de emergencia. En todo caso, cumple. 

El que se lleve a casa un MG ZS recibirá en promoción un seguro a todo riesgo por un año, y una garantía de la marca de 7 años, o 150.000 kilómetros. El conjunto es un coche tirado de precio, con una calidad percibida sorprendente, muy buenos ajustes y un aspecto impropio de un coche de menos de 14.000 euros. Te gustará más o menos, pero no dudarás de que es una bicoca, porque nadie ofrece tanto a cambio de ese dinero.

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