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Opinión

Por un nuevo Día D en Europa

«Tenemos la oportunidad de convertir el 9 de junio en un nuevo Día D, para volver a liberar Europa»

Por un nuevo Día D en Europa

Ursula von der Leyen. | Europa Press

El 6 de junio se cumplen 80 años del «Día D», nombre con que se popularizó la «Operación Overlord». La misma fue la mayor acción aeronaval de la historia, en la que las tropas aliadas, lideradas por EE.UU. y Reino Unido, desembarcaron en las playas de Normandía para liberar a Europa del totalitarismo nazi-fascista.

Solo en el Cementerio Americano en Colleville-sur-Mer, justo encima de playa Omaha, una de las cinco donde se desembarcó, hay enterrados unos 10.000 soldados caídos en combate. Chavales de 18, 20, 21 años, a los que no se les había perdido nada en Europa. Aun así, dieron lo más importante que tenían, su vida, por la causa de la libertad.

Tras la Segunda Guerra Mundial, dirigentes políticos de un nivel ahora inimaginable, buscaron la forma de que nunca más se repitieran el horror, la destrucción y la muerte provocados por ese conflicto bélico. La idea de Robert Schuman y Jean Monnet, por un lado, y la de Konrad Adenauer, por otro, era la misma: poner el carbón y el acero europeos en manos de un ente supranacional; así, ni Francia ni Alemania controlarían esos materiales, básicos para el equipamiento militar. 

La Comunidad Europea del Carbón y el Acero, nacida para que no hubiera más guerras entre Francia y Alemania, fue evolucionando hasta conformar la Unión Europea actual, con 27 miembros. Un proyecto inicial de paz, libertad y cooperación, que fue haciéndose cada vez más burocrático y centralista.

Así llegamos a la actual Comisión Europea, encabezada por Úrsula von der Leyen, elegida, entre los partidos españoles, por los eurodiputados del PP, PSOE, Ciudadanos y PNV, que podemos decir que ha terminado por subvertir el proyecto europeo hasta hacerlo contrario a su espíritu fundacional.

La Unión Europea se ha convertido en una máquina de regular. El 80% de las normas nacionales emanan de la UE. Sobre esa base, el ultraecologismo de esta Comisión Europea conspira contra el progreso de los agricultores, ganaderos y pescadores; amenaza a la industria automotriz, promoviendo la prohibición de los coches de gasolina desde 2035 y ensombrece el futuro de la aeronavegación, al avanzar hacia la prohibición de los vuelos cortos. 

Von der Leyen promovió el mayor programa de gasto público de la historia de Europa (los «fondos europeos»), cuya consecuencia principal es haber financiado proyectos subóptimos y dado origen a una deuda europea, que hace cinco años no existía. Esos fondos se siguen distribuyendo a cambio de supuestas «reformas». En el caso de España, se contaron entre esas «reformas» la creación del Ingreso Mínimo Vital, la supresión de la reforma de las pensiones de 2012 y el aumento de las cotizaciones sociales, todas medidas financieramente insostenibles

La deuda europea creada por Von der Leyen es ahora la excusa para la creación de impuestos europeos. Sí: además de los impuestos municipales, autonómicos y nacionales, esta Comisión Europea planea introducir impuestos europeos. Contra el ideal inicial de paz, Von der Leyen nos dice que la guerra con Rusia «no es imposible», mientras ha sido incapaz de controlar las fronteras y la inmigración ilegal.

Eso es solo el inicio. Si Von der Leyen es reelegida (el PP Europeo ya la proclamó como su candidata), lo que nos espera es una nueva ola de intervencionismo y centralización liberticidas, dejando nuestro porvenir en manos de una euroburocracia eco-friendly cada vez más alejada de los ciudadanos. El culmen será la introducción del «euro digital», que con la excusa de prevenir el lavado de dinero y la evasión tributaria, permitirá a los políticos controlar hasta el más mínimo de nuestros movimientos y hacernos, de facto, sus rehenes (pulsar un botón bastaría para congelar todos nuestros activos financieros).

La sangre de los que murieron en Normandía está siendo traicionada; la memoria de los Padres Fundadores de la UE, también. Esta UE no tiene nada que ver con su espíritu fundacional: se ha convertido en un proyecto crecientemente liberticida.

El 9 de junio tenemos la oportunidad de revertir esta tendencia. Tenemos la oportunidad de convertir el 9 de junio en un nuevo Día D, para volver a liberar Europa, ahora del estatismo liberticida de los euroburócratas.

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