Pagafantas, mala conciencia y las esclavas sexuales del sanchismo
«Se va Arrimadas de la política y vetan a Pam en Sumar. La política pierde erotismo para mí. Me quedo sin alicientes para ver los telediarios»
1. Qué mala noche electoral pasaron los columnistas del sanchismo. Me aseguran que lanzaban desesperados mensajes a Moncloa: «¡Mayday, mayday!». Pero a la mañana siguiente Sánchez convocó elecciones para el 23 de julio y todos esos columnistas se pusieron a elogiar como subsecretarios franquistas la audacia, la astucia, la apabullante inteligencia política de su líder. Me temo que la noche del 23-J volverán adonde lo dejaron el 28-M, y ya sin segunda oportunidad: «¡Mayday, mayday!».
2. Por su parte, muchos de nuestros antisanchistas se convertirán a partir del 24-J en sanchistas de Feijóo. No es que vaya a pasar, sino que ya pasó: en 2011, muchos antizapateristas pasaron a ser zapateristas de Rajoy. Ahora se repetirá, porque el espectáculo antropológico no se acaba nunca. En el mundillo del columnismo los cambios de gobierno son como esas pausas de las comedias para cambiarse de disfraz. El columnista defensor del poder sale como columnista crítico del poder. Y el columnista crítico del poder sale como columnista defensor del poder.
3. El 24-J (como ven, la caída de Sánchez la doy ya por hecha) traerá una revitalización de la ciencia política española. Será (junto con el cambio de postura de los columnistas) el primer efecto de la era Feijóo. Nuestros politólogos y nuestras politólogas reactivarán sus herramientas epistemológicas de análisis crítico del poder, que han tenido en el cajón durante el sanchismo, detrás de los tarros de vaselina. Y ya tenían ganas, joder. No es plato de gusto dedicarte a la politología y no emplear tus herramientas científicas, sino solo masajes y felaciones al poder, que tienen poca ciencia. Feijóo los sacará de esa esclavitud, de ese servilismo. Nuestros politólogos y nuestras politólogas han sido los esclavos y las esclavas sexuales del sanchismo. Recuerdo aún a una de ellas (en su perfil de Twitter se dice «científica social») que habló del carisma de Sánchez. ¡El carisma de Sánchez! También ella se beneficiará de la manumisión de Feijóo.
4. El sanchismo tendrá aún sus últimas víctimas. Quizá el viejecillo que muera en Écija el 23 de julio cuando se dirija a votar. Y, en todo caso, los (¡acalorados!) miembros de las mesas electorales. Estos serán los pagafantas últimos del sanchismo.
5. Gran momento en la tertulia de ‘La Brújula’ de Onda Cero del 29 de mayo. Carmen Morodo dijo, acerca de lo ocurrido el 28-M, que en Moncloa no lo habían visto venir. A lo que apostilló Rafa Latorre: «El problema es que no lo ven pasar».
6. Se conjura la vieja guardia del PSOE para ofrecer una alternativa a Sánchez. El problema es que esa vieja guardia (con Rubalcaba) ya fue un fracaso electoral. El PSOE está muy mal. Tiene poca solución. El sanchismo fue un fugaz sueño de gloria. Tal vez solo pudieron hacer algo bajo ese formato aberrante.
7. La admiración de Iglesias por el lema ‘Que te vote Txapote’ prueba que es una bajeza de su nivel: una bajeza de las que él y Podemos han introducido en la política española.
8. Se va Arrimadas de la política y vetan a Pam en Sumar. La política pierde erotismo para mí. Me quedo sin alicientes para ver los telediarios. No recibía un golpe tan fuerte desde que se retiraron las hermanas Williams.
9. Albert Rivera pretendió que Ciudadanos sustituyera al PP. Los que aplaudieron su error ya han sustituido Ciudadanos por el PP.
10. Dice el editorial de El País (lo señala José Ignacio Wert) que Rivera frustró el pacto con Sánchez. Es la mentira que el sanchismo se inventó y se inventa para lavar la conciencia por sus pactos infames.