Emma Colao, la que has montao. Por qué la cultura de la censura y el miedo mata
«Las campañas de cancelación no solo afectan directamente a la persona cancelada»
A estas alturas creo que todo el mundo sabe lo que sucedió en un programa de la televisión autonómica canaria. Al presentador le dicen por pinganillo que va a aparecer en pantalla Emma Colao, directora del Observatorio de Derechos Sociales de Canarias. Pero en pantalla aparece un señor calvo, o lo que el presentador ve como un señor, y entonces el presentador da por hecho que en el programa se han confundido y que han puesto en pantalla al invitado del siguiente bloque, que es un especialista en nutrición. Pide disculpas a los espectadores y espera que le den paso a Emma. Le dicen que dan paso a Emma y vuelve a salir el señor calvo. El presentador vuelve a pedir disculpas… Y entonces es cuando se descubre que el señor calvo no es un señor calvo, sino que es una mujer. Porque se ha identificado como tal. Y se lleva identificando como tal desde 2019.
Y sin embargo en las pasadas elecciones autonómicas de 2023, su nombre (el del aparente señor calvo y no el del presentador) aparecía como Kevin Blas en la papeleta en la que se presentaba a «presidenta de la Diputación Canaria». Presidenta.
Pero no solo había cambiado de hombre a mujer, también había cambiado de político del PP a política de la agrupación Reunir Canarias. Repito: Kevin Colao había sido un político del PP y luego se había convertido en Emma Colao, candidata a la Presidencia de la Diputación.
La directora del programa tuvo que llamar a Emma (ex Kevin) Colao y pedirle disculpas una y otra vez. Porque sabía a lo que se arriesgaban. Emma podía denunciar al programa.
Creo que mucha gente ya sabe que yo he tenido un juicio recientemente en Canarias porque me sucedió exactamente lo mismo. Vi una foto y dije que mis ojos veían en esa foto a un hombre, de la misma manera que el presentador vio en la imagen de Emma a un hombre. Puesto que el juicio versaba sobre derechos fundamentales y puesto que se celebraba en Canarias, las costas del juicio fueron muy elevadas. Y si las puede pagar fue gracias a un crowdfunding, yo no hubiera podido pagarlas nunca.
Quizá por eso es probable que la directora se esforzara tanto en disculparse, porque no le apetecería, entiendo, presentarse a un juicio. O quizá ella sí que vio en Emma a una mujer. Quién sabe.
Ed Piskor
El pasado día 2 de abril se suicidó Ed Piskor, que era uno de los dibujantes de comics vivos más importantes del mundo, si no el que más. Acababa de cerrar una negociación de contrato con una editorial, contrato por el que debían abonarle 75.000 dólares, que aún no había recibido. El prestigioso Centro cultural de Pittsburgh había organizado una exposición retrospectiva de su obra. Piskor presentaba un podcast sobre cómics en Apple. No ha salido a la luz cuanto le pagaban, pero Apple paga muy bien. Piskor era moderadamente rico y exageradamente famoso.
En aquel momento, dos chicas hicieron acusaciones de acoso sexual. La primera aseguraba que Ed le hizo grooming (que intentó seducirla) cuando ella tenía diecisiete años, y aportaba unas capturas de pantalla para probarlo. La segunda decía que él le propuso tener sexo a cambio de ponerle en contacto con su agente y no aportaba nada para probarlo, solo su palabra.
El contrato, el podcast y la exposición se cancelaron de un día para otro. Sin que hubiera habido ningún juicio, y sin pruebas. En aquel momento empezó a llegarle al dibujante un aluvión de mensajes de odio. Tuvo que retirar sus redes sociales. En pocos días le cancelaron el contrato, la exposición, y el podcast.
Piskor respondía al patrón de lo que antes llamábamos Asperger y ahora se llama TEA (trastorno del espectro autista) leve. Tenía muy pocos amigos, era exageradamente tímido, y vivía recluido en su casa escribiendo y dibujando cómics, excepto en las ocasiones que tenía que ir a ferias para promocionarlos. Piskor no poseía habilidades sociales.
En su día, Piskor había sido un niño prodigio que publicó su primer fanzine a los diecisiete años. Y por eso cuando conoció a esta dibujante de cómic de 17 años sintió una identificación con ella. Por eso quería ayudar a la chica de 17 años. De la misma manera que a él le habían ayudado, cuando tenía aquella edad, otros dibujantes. En ningún momento se le ocurrió que la niñata podía sacar las conversaciones de contexto y publicarlas.
En cuanto a las acusaciones de la segunda chica, repito que es su palabra contra la de Ed. Piskor tenía una vida en la que se había dedicado exclusivamente al cómic. Como digo, no tenía muchos amigos, el único que tenía era su compañero de podcast, y él se unió a la masa que lo abandonó. Ed Piskor se suicidó a los 42 años y en la nota que dejó a sus padres especificó que quería que demandaran a estas dos chicas. Quería que su muerte sirviera para algo.
Yo misma
Cuando leí la nota de Piskor recordé el día que por poco me suicido yo. Fue en octubre de hace dos años. Finalmente llamé a un psicólogo de guardia y el resto me lo reservo… porque quizá lo cuente alguna vez, pero no aquí.
Yo viví exactamente lo mismo que vivió Ed. Cuando dije que había fallos en la ley trans y que lo que iba a acabar por suceder era lo que actualmente está sucediendo, me encontré con una mareada de odio y una ola de cancelación semejantes a las que vivió él.
La ley tiene fallos y los estamos viendo todos los días. Solo por atreverme a cuestionar un sistema recibí la misma oleada de cancelación que recibió Piskor Una serie que estaba ya pagada y encarrilada se canceló. Me echaron de un diario y de un programa de televisión. En ambos llevaba más de ocho años colaborando. En uno tenía contrato y el despido fue ilegal, pero no tuve valor para seguir adelante y demandarles. Cancelaron todas mis conferencias. Soy madre soltera y me quedé sin dinero, y en una situación muy complicada.
Por supuesto, me planteé el suicidio, como Ed Piskor. Yo recibía la misma marea de odio que él recibe y la sigo recibiendo (basta con que ustedes vean los comentarios que me dedican en Twitter cada día, cada puñetero día, para comprobarlo). Me quedé sin trabajo, un trabajo al que amaba profundamente y amo, de la misma manera que él amaba el suyo. Me sucedió lo mismo que a Ed: amigos que yo creía amiguísimos desaparecieron. A alguno le descubrí llamándome terfa, transfoba y plagiadora por redes.
Cesaron todas las conferencias, ninguna editorial me quería publicar, me tuve que enfrentar a varios juicios no solo el que ha habido en Canarias. En uno de ellos presentaron un informe falsificado en el que se decía que yo acosaba a menores. (He presentado una querella al Ayuntamiento de Mairena del Alcor, que es de donde presuntamente venía ese informe, para que me aclaren el tema). Llevo más de 20.000 euros gastados en juicios.
Si no cometí la misma tontería que cometió Piskor fue porque tengo una hija. Pero entiendo perfectamente por qué él decidió que no quería seguir adelante. Cuando te apartan de tu medio de subsistencia y no conoces otro, porque has dedicado a tu trabajo y a tu vocación toda tu vida y todas tus energías, te quedas vacío. Te encuentras sin futuro. Dudas de tu propia identidad, porque has asociado tu identidad a tu trabajo. Estás agotado porque llevas días y días sin dormir. Y distorsionas la realidad porque crees que todo el mundo te odia. Ed se quedó mucho más solo que yo, porque yo tenía tres o cuatro amigos irreductibles, pero la soledad que experimentas es corrosiva.
Mi ex amiga
La semana pasada una conocida me escribía para invitarme a ver su obra de teatro. Es importante recalcar aquí que no fui yo la que le pedía a ella que me invitara, que ella era la que se ofrecía a invitarme. No es una amiga íntima y desde luego ha demostrado no ser exactamente una amiga, pero sí que teníamos una relación social más o menos extendida en el tiempo.
Yo tenía que estar en la puerta del teatro a las ocho. Y a las 7:30 recibo el siguiente mensaje: «Por cierto, Lucía tú sabes que tengo una cuenta de Twitter que se llama xxx y tú me sigues en esa cuenta de Twitter. Pero he desvinculado ambas cuentas para que mi cuenta como activista no perjudique a mi trabajo como actriz. Y te pido por favor que si mañana por casualidad me etiquetas, me etiquetes en la cuenta de actriz y no menciones que tengo otra cuenta. Yo no soy tan valiente como tú».
Obviamente no asistí a la obra y tampoco quise volver a hablar con ella. Y espero no volver a encontrármela en la vida. Ella no me conoce lo suficiente como para saber que estuve a punto de suicidarme. Pero creo que ella sabe que otras personas ya se han suicidado después de campañas de cancelación. No solo Ed Piskor.
Las otras víctimas
La presentadora de televisión Caroline Flack se suicidó también después de recibir una campaña de odio, aunque en su caso no estaba relacionada directamente con sus opiniones políticas. A ella le habían acusado de ser una maltratadora. Estaba implicada en una relación tóxica con un hombre bastante más alto y fuerte que ella, y cuando él intentó agredirla ella se defendió dándole en la cabeza con una lámpara. El novio no presentó cargos pero inmediatamente una turba exigió la cancelación de Caroline. También se quedó sin trabajo y finalmente se suicidó.
Richard Bilkszto era Director del Burnhamthorpe Collegiate Institute and Adult Learning Center en Canadá, y se suicidó después de que una discusión con un formador de diversidad en Toronto supusiera una ola de cancelaciones y la pérdida de su trabajo, sus amigos y su buena reputación.
Mike Adams, catedrático de criminología de la Universidad de Carolina del Norte, se suicidó en medio de una ola de cancelaciones de campus, cuando los estudiantes exigieron que lo despidieran por comparar en broma los cierres de Carolina del Norte con la esclavitud.
Carole Hooven esa profesora y codirectora de estudios universitarios en el departamento de Biología Evolutiva Humana de la Universidad de Harvard. Era una una de las diez profesoras mejor valoradas por Harvard Crimson, el periódico de los estudiantes. Harvard la expulsó por afirmar que solo existen dos sexos. En aquel momento no se supo, pero recientemente ella ha reconocido que intentó suicidarse después del despido y que estuvo ingresada en una unidad psiquiátrica tras haber recibido miles de mensajes de odio.
Existen más profesores y celebridades que se han suicidado. Según la SER, que quizás sea el máximo representante de la cultura woke en España, 200.000 estudiantes se intentan suicidar cada año debido al acoso escolar.
Antes te acosaban por marica, o por tener gafas, o por gorda. Ahora, expresar una opinión diferente a la opinión dominante también te puede suponer una cosa en el aula. Muchas chicas han sido acosadas por que se suponía que pertenecían a determinado partido político o que sus padres eran transfobos.
A mi hija, sin ir más lejos, la insultaban por ser «la hija de una transfoba» y tenía que venir a clase desde el instituto acompañada. Mi hija fue acosada por el mero hecho de ser mi hija. Actualmente pesa cincuenta y tres kilos, llegó a pesar 45 debido al estrés, y me sugirieron que la ingresara. No quise y ella tampoco quiso. Hoy se encuentra perfectamente. Pero esto es un ejemplo claro de que las campañas de cancelación no solo afectan directamente a la persona cancelada. Y también de que tener opiniones diferentes te pueden suponer un acoso incluso cuando no eres famosa. Un acoso escolar.
Yo no me suicidé, pero los años de estrés y el miedo están directamente relacionados con la enfermedad que sufro actualmente, según me cuentan mis médicos. Sí, la enfermedad tiene una base genética pero se activa con el estrés.
De la misma manera que le sucedió a Ed Piskor, perdí mis trabajos, todos, en un espacio muy corto de tiempo, perdí mi posibilidad de supervivencia y vivía aterrorizada por todo el odio que recibía en redes. Y si conseguí sobrevivir paradójicamente fue porque mi madre falleció y recibí una herencia que me permitió mantenerme un tiempo antes de que empezaran a ofrecerme nuevos trabajos. Es decir: Sobreviví porque otra persona no lo hizo.
El pensamiento de grupo
Cuando recibí el mensaje de esta chica recordé a una novia que yo tuve cuando éramos muy jóvenes. Yo debía tener unos veintisiete y ella treinta y tantos. Yo soy bisexual y ella era y es absolutamente lesbiana, y nunca ha estado con un hombre. Pues se inventó un novio postizo al que presentaba a la familia.
¿Lo hizo porque necesitaba el dinero de la familia? No, en absoluto. Eran los felices 90 y ella ganaba muchísimo. Escondía su orientación sexual porque sufría homofobia internalizada. No se atrevía a decir en alto que ella era lesbiana porque daba por hecho que sus padres tenían razón. Porque se avergonzaba de quien era. Y esto es lo que le sucede a esta actriz.
Lo más curioso del caso es que en el teatro en el que que mi ex amiga está trabajando hay varias salas y se van alternando diferentes obras. Hay obras por la mañana, obras por la tarde y obras por la noche. Pues eché un vistazo a las obras y una es la de una compañía que se proclama orgullosa como compañía LGTBIQ.
Es decir, los promotores de la ley trans sí que lo pueden decir orgullosamente, pero aquellas personas que sean contrarias tienen que callar, so pena de perder el trabajo. O no. No sé si mi amiga perdería su trabajo. Si de verdad lo perdería, luego que no me digan que no vivimos en una dictadura. Si puedes perder tu trabajo porque no estás de acuerdo con los términos de una ley, entonces vives en una dictadura. Es de cajón.
Sé que desde el momento en el que mi ex amiga está trabajando en ese entorno se adhiere a los postulados de ese grupo. Vale que en privado puede que piense otra cosa, pero en público apoya a la gente que me acosó, a sus postulados y a sus consignas. Y encima pretende que yo vaya a verla un espacio donde es posible que me insulte o que me agredan, algo que ya me ha sucedido en algunas ocasiones, en determinados espacios a los que he aprendido a no volver.
Mi amiga hace activismo en redes y cree que su cuenta está aportando algo a la causa feminista clásica.No está aportando absolutamente nada. Una cuenta de Twitter no cambia nada cuando es anónima. Si se hubiera atrevido a decir algo en público, quizá hubiera animado a otras personas a hablar en público.En realidad somos muchas más personas las que están en contra de esta ley loca que las que están a favor. Pero cuando todo el mundo se calla se crea el sesgo de conformidad. El pensamiento de grupo.
El sociólogo Irving Janis explicaba así la catastrófica decisión de la toma fallida de Bahía Cochinos. Cuando el presidente Kennedy reunió a sus asesores para tomar la decisión el primero que habló fue un coronel, y defendió la invasión. A partir de entonces el resto de los asesores dio por hecho que, si mostraban su opinión contraria a la invasión, podían perder su trabajo. Así que cada uno dijo lo que creía que los otros esperaban oír. Años más tarde, cuando Janis entrevistó a cada uno de los asesores, descubrió que el único que estaba a favor de la invasión fue aquel que habló primero y que todos los demás estaban en contra, pero no se atrevieron a expresar su opinión.
En realidad si esta chica hablara, y tantas como ella hablaran, la cultura de la cancelación ya no existiría.
Actualmente en Madrid hay más personas en contra de la actual ley trans que a favor. Que ¿cómo lo sé? Pues porque Isabel Díaz Ayuso modificó las leyes trans autonómicas y hubo una manifestación mínima que no congregó ni a ciento cincuenta personas. E incluso estando sufriendo hoy Isabel Díaz Ayuso una campaña informativa en la que se le acusa de todo tipo de crímenes (que desconozco si son reales o no, porque no ha habido ninguna sentencia judicial al respecto) todas las encuestas muestran que, si mañana hubiera una votación autonómica, Isabel Díaz Ayuso, volvería a salir por mayoría absoluta.
No sé la razón final de por qué la gente volvería a votar a Isabel Díaz Ayuso, porque no manejo esos datos, pero algo me dice que una parte de sus votantes lo harían por miedo. Porque tienen miedo a estas leyes autoritarias y a estas campañas de cancelación. Porque tienen miedo a una ley mordaza autoritaria que dice que si te atreves a decir que tus ojos ven un hombre puedes enfrentarte a una multa muy alta.
Y el problema cuando se crean leyes así es que abren la puerta para otras leyes todavía peores. Cuando por ley tienes que negar lo que están viendo tus propios ojos… ¿Qué extraña ley no puede llegar después?
La letra Escarlata
La actriz me está leyendo espero y me dirijo directamente a ella. No voy a decir tu nombre.
Me aterrorizó tu falta de empatía. Tu crueldad, porque tu mensaje fue cruel. Me aterró que creyeses que yo de verdad iba a ir a un teatro cuando me estabas contando que me invitabas a ir a un entorno en el que mis ideas se consideran peligrosas y en el que tú puedes perder tu trabajo si abres la boca. Me sorprendió que pensaras que yo iba a aprobar que vivas en un sistema hipócrita en el que te calles sobre tus ideas a cambio de dinero, y sin embargo luego te parezca que la prostitución es indigna.
Yo no veo mucha diferencia entre vender tu cuerpo por dinero y vender tu integridad por dinero. Obviamente es mucho más asqueroso en primera instancia lo primero, pero yo sé que lo segundo te corrompe también moralmente, y te cambia como ser humano. Que cuando empiezas a prostituir tus ideales acabas por no saber quién eres. Lo he visto a mi alrededor muchas veces.
Si tú quieres prostituir tus ideales, tu pensamiento y tus creencias, ésa es tu decisión y yo no la puedo impedir. Y ni siquiera voy a decir aquí tu nombre o alentar a la gente a que no vaya a ver tu obra. Pero no voy a ser tan sumamente hipócrita como para apoyarte.
Apoyar tu decisión sería apoyar a la gente que por poco me conduce al suicidio, sería apoyar a la misma estructura de pensamiento que condujo al suicidio a Ed Piskor y a tantos otros, a la misma estructura de acoso que luego se va repitiendo en los institutos. Tú has decidido venderte, véndete. Pero no tengas la desfachatez de pretender que eres mi amiga, por favor.
Eres culta, sé que habrás leído La Letra Escarlata. Yo me siento Hester, a mí me han puesto la letra escarlata. Tú eres como el reverendo Dimmesdale, que en privado peca, pero en público se muestra como obediente al orden y a las normas. Te recuerdo que el reverendo enferma y muere. Porque, como dice el autor, «ninguna persona puede, durante mucho tiempo, mostrar un rostro para sí mismo y otro para la multitud, sin finalmente confundirse sobre cuál puede ser». Supongo que con el tiempo te sucederá a ti. O no. Ni lo sé ni en realidad me importa, bastante concentrada estoy en intentar seguir adelante.
El entorno extremadamente sexista que culpó a Hester es el entorno extremadamente sexista que hoy nos persigue a las mujeres que luchamos por nuestros derechos. Y mientras mujeres como tú sigan calladas, su silencio cómplice reafirmarà esta estructura misógina.
Una postdata
Ya que usted ha leído hasta aquí, le voy a pedir un favor. Como sabe durante años he estado cancelada, ya lo he explicado en este artículo. Ahora por fin parece que la cosa va cambiando y he podido publicar en una editorial, por pequeña que sea. Y voy a presentar mi libro en Barcelona, algo que no he podido hacer durante cuatro años porque era incluso arriesgado.
Será este viernes doce de abril en la Casa del libro de Barcelona y hay más información en mis redes.
Si usted vive en Barcelona o conoce a alguien que viva en Barcelona, por favor avísele. En esa misma Casa del libro intentaron impedir las hordas canceladoras la presentación del libro «Nadie nace en un cuerpos equivocado», de José Errasti y Marino López Alarcón. Es posible que en mi caso también se presente gente a insultar. Ya que mucha gente no se atreverá a ir pero quizá otra se presente para apoyar. Repito que si usted vive en Barcelona o conoce a alguien que viva haga correr la noticia. Será el viernes 12 a las 7:30 de la tarde.