THE OBJECTIVE
EL BLOG DE LUCÍA ETXEBARRIA

Por qué no tienes ni idea de lo que pasa de verdad en Palestina (ni en otra parte del mundo)

El apoyo a la causa palestina ea simplemente su manera de mostrar la oposición al bloque representado por EEUU

Por qué no tienes ni idea de lo que pasa de verdad en Palestina (ni en otra parte del mundo)

Terrorista de Hamás.

Al inicio del último conflicto entre Israel y Palestina, en octubre del 2023, yo fui a cenar a casa de un amigo. Este amigo había invitado a un famosísimo pintor de renombre, un individuo que no hacía más que darnos la matraca con lo del «genocidio de Palestina».

Yo he estado tres veces en Palestina. La primera, invitada por la Autoridad Palestina, e incluso si usted busca en internet podrá encontrar fotos mías con Yassimer Arafat. La tercera vez viajé por mi cuenta, contacté allí con la organización Breaking the Silence y accedí a la franja de Hebron (soy una de las pocas españolas que ha logrado entrar). Este hombre, el famoso pintor, nunca había estado en Palestina.

El famoso pintor no escuchaba lo que yo quería contarle, y solo me gritaba y me interrumpía (los aliados feministas de boquilla son muy dados al mansplaining). Fue cuando me aseguró que «él sabía más que yo» porque » había visto vídeos» (textual) cuando di la conversación por imposible.

Resultó que este hombre no sabía diferenciar entre Cisjordania y Gaza, ni mucho menos sabía localizar la franja de Hebron en el mapa. Yo alucinaba. El famoso pintor no tenía ni idea del conflicto, pero repetía una consigna detrás de otra como si no hubiera un mañana.


Lo triste es que no hablábamos de un hombre inculto, se trata de un hombre que lee mucho y lee las noticias, y hablamos de un hombre con muchísima influencia y prestigio, un intelectual a quien entrevistan a menudo en medios nacionales  e internacionales. Un hombre que no tiene ni puta idea de lo que está pasando en Palestina, pero aun así opina. Y, peor aún, se respetan sus opiniones. 

Las opiniones polarizadas que se están creando se difunden por razones económicas. Y políticas. Estoy segura de que Irene Montero e Ione Belarra , que ahora van con la kufiya a todas partes, igual que antes iban vestidas con la bandera trans, no tienen ni puta idea de lo que está pasando Palestina, como tampoco tenían ni puta idea de lo que iba a suceder con los bloqueadores de pubertad, ni tenían ni puta dea de derecho penal, y por eso no supieron prever las catastróficas consecuencias de la ley sí es sí.


Tampoco le veo particularmente informada a Yolanda Díaz, aunque esa señora nunca parece particularmente informada de nada. Sin embargo, desde sus partidos están constantemente alertándonos de que está teniendo lugar un genocidio en Palestina y de que deberíamos tomar postura.

En este artículo le voy a ofrecer DATOS Y NO RELATO sobre tres temas:

1. No está claro que haya un genocidio en Palestina. En el caso de que lo haya, no es el  más sangriento ni de lejos el más aterrador que actualmente tiene lugar el mundo.

2. A las élites de las diferentes ideologías (a todas, del color que sean) les interesa que mires hacia Palestina, no interesa que mires hacia otros conflictos mas cruentos.

Pero, ¿de verdad hay un genocidio en Palestina?

La Convención de las Naciones Unidas para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio define el genocidio como «cualquiera de los siguientes actos cometidos con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal». Los actos incluyen «matar a miembros del grupo, causar daños corporales o mentales graves a miembros del grupo, infligir deliberadamente al grupo condiciones de vida calculadas para provocar su destrucción física total o parcial, imponer medidas destinadas a impedir los nacimientos dentro del grupo y/o transferir por la fuerza a niños del grupo a otro grupo».

David Simon, director del programa de estudios sobre genocidio de la Universidad de Yale, en declaraciones a la revista Time,  afirmó que Israel sólo ha dicho explícitamente que quiere exterminar a Hamás, y no ha declarado directamente su intención de «destruir un grupo religioso, étnico o racial». Simon dice que es posible que un tribunal pueda concluir que Hamás o algunos elementos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) podrían ser declarados culpables de cometer un acto de genocidio, pero «ciertamente no es un  genocidio de manual, puesto que  la intención no es la  de destruir un grupo étnico como tal».

Ben Kiernan, director del Programa de Genocidio Camboyano de la Universidad de Yale, también en declaraciones a Time, añade que «el bombardeo de Gaza en represalia por parte de Israel, por indiscriminado que sea, y sus actuales ataques terrestres, a pesar de las numerosas víctimas civiles que están causando entre la población palestina de Gaza, no alcanzan el umbral muy alto que se requiere para cumplen con la definición legal de genocidio».

Si me preguntan a mí, diría que mi opinión personal, a raíz de lo que yo he visto, es que quizá sí que está habiendo un genocidio en Gaza, pero que soy perfectamente consciente de que no es el más importante en términos numéricos entre los genocidios actuales.

De hecho, en términos numérico, el genocidio más importante del mundo, el genocidio más importante del mundo actualmente es el de Afganistán contra los Hazara, seguido por el de Darfour, y por el de Yemen, y nadie está hablando del tema. 

Los representantes de Podemos se han erigido en los máximos habilidades del genocidio palestino, pero Pablo Iglesias escribe a menudo en la revista Ctxt, que se ha ha posicionado abiertamente a favor de los talibanes. Los talibanes han asesinado a 20.000 hazaras en los últimos cinco años. En fin, qué se puede esperar de Podemos.

Genocidios que están teniendo lugar actualmente en el mundo.

Genocidio contra los Hazaras en Afganistán

Durante más de un siglo, la comunidad hazara ha sufrido discriminación selectiva, persecución y masacres debido a su origen étnico y a sus convicciones religiosas. Identificables a primera vista por sus rasgos distintivos, los hazaras no pueden ocultar su origen étnico a los agresores. Ya en la década de 1890, alrededor del 60% de la población hazara fue masacrada durante campañas genocidas.

Es innegable que todas las comunidades de Afganistán han sufrido enormemente, pero la minoría hazara ha sufrido desproporcionadamente, debido a su identidad étnica y religiosa distintiva. 

Como minoría etnoreligiosa, los hazaras de Afganistán han soportado una larga historia de discriminación y persecución sistemática muy especial. La comunidad hazara ha sufrido esclavitud, asesinatos en masa y desplazamientos forzados. Este sufrimiento ha continuado hasta el presente, agravado de manera alarmante por el ascenso al poder de los talibanes. 

Desde que los talibanes tomaron el poder a mediados de agosto de 2021, la situación se ha deteriorado porque el grupo no ha podido (o, más bien, no ha querido) impedir que la facción Khorasan del Estado Islámico (Isis-K) y otros grupos ataquen a los hazaras.

Genocidio contra los Hutíes en Yemen

Los rebeldes hutíes constituyen un movimiento chiíta zaidí que lleva luchando contra el gobierno yemení de mayoría suní desde principios de la década de 2000. La guerra civil en Yemen continúa devastando el país. Se estima que 233.000 personas han muerto desde el inicio de las hostilidades en 2015. 233.000 muertos, repito.

Los años de conflicto han diezmado la economía, la infraestructura y los servicios básicos del país, creando la crisis humanitaria más grave del mundo.  La crisis humanitaria más grave del mundo, repito. 24,1 millones de personas en Yemen –más del 80% de la población– necesitan asistencia humanitaria.

El 58% de la población de Yemen se enfrenta a la pobreza extrema y más de 19 millones de personas necesitan asistencia alimentaria de emergencia.

Genocidio contra los Rohinyas en Myanmar

Los rohingya viven en el estado de Rakhine, en el noroeste de Myanmar. A diferencia de la mayoría del país budista, los rohingya son musulmanes y durante mucho tiempo han sufrido como ciudadanos de segunda clase en Myanmar. El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, declaró oficialmente la crisis rohingya como un caso de limpieza étnica. Hasta ahora, unas 25.000 personas han muerto en Myanmar desde 2018 y al menos 7000.000 han sido desplazadas.

Genocidio contra los Nuer en Sudán del Sur

Sudán del Sur se convirtió en el país más nuevo del mundo en 2011, pero desde 2013 el país ha estado sumido en una brutal guerra civil. A lo largo del conflicto, el presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, miembro del grupo étnico dinka, ha estado utilizando su ejército para librar una campaña de genocidio y limpieza étnica contra el principal grupo étnico rival de los dinka, los nuer, así como contra otros grupos locales más pequeños.

En solo una semana, en 2013 el estado masacró -en su mayoría por disparos- a unos 15.000 a 20.000 civiles nuer en Juba: el doble que la masacre de Srebrenica. Desde entonces, la limpieza étnica ha continuado y se desconoce el número total de muertos.

Aunque el conflicto Dinka-Nuer ha ocupado un lugar central en Sudán del Sur, muchos grupos étnicos más pequeños también han estado implicados en la vertiginosa ola de violencia étnica en el país.

Genocidio contra los Darfuríes en Sudán Occidental

La campaña de contrainsurgencia llevada a cabo por el gobierno sudanés y las milicias janjawid durante la guerra de Darfur constituye un genocidio aterrador. Medio millón de muertos. Muertos por el color de su piel. Porque son negros.

A mediados de la década de 2000, Darfur fue reconocido como el primer genocidio del siglo XXI por observadores internacionales y embajadores de Estados Unidos en aquel momento, y aunque Darfour ha desaparecido de los titulares desde entonces, las atrocidades que se cometen en esta región del Sudán occidental han continuado. 

Medio millón de darfuries, repito, han sido exterminados

Genocidio contra yazidies, chies y cristianos en Irán,Irak y Siria

Aunque en 2014 y 2015 el grupo terrorista ISIS forjó su califato en Siria e Irak devastados por la guerra, extendió su alcance a varias comunidades y grupos étnicos no musulmanes, incluidos los yazidis y los chiítas de Irak, Irak y Siria, así como a los cristianos sirios que viven tanto en Siria como en Iran e Irak.


En campañas brutales y genocidas en ambos países, el ISIS buscó exterminar sistemáticamente a yazidíes, chiítas y cristianos. También han llevado a cabo violaciones masivas entre las mujeres y las niñaa de estas comunidades.


Aunque las cifras siguen siendo confusas, miles de personas han muerto en estos genocidios relacionados. El ISIS continua causando estragos en la población de la región Khider Domle en Irak. Manda ovarios que nadie esté hablando del genocidio de los yazidies . 

Se contabilizan 5000 yazidies muertos, hombres. 10 800 mujeres y niñas yazidies vendidas como esclavas y 200.000 personas desplazadas de sus hogares. 

Llama poderosamente la atención que a las (presuntas ) feministas de Podemos y Sumar les importe cero y menos que haya mujeres y niñas vendidas para convertirlas en esclavas sexuales (recomiendo encarecidamente la lectura del libro Yo seré la última de Nadia Mourad para entender la situación).

República Centroafricana. Genocidio contra los cristianos

La República Centroafricana, un país africano encajado principalmente entre la República Democrática del Congo, Sudán del Sur y Chad, ha estado envuelta en una guerra civil desde 2013, cuando el presidente cristiano del país, François Bozizé, fue derrocado por una coalición de grupos musulmanes.

Si bien la guerra en sí disminuyó su intensidad en 2016, desde entonces las tensiones étnicas han aumentado rápidamente y muchos observadores aseguran que existe un genocidio entre las milicias cristianas (las milicias «anti-Balaka») . No se conoce la cifra exacta pero se calcula que alrededor de diez mil cristianos han sido asesinados.

Hago constar que solo estoy ofreciendo botones como muestra, y que hay más genocidios conocidos actualmente en el mundo.

Por qué interesa poner el conflicto palestino en primera plana

Por el colapso de las relaciones de Occidente con Rusia y China-Estados Unidos. Incluso en crisis en las que no están directamente involucradas, las grandes potencias discuten qué debería implicar la diplomacia, qué conflictos deben visibilizar o no. Y cómo hacerlo.

Y por el petróleo.

Desde la Guerra Fría, Israel ha sido el eje de la estrategia estadounidense en Oriente Medio.

Estados Unidos otorga a Israel miles de millones de dólares anualmente, bloquea sistemáticamente las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que condenan a Israel y respalda públicamente sus ofensivas militares. 

Pero… ¿ por qué?

La versión corta: es complicado.

La versión larga es que se trata de una estrecha interacción entre tres factores: la estrategia a largo plazo de Estados Unidos para Oriente Medio, una campaña de lobby pro-israelí, y las estrategias electorales.

 Estados Unidos no siempre se mostró tan cercano a Israel. Por ejemplo, cuando Israel (junto con Francia y Gran Bretaña) invadió Egipto en 1956, Estados Unidos se puso del lado de Egipto y obligó a los invasores a irse. Y Estados Unidos se opuso durante años al programa nuclear clandestino de Israel y trabajó activamente contra él.

Los compromisos declarados hacia Israel por parte de los responsables políticos estadounidenses no pueden borrar un legado de políticas estadounidenses que a menudo representaban más una amenaza que un apoyo a la seguridad israelí. Incluso cuando Estados Unidos llegó a apoyar a Israel, se trató más de un frío cálculo estratégico que del apoyo político interno que se ve hoy.

La relación entre Estados Unidos e Israel creció a pasos agigantados después de 1967, debido en gran parte a una postura estratégica y de contención cambiante de Estados Unidos. Los presidentes y estrategas estadounidenses llegaron a ver a Israel como una herramienta útil para contener la influencia soviética en el Medio Oriente, que era significativa entre los estados árabes. Y  utilizaron el apoyo diplomático y militar para integrar firmemente a Israel en el bloque antisoviético. Esta justificación estratégica cayó con el Muro de Berlín.

Sin embargo, la ayuda estadounidense a Israel siguió fluyendo después de la Guerra Fría, al igual que el apoyo diplomático.

De nuevo.. ¿Por qué?

Por un lado, la actitud de Estados Unidos hacia Oriente Medio no cambió mucho después de la Guerra Fría. Estados Unidos se involucró cada vez más en la gestión de disputas y problemas dentro de Medio Oriente durante la Guerra Fría, y mantuvo ese papel como única superpotencia mundial en los años 90. La estabilidad en Medio Oriente siguió siendo un importante interés estadounidense, por una serie de razones que incluían, sobre todo,  el mercado petrolero mundial. Por eso Estados Unidos asumió el papel de garante de la estabilidad regional.

Eso significó que Estados Unidos consideró que valía la pena estratégicamente apoyar a estados como Egipto, Arabia Saudita e Israel, países que se veían beneficiados por un enfoque esencialmente conservador de Estados Unidos hacia la política regional de Medio Oriente. Porque necesitaba acceso al petróleo. 

A diferencia de, digamos, Irán, Siria y el Irak de Saddam, estos países estaban básicamente de acuerdo con el statu quo en Medio Oriente. Estados Unidos también apoyó el statu quo, por lo que los apoyó en consecuencia.

Esta visión de Israel como una «fuerza de estabilidad» ayuda a mantener el apoyo de Estados Unidos. Puesto que se cree que Israel, (la única democracia en Oriente  Medio, por mucho que se trate de una democracia de baja intensidad) es el país que puede estabilizar lo que está sucediendo en el Medio Oriente.

El autoproclamado papel de Estados Unidos como administrador de Medio Oriente también le valió el puesto de mediador de paz entre israelíes y palestinos. El apoyo de Estados Unidos a Israel se plantea como una forma de mostrarle  al estado israelí que Estados Unidos todavía tiene en cuenta sus intereses durante las negociaciones . Para de ese modo, convencer a Israel de que pueden entablar conversaciones de paz de manera segura. Su objetivo es atraer a los israelíes a la mesa de negociaciones y mantenerlos allí.

En conjunto, estos factores estratégicos explican por qué el enfoque de Estados Unidos hacia Israel ha sido, en términos generales, consistente durante las últimas administraciones.

A pesar de los grandes desacuerdos entre las diferentes administraciones  en materia de política exterior, ambas han apoyado la ayuda militar y política a Israel. Y ambas dejaron de apoyar a  Israel cuando  resultaba útil para los intereses estratégicos de  Estados Unidos: Bush se negó a apoyar un ataque israelí contra Irán y Obama chocó repetidamente con líderes israelíes en los asentamientos de Cisjordania.

Todo esto no quiere decir que los presidentes y directores de política exterior estadounidenses tengan necesariamente razón al creer estas cosas. Está dentro del ámbito de la posibilidad, como algunos argumentan, que el apoyo de Estados Unidos a Israel socave la estabilidad regional y comprometa el estatus de Estados Unidos como intermediario neutral durante las negociaciones de paz.

Yo no tengo el más mínimo interés en respaldar la visión oficial de Estados Unidos, y me limito a describir la línea de pensamiento que ha sido tan influyente en impulsar el enfoque del establishment de la política exterior estadounidense hacia Israel. 

El apoyo de Estados Unidos a Israel no se trata sólo de cálculos estratégicos e intereses de política exterior, o al menos ya no. Durante mucho tiempo, al menos desde la década de 1980, también se ha tratado de política interna y de la forma en que los políticos estadounidenses interpretan a los votantes estadounidenses. Es decir: de cuántos votantes te puede costar el dejar de apoyar a Israel.

El factor que más impulsa la relación entre Estados Unidos e Israel parece ser el amplio y profundo apoyo a Israel entre el público estadounidense. Sean republicanos o demócratas. Porque entre los demócratas hay judíos y entre los republicanos hay fundamentalistas protestantes.

De hecho, los datos de Gallup desde 1988 muestran consistentemente un porcentaje mucho mayor de estadounidenses que simpatizan con los israelíes que con los palestinos en el conflicto

Pero, ¿por qué Israel es tan popular entre los estadounidenses? 

Una razón importante es la sensación percibida de «valores compartidos». La imagen moral estadounidense de Israel –»la única democracia en Medio Oriente», por ejemplo- es la base de las relaciones entre Estados Unidos e Israel.

Los grupos religiosos son otros dos factores de importancia crítica. Los judíos estadounidenses y los cristianos evangélicos son dos de los grupos más comprometidos políticamente en Estados Unidos. Son distritos electorales importantes, respectivamente, en los partidos demócrata y republicano. Y ambos son abrumadoramente proisraelíes.


¡Sorpresa! Aquí hay matices: el apoyo evangélico a Israel tiende a ser menos crítico que el apoyo judío. Hay un mayor sector de pro israelíes entre los protestantes que entre los judios.


Por ejemplo, una mayoría de judíos reformistas y seculares (el 65% de la población judía estadounidense) desaprueba la expansión de los asentamientos en Cisjordania por parte de Israel. Y los judíos menores de 35 años son los menos propensos a identificarse como sionistas (aunque la mayoría todavía lo hace).

La conclusión, la hipocresía, la ignorancia 

¿Por qué el pintor del que yo hablaba al principio del artículo era tan furibundamente propalestino pero le importaban cero y menos los yazidies, los nuer, los darfuries, los hazara o los roghinya? En primer lugar, porque ni sabe quiénes son. En segundo lugar, porque  ha sido manipulado. 

Porque la izquierda no apoya masivamente a la causa palestina porque las vidas humanas en juego le interesan mucho… Le interesan solo si son palestinas (ya que sí de verdad le interesaran las vidas humanas apoyarían a todas las víctimas de genocidios, y no seleccionarían a unas víctimas privilegiadas sobre unas víctimas olvidadas). El apoyo a la causa palestina ea simplemente su manera de mostrar la oposición al bloque representado por Estados Unidos.

En cuanto a mí, soy perfectamente consciente de que no todos los israelíes apoyan a Netanyahu (de hecho yo viajé a la franja de Hebron porque me ayudó una organizacion judía, Breaking The Silence) Yo tampoco apoyo su política. Mucho menos apoyo los valores que representa Hamás. Y a esto no le llamo neutralidad. Le llamo estar informada. 

El verdadero enemigo para mí no es ni Estados Unidos, ni Hamás, ni el Estado de Israel ni Irán. Los verdaderos enemigos son la ignorancia y manipulación que convierten a cada ciudadano hay ciudadana en una marioneta que acaba serviendo a intereses que en realidad deaconoce.

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