THE OBJECTIVE
EL BLOG DE LUCÍA ETXEBARRIA

De Nickelodeon a las elecciones vascas. Sobre miedo y olvido

«El miedo es un gran motivador. Y una sociedad educada en el miedo es una sociedad que se calla»

De Nickelodeon a las elecciones vascas. Sobre miedo y olvido

El candidato a lehendakari del PNV, Imanol Pradales, celebra los resultados electorales | H.Bilbao (Europa Press)

Corría el año 2000. Drake Bell tenía 13 años y era un joven actor que trabajaba en un canal de entretenimiento infantil, Nickelodeon, dentro en un programa conocido como El show de Amanda. Su padre, que era también su representante, estaba siempre en plató para asegurarse de que nadie maltratase a su hijo.

El padre se da cuenta de que el coach de interpretación, el que ayuda a los niños a ensayar su diálogos, presta una atención exagerada a su hijo. También se da cuenta de que la comunicación no verbal es rara. De que el coach toca a su hijo continuamente, que le acaricia los antebrazos y le pasa la mano por el hombro. Se queja a la cadena.

La respuesta que recibe es que es un homófobo. Que él no sabe entender la exquisita sensibilidad de los hombres gays. Y que si Brian toca tanto a su hijo es porque se trata de un hombre muy sensible. Que necesita el contacto físico para establecer una conexión intelectual.

El coach, Brian Peck, es un hombre que lleva muchos años trabajando en Hollywood, que tiene contactos a altísimo nivel. Le dice al joven actor y a la madre del joven actor (divorciada de su padre) que el padre está interfiriendo en la carrera de su hijo y que en el estudio le ven como demasiado intrusivo. 

El joven actor le cree, porque al fin y al cabo pasa más horas al día con Brian que con su propio padre. Y Brian es un hombre muy respetado en el círculo endogámico en el que el joven se mueve. Hay que tener en cuenta que este chico ni siquiera va al colegio, puesto que recibe clases en los mismos estudios de Nickelodeon. Drake no tiene vida más allá de Nickelodeon. Drake es extremadamente manipulable.

El coach organiza fiestas en cualquier ocasión, prácticamente cada fin de semana. A esas fiestas acuden peces gordos del mundo de Hollywood: productores, directores, representantes. También acuden los jóvenes actores que trabajan en la cadena. Corre el alcohol. Y alguna raya. Nadie encuentra raro que se organizen fiestas en las que conviven adolescentes y adultos y en las que se bebe tanto. Al contrario, los padres de los jóvenes actores acuden con sus hijos para ver si consiguen hacer contactos.

En una de esas fiestas, Brian les enseña un curioso tesoro a los invitados. Posee cartas y dibujos de John Wayne Gacy. Tiene las cartas en la mesilla de noche. Y un cuadro de Gacy colgado en su habitación. John Wayne Gacy es un famoso asesino serial americano que violó y asesinó al menos a 33 chicos jóvenes. Probablemente a más, pero no se pudo demostrar. Se disfrazaba de payaso en fiestas infantiles y benéficas. Se creó un extraño culto en torno a su persona y sus dibujos de payasos pueden llegar a costar ocho mil dólares en el mercado negro. John Wayne Gacy inspiró a Stephen King para el personaje del payaso asesino del libro It

Todos los padres de niños de la fiesta han visto las cartas y los dibujos. Ni un solo padre comenta que le parece cuanto menos raro que el coach se cartee con un asesino en serie ni les preocupa que sus hijos pasan tanto tiempo con Brian. Brian convence a Drake de que se aparte de su padre. Drake corta la relación con su padre, porque cree que estaba intentando boicotear su carrera por celos. Es lo que le ha dicho Brian. Drake se va a vivir con su madre. Su madre está fascinada con Brian. Brian le ha dicho que va a hacer de su hijo una estrella. Drake cada vez pasa más tiempo con Brian. Drake duerme muchas noches en su casa. A su madre no le parece mal.

En realidad, Brian ha iniciado una relación con con Drake cuando Brian tiene 40 años y Drake 13. Drake ha sido forzado en muchas ocasiones, pero está completamente aislado. Brian le ha convencido de que si cuenta algo le arruinará la carrera. Pero un día Drake estalla y se lo cuenta todo a su madre. Su madre acude a la policía. La policía entrena a Drake para que tenga una conversación telefónica con Brian. En esa conversación, Brian admite todo. Y admite que el sexo que tuvo con Drake era forzado, que Drake no quería y que él se impuso por la fuerza. Un hombre de 40 y un niño de 13 años. 

Hay un juicio. 44 personas escriben al juez. Algunos nombres y cartas se han hecho públicos. Hay 29 cartas cuya existencia se conoce, pero no se conocen los remitentes ni el contenido de las mismas. Las 11 cartas cuyo remitente y contenido sí que conocemos repiten todas lo mismo, como si los firmantes hubieran estado escribiendo lo que les ha dicho el abogado que escriban. Esto es: que Brian y Drake mantenían una relación consentida y que Drake ha traicionado a Brian para chantajearle.

Repito: hay 29 cartas firmadas por nombres que aún no conocemos. Se sabe que son nombres tan importantes de Hollywood como para que se haya podido preservar su anonimato. Tan importantes como para que a Brian solo le caigan 16 meses de cárcel en lugar de 16 años. Tan importantes como para que cuando Brian sale de prisión vuelva a trabajar en un show infantil, Zack y Cody, de Disney.

La noticia de lo sucedido en Nickelodeon apenas tiene recorrido y no ocupa grandes titulares. Pero lo que le prometió Brian a Drake se cumple: «Si cuentas lo que ha pasado tu carrera se destruida». Aunque se supone que nadie sabe quién fue la víctima de Brian, lo cierto es que en Hollywood es un secreto a voces que quien le denunció fue Drake Bell. Y sí, la carrera de Drake se destruye. 

Drake estrella su coche borracho. The New York Times lo publica en primera plana (el mismo medio que apenas habló de lo que había sucedido en Nickelodeon). También el mismo medio acusará más tarde a Drake, cuando sea mayor, de haber abusado de una menor. Es mentira,  pero denunciar a un medio de comunicación tan grande es extremadamente complicado y Drake no lo hace. Finalmente el periódico se retractó, pero lo hizo muchísimos años más tarde, cuando la carrera de Drake ya estaba acabada.

Las organizaciones, los grupos y las sociedades no se diferencian mucho unos de otros en lo que funcionamiento se refiere. Cuando se ha creado una estructura de silencio y violencia esto puede suceder tanto en una cadena de televisión, como en un grupo endogámico en una industria y en una sociedad.

Las organizaciones empresariales en las que impera la sumisión a la autoridad y a la jerarquía no son diferentes de la sociedades ciudadanas en las que impera la sumisión a la autoridad y a la jerarquía. Y esta sumisión será más grande en respuesta a la sensación de amenaza suscitada (Norris e Inglehart, 2019).

En concreto este tipo de organizaciones o sociedades valoran:

  • La importancia de la seguridad versus la inestabilidad.
  • La conformidad para preservar las tradiciones y el pasado idealizado.
  • La necesidad de obediencia leal a líderes fuertes que protegerán al grupo.
  • La seguridad lograda al tener el grupo «correcto» en el liderazgo.

The Authoritarian Personality de Theodor Adorno, publicado en 1950, fue la primera exploración exhaustiva de los orígenes del autoritarismo, así como de los factores de personalidad que lo impulsan. Sin embargo, incluso este tratado enfatizó que los rasgos de personalidad asociados con el autoritarismo no necesariamente conducían a su manifestación. Más bien, podrían surgir bajo ciertas condiciones histórico-sociales.

¿Y en qué se parece Hollywood al País Vasco?

¿Qué condiciones históricos sociales han fomentado ciertos comportamientos? Tanto en uno como en el otro las normas son muy rígidas. Hay una estructura de poder muy clara y se sabe perfectamente que aquel que se desvíe de la estructura de poder y de las normas lo va a pagar.

Durante años, todo Hollywood sabía lo que le había pasado a Drake, de forma que cualquier persona que se atreviera a quejarse ya sabría que no solo el abusador saldría de rositas, sino que además la carrera del denunciante se vería resentida. El País Vasco ha vivido muchos años de violencia política durante los cuales si alguien se atrevía a alzar la voz no solo su vida corría peligro sino también su vida social, y su posibilidad de trabajar.

Desde el momento en que el PSOE blanqueó y legitimó a los herederos de la violencia política, desde que los convirtió ante los ojos de los votantes en personas normales y en hombres de paz, desde que los chicos jóvenes creen de verdad que en Bildu no existen herederos de ETA, y que eso es una patraña que se han inventado los medios «de la derecha», desde entonces cualquier persona que se atreva a alzar la voz y a pensar diferente sabe lo que se juega.

La escena en la que un montón de padres de chicos y chicas llevan a sus hijos a una fiesta en la que se consume alcohol y hay adultos, y descubren allí que sus hijos pasan la mayor parte del día con un señor que se cartea con un asesino en serie que mataba, precisamente, a adolescentes, mientras siguen bebiendo y riéndose como si tal cosa, me parece sospechosamente parecida a la sociedad vasca.

Tanto en el País Vasco como en Hollywood parece que prima la importancia de la seguridad versus la inestabilidad (hay muy poco trabajo para los niños actores y si he conseguido trabajo para el mío, mejor me callo/ el que se mueve de la foto lo pasa muy mal, así que mejor me callo). 

Tanto en el País Vasco como en Hollywood impera la conformidad para preservar las tradiciones y el pasado idealizado (estoy en  Hollywood y Hollywood es de los mejores sitios del mundo, así que mejor me callo/ hay que defender la patria vasca y las tradiciones, así que mejor me callo).

Tanto en el País Vasco como en Hollywood se enfatiza necesidad de obediencia leal a líderes fuertes que protegerán al grupo (Brian está relacionado con la élite de Hollywood, así que mejor me callo/ Bildu son líderes fuertes, así que mejor obedecerles, y mejor me callo).

Tanto en el País Vasco como en Hollywood se valora seguridad lograda al tener el grupo «correcto» en el liderazgo (me invitan a fiestas importantes donde puedo obtener muchos contactos, así que mejor me callo/ estamos bien, ya no hay bombas, tenemos dinero, el País Vasco es la comunidad con menos paro de España, así que mejor me callo). 

Bildu ha sido blanqueado durante años con la connivencia tanto del PNV como del PSOE. ¡Durante años! Durante años se ha ido cultivando la amnesia general y la dejación del Estado. Ya no existe proyecto autónomo de ser alternativa desde la izquierda, porque la izquierda ha generado la ficción de que la agenda social la defienden mejor los que hablan euskera.

En cuanto a la derecha, la derecha vasca siempre ha sido el PNV, y mucha gente ha dejado de votarles, pero ya no vota a nadie. Hubo una abstención del 34% en 2012 frente a una abstención del 50% este domingo. El votante tradicional del PNV ha dejado de votarles porque se han pasado a la izquierda pero no vota a una derecha que habla en castellano… porque no.

Hay una frase muchas veces repetidas en el País Vasco, «ya mis aitas votaron al PNV». El que ha dejado de votar al PNV nunca votará al PP, porque el PNV está en su sangre, y una cosa es abstenerse y otra votar a la derecha española. El PP debería entender esto y cambiar su forma de afrontar las elecciones en el País Vasco. Construir un discurso que realmente se proponga captar a los votantes del PNV que ahora se abstienen.

El miedo es un gran motivador. Y una sociedad educada en el miedo es una sociedad que se calla. Igual que en las fiestas de Brian todo todo el mundo prefería callarse antes que arriesgarse a perder su trabajo, en el País Vasco prefieren olvidar si se les garantiza que les van a dar paz, tranquilidad y comida. 

Las industrias farmacéuticas y de seguros médicos viven gracias a nuestro miedo a la enfermedad. Los anuncios de alarmas nos recuerdan nuestro miedo a la ocupación. Los estafadores a menudo se aprovechan de los miedos de las personas. Se podría argumentar que toda la industria de los seguros se basa en el miedo. El miedo es un motivador común.

El miedo ea un motivador común pero no es necesariamente eficaz. Las investigaciones muestran que el miedo al fracaso se correlaciona con la procrastinación en un entorno académico (Zarrin et al, 2020). El autosabotaje y las profecías autocumplidas también son consecuencias rampantes del miedo. El miedo muchas veces nos impulsa a no hacer nada. Y a callarnos. 

Cuando te venden que ahora Bildu son los responsables de la agencia social, que son los que conseguirán traerte el trabajo la paz y la estabilidad, y cuando esa moto se la ha vendido al votante el propio partido al que votaba antes, entonces estás dispuesto a hacer la vista gorda, porque tienes miedo a volver a la casilla de salida. A una sociedad en la que había bombas.

Los padres de los niños de Nickelodeon veían muchas cosas raras, pero querían que sus hijos trabajaran. Los abusos eran bien conocidos, pero los padres se callaban. Les pagaban bien. En el País Vasco pasa algo parecido. Es una sociedad educada en el miedo, una sociedad que aprendió después de muchos años que el clavo que destaca se lleva un martillazo. Así que se callan. Ya están bien como están. En loa dos casos hay muchos intereses en juego que conspiran para ocultar el pasado bajo una densa capa de olvido. 

Nickelodeon sigue funcionando viento en popa, aunque hubo al menos tres personas que trabajaban allí que fueron a prisión por abusar de menores. Drake Bell, sin embargo, acabó en bancarrota. No se ha atrevido a hablar de lo que pasó hasta 20 años después de que pasara. Sí, el miedo es un gran motivador. Tanto en Hollywood, como en el País Vasco, como en cualquier tipo de organización o sociedad; el miedo casi siempre acaba comprando el silencio y el olvido. 

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