Este es el motivo por el que los enfermos de gripe empeoran por la noche
Hay factores biológicos y circadianos que explican el por qué la tos, la congestión y la fiebre se intensifican cuando el sol se oculta
Las primeras semanas del año han llegado cargado de virus. Los hospitales de España experimentan una sobrecarga debido al aumento de casos de tripledemia: resfriado común, Covid y Gripe A. Los fuertes síntomas han hecho que miles de personas requieran atención médica, especialmente durante las últimas horas del día.
¿Por qué los síntomas empeoran por las noches?
Tanto el resfriado, como la gripe y la COVID están causados por virus. Aunque la duración y los síntomas varían de unas enfermedades a otras, los enfermos que las padecen coinciden en que en los síntomas empeoran por las noches.
Detrás de esta sensación generalizada, hay factores biológicos y circadianos que explican el por qué la tos, la congestión y la fiebre se intensifican cuando el sol se oculta.
Durante el sueño, la temperatura corporal tiende a descender, agravando síntomas como la congestión nasal, el dolor de garganta y la tos. Además, la circulación sanguínea disminuye, dificultando el transporte eficiente de nutrientes y energía necesarios para combatir la infección.
La postura al acostarnos también desempeña un papel importante, ya que la gravedad propicia la acumulación de mucosidad en las vías respiratorias, intensificando la congestión nasal y la tos.
A su vez, la respiración nocturna puede llevar a la sequedad bucal y la irritación de las membranas mucosas, empeorando aún más los síntomas del resfriado.
Además, se sostiene la hipótesis de que la respuesta inmune del organismo puede experimentar variaciones durante el sueño. Durante el día, las células inmunitarias encargadas de combatir las infecciones tienden a ser más activas, contribuyendo a controlar los síntomas del resfriado.
Sin embargo por la noche, estas células pueden volverse menos activas, posiblemente facilitando una mayor propagación de los virus.
Cómo mitigar los síntomas durante la noche
En la lucha contra los síntomas nocturnos de gripes, resfriados y COVID-19, algunas medidas simples pueden marcar la diferencia en la calidad del descanso. Mantener la habitación bien ventilada y a una temperatura adecuada contribuye a un entorno más propicio para enfrentar los malestares respiratorios. Asimismo, el uso de un humidificador puede ser clave para aumentar la humedad del aire, aliviando la sequedad en las vías respiratorias.
En el ámbito de los remedios, recurrir a medicamentos de venta libre, como descongestionantes, antihistamínicos o analgésicos, puede proporcionar un alivio efectivo de los síntomas y facilitar un sueño más tranquilo. La hidratación constante, a través de la ingesta abundante de líquidos, ayuda a mantener las mucosas en condiciones óptimas y alivia la irritación de la garganta.
Además, no subestimar la importancia de un descanso adecuado es esencial. Priorizar el sueño ininterrumpido y reparador contribuye significativamente a la recuperación.
Diferencia entre gripe, covid y resfriado común
El resfriado común, causado por diversos virus, usualmente se manifiesta con congestión nasal, secreción nasal, dolor de garganta, tos y estornudos. A diferencia de la gripe y la covid, no suele producir fiebre de manera habitual. Los síntomas del resfriado aparecen gradualmente y típicamente su duración no supera los 10 días.
La gripe, también originada por un virus, se caracteriza por síntomas como fiebre, fatiga, dolor de cabeza, tos y escalofríos. Estos síntomas surgen de manera súbita, en contraste con la evolución más gradual del resfriado, y también pueden incluir congestión o secreción nasal. Generalmente, su duración oscila entre 7 y 14 días.
En cuanto a la Covid, suele manifestarse con fiebre, tos, dificultad para respirar, así como dolor de garganta, cansancio y en algunos casos, diarrea. Un síntoma característico es la pérdida del sentido del olfato. Los síntomas pueden desarrollarse gradualmente y variar en su intensidad, desde formas leves hasta casos más severos como neumonías o el síndrome respiratorio agudo severo (SARS).