Baleares deja sin plaza a 800 enfermeros al cambiar las reglas y exigir el dominio del catalán
El Gobierno balear cambió las bases en marzo sin avisar a los inscritos. Tras aprobar los exámenes, se han quedado fuera
Aspirantes en una oposición de enfermería, en una imagen de archivo. | Efe
Con las oposiciones aprobadas y sin opción a conseguir la plaza por no tener ahora un título de catalán. Este el escenario surrealista en el que se han visto envueltos cientos de enfermeros que se presentaron a la oposición para el Servicio de Salud de Baleares el pasado mes de noviembre. Con los exámenes hechos y a la espera de que se publiquen las calificaciones definitivas, los aspirantes se acaban de enterar de que el catalán era un requisito obligatorio para superar el proceso, cuando las bases de la convocatoria decían lo contrario, según denuncian los afectados a THE OBJECTIVE. El idioma cooficial figuraba como un mérito, es decir, solo sumaba puntos, pero en ningún caso penalizaba a los sanitarios.
Un embrollo que podría dejar fuera a la mitad de los opositores, esto es, unas 800 personas. El quid del asunto está en una «corrección de errores» en marzo de 2023 mediante la que el Gobierno balear modificó las bases de la convocatoria, un cambio del que no se informó a los opositores y que se llevó a cabo tras un recurso de dos asociaciones que defendían la obligatoriedad del catalán. Una vía judicial que, según defienden las fuentes consultadas, nunca llegó a resolver ningún tribunal. Es decir que el Ejecutivo, entonces capitaneado por Francina Armengol, actuó de ‘motu proprio’.
La cronología de los hechos es la siguiente. En diciembre de 2022 se convoca la oposición en el Boletín Oficial de las Islas Baleares (BOIB) en el que se especifica, ha podido comprobar este diario, que el idioma cuenta como mérito y deja de ser un requisito para poderse presentar a los exámenes, como sí había ocurrido en anteriores convocatorias. Cinco meses después, el 19 de abril, Sanidad publica las listas provisionales de admitidos y excluidos y en julio, las definitivas. De modo que, tras haber pasado estos filtros, los enfermeros se presentan a las pruebas en noviembre.
La denuncia de dos sindicatos en Baleares
Gastos materiales, económicos y un gran tiempo invertido que podrían haber servido para nada. Hace una semana, relatan los afectados, los aspirantes se enteraron de que tras la denuncia del sindicato de trabajadores y trabajadores de las Islas Baleares (STEI) y de Obra Cultural Balear, una institución cívica que apoya la lengua y cultura catalana, el Gobierno balear modificó las reglas y volvió a establecer la obligatoriedad del idioma, aunque con única excepción, para quienes ya trabajaban en el sistema de salud balear.
Solo los sanitarios que estuviesen trabajando en el momento de la inscripción a las oposiciones tendrían una moratoria de dos años para presentar el nivel B2 de catalán. De modo que, el resto de opositores, que suponen la mayoría de los presentados, quedarían excluidos del proceso. Ahora están a la espera de las calificaciones definitivas y de la nota de corte, pero una vez salgan publicadas y tengan que presentar los méritos, se les eliminará del proceso, según les ha informado el propio Servicio de Salud a los aspirantes.
«Así, de un día para otro, estamos fuera. No pueden decir que no exigen el catalán, que lo cambien y que nadie se entera. Si en un principio nos dicen que es requisito es que ya ni te presentas, la mayoría hemos venido de otras comunidades autónomas», denuncia una enfermera que se desplazó desde Aragón.
Conseguir una moratoria
Los afectados, que han comenzado a ponerse en contacto a través de grupos de WhatsApp y Telegram, han puesto todo en manos de los sindicatos, que tampoco se percataron de los cambios en la convocatoria, al igual que las academias de preparación. Pese a todo lo ocurrido, los afectados, según cuentan a este diario, entienden que el idioma cooficial sea obligatorio y luchan también por que se les dé la opción de sacarse el título con la moratoria que se ha ofrecido a los enfermeros que trabajaban previamente en Baleares.
De no ser así, los sindicatos llevarán el caso a los tribunales. En cualquier caso, hasta que la exclusión de la oposición no sea firme, calculan a principios de primavera, no podrán iniciar esta vía. «Dudamos mucho de que esto haya sido legal», advierten.
La obligatoriedad del idioma en estas oposiciones contrasta con la política que ha iniciado el Partido Popular desde que preside el Gobierno balear. A través de un decreto ley, el Ejecutivo de Marga Prohens eliminó en agosto la obligación de acreditar un nivel de conocimiento de la lengua que tenía que cumplir hasta esa fecha el funcionariado sanitario de la comunidad. Una medida que tenía como objetivo «captar nuevos profesionales en las islas». No será, sin embargo, en el caso de los enfermeros afectados: la ley no tiene efecto retroactivo.
