La Agencia Estatal del Medicamento advierte sobre los efectos secundarios de la Penicilina
Aunque no está directamente desaconsejada para embarazadas, estas tienen que tomarla bajo supervisión

Frasco de penicilina | Prefeitura de Itapevi (Flickr)
La penicilina es un antibiótico que sirve para tratar diversas infecciones bacterianas. Actúa matando e inhibiendo el crecimiento de las células; es decir, destruye aquellas que están en proceso de crearse y multiplicarse. No obstante, igual que el resto de medicamentos, puede generar efectos secundarios e incluso alergia. Esta última es una reacción anormal del sistema inmunitario al fármaco.
Los síntomas más frecuentes de la alergia a la penicilina son, entre otros, urticaria, sarpullido y picazón. Una de las reacciones más graves es la anafilaxia, una afección que puede poner en riesgo la vida y afecta a varios sistemas del cuerpo. Las investigaciones hechas al respecto han demostrado que se han diagnosticado excesivas alergias a la penicilina. Este problema, además, puede derivar en el uso de tratamientos antibióticos menos adecuados y más costosos.
Por ello, es necesario hacer un diagnóstico preciso cuando haya sospecha de alergia a la penicilina para asegurar las mejores opciones de tratamiento. Otros antibióticos, sobre todo aquellos que tienen propiedades químicas similares a la penicilina, también pueden provocar reacciones alérgicas parecidas.
Efectos secundarios de la penicilina
Algunas de las reacciones adversas que puede provocar la penicilina son:
- Reacción de hipersensibilidad o alérgicas: es el más importante y ocurre en hasta el 5% de los pacientes. Puede ser inmediata (entre los 2 y los 30 minutos después de consumir el fármaco), acelerada (entre una y 72 horas) o tardía (más de 72 horas). La gravedad de esta reacción varía: desde simples erupciones cutáneas pasajeras hasta choque anafiláctico, que ocurre en el 0,2% de las personas y provoca la muerte en el 0,001% de todas ellas. Según las series recogidas en las historias clínicas, hay hasta un 50% de la población alérgica a la penicilina. Muchos de estos efectos son crisis vasovagales provocados por el intenso dolor de la inyección intramuscular.
- Trastornos gastrointestinales: el más frecuente es la diarrea, ya que afecta a la flora intestinal. También puede provocar náuseas y vómitos.
- Aumento reversible de transaminasas, que suele pasar inadvertido.
- Trastornos hematológicos: anemia, neutropenia y trombopenia.
- Hipopotasemia: es la disminución del potasio plasmático, aunque ocurre de forma poco frecuente.
- Nefritis intersticial: inflamación (hinchazón) alrededor de unas partes de los filtros renales llamados túbulos. Esta inflamación reduce la capacidad de los riñones para depurar la sangre y producir orina.
- Encefalopatía: suele mostrarse con mioclonías, convulciones clónicas y tónico-clónicas de extremidades que puede acompañarse de somnolencia, estupor, y coma, que es más frecuente en presencia de insuficiencia renal.
- Algunas infecciones adicionales, incluyendo candidiasis.
También es frecuente, en las penicilinas administradas por vía parenteral (como la benzilpenicilina), que haya dolor e inflamación en el sitio de la inyección. De forma ocasional también ha habido reportes de que las penicilinas, además de otros fármacos, pueden causar necrosis epidérmica tóxica, pénfigo y eritema multiforme.
Los pacientes con fibrosis quística tienen también una mayor probabilidad de sufrir reacciones adversas a la penicilina y sus derivados. La penicilina no ha provocado defectos de nacimiento, por lo que con frecuencia lo recetan a mujeres embarazadas. Sin embargo, las penicilinas pueden también cruzar la barrera placentaria, por lo que solo hay que usarlas cuando sea totalmente necesario y bajo supervisión médica. Aunque también puede tomarse durante la lactancia, pequeñas cantidades del antibiótico pueden pasar a la leche materna y causar indigestión, diarrea o reacciones alérgicas al bebé.

Por otra parte, los síntomas de una alergia a la penicilina (que puede ser más grave que los efectos secundarios) a veces aparecen en torno a la hora de haber tomado el medicamento. Sin embargo, y aunque es menos frecuente, también pueden aparecer horas, días o semanas más tarde. Algunos de los signos de alergia a la penicilina son:
- Erupción cutánea
- Urticaria
- Picazón
- Fiebre
- Hinchazón
- Falta de aire
- Sibilancia
- Catarro
- Ojos llorosos y con picazón
- Anafilaxia