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Los medicamentos comunes que no deberíamos mezclar nunca

Combinar medicamentos es una práctica muy extendida pero que puede provocar graves efectos secundarios e incluso la muerte

Los medicamentos comunes que no deberíamos mezclar nunca

Diversos tipos de medicamentos | Pixabay

Según la Agencia Europea del Medicamento (AEM), una de cada cuatro personas ha combinado varios fármacos sin consultar al médico en algún momento de su vida. Esta práctica es, junto con la automedicación, una de las más peligrosas, ya que puede conllevar riesgos debido a que los fármacos pueden interactuar entre ellos y producir efectos secundarios muy peligrosos.

Las reacciones adversas a los medicamentos están entre la cuarta y la sexta causa de muerte en los países industrializados, según el Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (MICOF). Hasta un tercio de estas reacciones negativas pueden estar provocadas por las interacciones entre medicamentos.

Qué es la interacción entre medicamentos

Este término denomina al fenómeno que ocurre cuando hay un cambio en la manera en la que el medicamento actúa en el cuerpo al tomarlo con otros fármacos, alimentos o suplementos. En España, estas interacciones entre fármacos provocan entre el 5% y 15% de las hospitalizaciones en la población anciana. Además, suponen más del 45% de los reingresos hospitalarios.

El problema es que el cuerpo procesa cada medicamento de una forma diferente y, al tomar algunos juntos, puede cambiar la forma en la que afectan al mismo. Esto es lo que recibe el nombre de interacción medicamentosa. Cuando ocurre esto, puede provocar que el medicamento no funcione como debería. Puede ocurrir que este fármaco deje de tener efecto, que sea menos efectivo o que, por el contrario, sus efectos sean mucho más fuertes. Un ejemplo de esto es tomar un medicamento para la tos y uno para ayudar a dormir, que pueden afectarse entre sí.

Qué combinaciones de medicamentos no hay que hacer

Tabletas de pastillas.
Tabletas de pastillas. Foto: PIxabay

Aunque no todos los medicamentos interactúan entre sí, el riesgo es mayor cuanto más medicamentos se tomen. De esta forma, aunque el riesgo de interacción es del 15% en caso de tomar dos medicamentos, este aumenta hasta el 40% en caso de tomar cinco; además, si se toman siete el peligro es del 80%.

Las interacciones no solo incluyen efectos secundarios. Como ya se ha mencionado, también puede ocurrir que se potencien los efectos, que se anulen entre ellos o que se altere la concentración de otro medicamento. Algunas de las combinaciones más peligrosas son:

  • Anticoagulantes y aspirina: la combinación de estos dos medicamentos puede hacer que aumente el riesgo de sangrar. Los anticoagulantes están dentro de una categoría de medicamentos cuyo uso debe hacerse con mucha precaución; su dosificación debe ser delicada y supervisada por un médico, ya que su tratamiento suele ser durante un tiempo prolongado. La aspirina, por su parte, es uno de los fármacos más importantes que aumentan el efecto anticoagulante, por lo que hay que evitar combinarla con estos medicamentos.
  • Relajantes musculares y ansiolíticos: los relajantes musculares suelen estar destinados al tratamiento de dolores musculares o contracturas, pero tienen una serie de contraindicaciones que es importante tener en cuenta. La mezcla de ansiolíticos o algunos tipos de analgésicos puede provocar daños irreversibles en el sistema nervioso, debido a que los relajantes musculares actúan sobre la médula espinal y, por tanto, afectan al sistema nervioso. Los síntomas que pueden aparecer son de tipo neurológico, como mareos o vómitos e incluso visión borrosa o pérdida de reflejos.
  • Antialérgicos y benzodiacepinas: combinar estos dos medicamentos provoca un incremento recíproco del efecto. En concreto, los antialérgicos como la doxilamina y las benzodiacepinas, ambos fármacos usados también contra la ansiedad, aumentan sus efectos sedantes de forma recíproca.
  • Antibióticos y anticonceptivos: los segundos actúan impidiendo que se produzca la ovulación y, por tanto, evitan que haya un embarazo. Pero al tomarlas con ciertos antibióticos la efectividad de estos contraconceptivos puede variar, sobre todo en caso de tomar rifamicinas como la rifampicina o la rifabutina. De esta forma, lo recomendable es tener precauciones especiales al combinar cualquier anticonceptivo hormonal con un antibiótico.
  • Betabloqueantes e insulina: las personas que estén siguiendo un tratamiento para la diabetes tienen que tener en cuenta que muchos de los medicamentos (estén disponibles con o sin receta) indicados para las afecciones más comunes pueden interferir con el trastorno, teniendo un importante impacto en sus niveles de glucosa en sangre. Los betabloqueantes alteran la acción o secreción de la insulina, con una acción antagónica y posible hiperglucemia. Otros medicamentos que pueden tener efectos similares son los diuréticos, esteroides o estrógenos.
  • Antidepresivos y analgésicos: para quienes toman algún antidepresivo, las opciones de analgésicos son bastante limitadas. Al tomarlos juntos aumenta considerablemente el riesgo de sangrado gastrointestinal.
  • Paracetamol con el antibiótico flucloxacilina: usar ambos medicamentos a la vez aumenta el riesgo de acidosis metabólica con alto desequilibrio aniónico (HAGMA), sobre todo en pacientes con factores de riesgo. Algunos de estos pueden ser insuficiencia renal grave o desnutrición, así como aquellas personas que usan dosis máximas diarias de paracetamol, según advierte la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
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