Qué provoca que nos despertemos más temprano al hacernos mayores
Además de la edad, patologías relacionadas con el sueño como el insomnio o la apnea obstructiva pueden ser la causa
Un hombre dormido sobre su brazo | Unsplash
Conforme avanza la edad es normal notar que las personas tienden a despertar cada vez más temprano. Esto es una reacción casi fisiológica: cuanto más mayores, menos horas de sueño necesarias. Un bebé empieza durmiendo unas 18 horas cada día; hasta los 6 años, aproximadamente, las horas de sueño nocturnas suelen ser nueve. Además, es común hacer un par de siestas, una por la mañana y otra por la noche. Estas siestas también van desapareciendo al cumplir años; primero la de la mañana y después la de la tarde. Más tarde, la necesidad de sueño de una persona adulta suele ser de unas ocho horas.
Por tanto, cuanto más mayores, menos horas de sueño son necesarias. Pero, además, este suele ser más superficial. En total, el sueño tiene varias fases, según explica la facultativa especialista en neumología, así como investigadora del sueño en el Hospital Universitario de Guadalajara, Olga Mediano en El País: en las que es superficial, llamadas N1 y N2, que son las que tienen lugar cuando empieza en sueño y la persona empieza a dormirse. Después, llega el sueño profundo, N3, que es el de verdad reparador; aquí es cuando hay de verdad descanso, también para el cerebro. Estos dos periodos de sueño superficial y profundo reciben el nombre de no REM (Rapid Eye Movement). Esto es porque, en ellas, no tienen lugar movimientos rápidos de los ojos; la fase REM es en la que tienen lugar los sueños.
Conforme avanza la edad, lo normal es tener más tiempo de sueño superficial y menos de sueño profundo, además de despertar más veces. Es cierto que, al final, el número de horas de sueño diarias suele ser el mismo, pero hay menos por la noche. Las personas de más edad suelen hacer más siestas durante el día, incluso alguna cabezada por la mañana y un sueño más largo por la tarde.
Al sumar todo este tiempo de sueño con el de la noche salen entre ocho y nueve horas. Además, es común que las personas mayores se acuesten más temprano. Todo esto es lo que hace que despierten antes y, por tanto, tengan la sensación de que lo hacen demasiado pronto, a pesar de que han dormido las horas necesarias.
Las personas mayores tienen más patologías del sueño
La actividad física diaria es algo que influye también en la cantidad y calidad del sueño. Las personas mayores reducen este ejercicio diario, lo que hace que la necesidad de descanso nocturno sea menor. Todo esto, eso sí, hablando en casos de personas con una reacción fisiológica normal, relacionada con el cumplir años, que no tienen ninguna patología. Pero el problema es que los trastornos relacionados con el sueño son mucho más comunes en las personas mayores.
En este sentido, las dos más comunes son el insomnio y la apnea obstructiva del sueño. El primero es el que tiene lugar cuando una persona no es capaz de dormir, o bien se despierta con frecuencia o demasiado pronto. No obstante, esto no es como una reacción fisiológica normal de la edad, sino como algo patológico. Si las horas que duerme una persona no son suficientes para que descanse hay que estudiar la posible existencia de un problema (el insomnio suele ser la causa más frecuente).
En cuanto a la apnea del sueño, esta patología consiste en las paradas respiratorias que tienen lugar durante la noche. Con el paso de los años es más común hacer un mayor número de pausas respiratorias durante la noche, las cuales interrumpen el sueño. También hacen despertar durante esas horas, lo que lleva a que el descanso sea más superficial y menos reparador. En el caso concreto de las mujeres, antes de la menopausia es muy poco frecuente que ocurra, pero pasa a ser lo contrario después de ella.
