Trucos para disfrutar del verano sin engordar
También es muy importante no entrar en una espiral obsesiva con este tema que lleve a no disfrutar de las vacaciones
No descuidar el peso durante las vacaciones es una de las preocupaciones de muchas personas. Para estos casos hay una serie de consejos que pueden tener en cuenta durante estos meses para no engordar. Así, es posible disfrutar del verano sin estar preocupado por la báscula o ganar unos kilos de más.
Estos no son trucos milagrosos, sino que consiste en seguir unas sencillas rutinas que puede aplicar todo el mundo. El estilo de vida más relajado, dejando de lado las rutinas y comiendo más fuera de casa, pueden incidir en el aumento de peso o dificultar su pérdida. Para evitar esto no hace falta una dieta como tal, sino simplemente llevar a cabo una serie de hábitos para contrarrestar esta falta de rutina.
Aprovechar el tiempo libre
Lo primero que hay que tener en cuenta, aunque esto es aplicable a todo el año, es la importancia de aprovechar el tiempo libre. En este sentido, hay que dejar de entender el descanso y hacer deporte como actividades contradictorias, aunque puedan parecerlo.
Por tanto, lo mejor es dedicar algunas sesiones semanales a hacer ejercicio. De hecho, aprovechando los días que haya más libres, para hacer sesiones más largas y completas. Esta es una forma de compensar el posible consumo extra de calorías, pero sin obsesionarse tampoco con ello.
Una correcta hidratación es fundamental para no engordar
El segundo hábito que hay que tener en cuenta es la importancia de la hidratación. Esto es aún más importante en verano, por la mayor sudoración, pero también ayuda a no engordar en exceso. En este sentido, la mejor opción es el agua mineral, sin azúcar ni burbujas.
El consumo de agua también asegura una correcta hidratación y, por tanto, ayuda a tener un nivel adecuado de energía. Esto es algo clave para poder hacer ejercicio de forma saludable. Para poder conseguir esta hidratación adecuada es una buena opción el llevar siempre una botella de agua llena encima, ya que esto ayuda a beber más incluso sin ser conscientes.
Evitar el alcohol
Igual que el agua es la mejor bebida para mantener la hidratación en verano, bebidas alcohólicas como la cerveza son todo lo contrario. No sólo por la cuestión de perder peso, sino porque este tipo de líquidos son deshidratantes, por lo que podrían generar el efecto contrario al deseado.
Una opción para hacer más apetecible el agua es aromatizarla y tenerla fresca. Es posible añadirle hojas de menta, rodajas de frutas (como fresas, melocotón, naranja o limón) e incluso alguna especia como jengibre y canela. Además del alcohol, también es recomendable dejar las bebidas energéticas y los refrescos para ocasiones puntuales.
No hay que evitar comidas
Hay personas que recurren a no hacer alguna comida, como el desayuno o la cena, para no ganar peso. Sin embargo, esta práctica no sólo es peligrosa sino que también puede llegar a ser contraproducente y derivar en algunos hábitos menos sanos aún:
- Perder una comida puede suponer llegar con más hambre a la siguiente y darse un atracón.
- Existe el riesgo de que la mayor sensación de hambre lleve a tomar peores elecciones de qué comer: comida rápida, refrescos, patatas fritas, productos de bollería o cualquier cosa que esté más a mano.
- Puede provocar un déficit calórico que tenga consecuencias a nivel metabólico y termine derivando en un aumento de peso posterior.
Por tanto, lo mejor es respetar todas las comidas. Es más, incluso es posible repartir los alimentos del día a día en comidas más frecuentes pero menos cuantiosas de lo normal.
Las ensaladas pueden ser una buena ayuda para no engordar
Las ensaladas son uno de los platos más apetecibles en verano, ya que son ligeras y frescas. Además, permiten combinar una gran cantidad de nutrientes saludables al añadir frutas, verduras, legumbres e incluso algo de carne y pescado. También permiten aprovechar los beneficios de los aliños, como algunos tipos de vinagre y el aceite de oliva. Por último, otro de sus beneficios es que suelen ser platos muy saciantes y bajos en calorías, por lo que ayudan en el propósito de no engordar en verano.
Las cenas, rápidas pero saludables
El calor y la mayor actividad fuera de casa suele dar lugar a que disminuyan las ganas de cocinar, sobre todo en la última parte del día, cuando el cansancio aparece. Por ello, optar por una cena fácil y rápida de hacer es una buena opción para que sea también saludable. Las ensaladas son una buena opción, pero también está la posibilidad de cremas de verduras frescas, algún cereal cocido, hortalizas asadas, conservas de pescado o legumbres a punto para consumir.
La fruta es la mejor opción como postre y tentempié
Está claro que la fruta es un tipo de alimento muy saludable y necesario en cualquier tipo de dieta sana y equilibrada. Además, en verano es una forma ideal de dar más agua al organismo. Para hacer comidas y snacks más ligeros y saciantes, estos alimentos son una opción muy buena: lo mejor es intentar consumir tres raciones al día.
No engordar no implica olvidar las proteínas
Las proteínas deberían estar presentes en cada comida para mantener el peso corporal y la masa muscular. Esto es especialmente importante en verano, cuando es más fácil elegir fuentes de carbohidratos refinados y azúcar añadido que podrían acabar desplazando las proteínas. Estas son algunas de las fuentes más aconsejables de proteínas:
- Legumbres de todo tipo.
- Tofu y otros derivados de la soja.
- Carne y pescado.
- Huevos.
- Yogur y frutos secos.
- Copos de avena y quinoa.
Escoger aperitivos saludables
En verano es más común consumir grandes cantidades de aperitivos salados, dulces industriales, helados y batidos. Por ello, un buen consejo para no engordar en verano es cambiar esto por otros alimentos más sanos. Algunas opciones son encurtidos, berberechos y diferentes tipos de verduras crudas, que son más saludables que las patatas fritas o los helados.
Lo más importante para quien no quiera engordar: no obsesionarse
El último, y quizás más importante, es que el no engordar no debería ocupar mucho espacio mental durante las vacaciones, ya que puede llevar a no disfrutarlas. Las excursiones o escapadas, las salidas más frecuentes, el descanso al aire libre o quedar en terrazas son fuentes de entretenimiento que no hay que sacrificar. Por eso, no hay que forzar la idea de no engordar y entrar en una espiral obsesiva.