La baja natalidad deja a España con la menor ratio de alumnos por profesor desde 2011
El menor número de estudiantes y el récord histórico de docentes son las causas principales de ese logro
El sistema educativo español sigue contando a día de hoy con varias asignaturas pendientes. Una de las más fundamentales es la menor inversión respecto al PIB en comparación con otros países, pero existen otras más específicas como el hecho de que España presenta la segunda tasa de abandono escolar temprano más alta de la Unión Europea (especialmente grave en los alumnos varones). Tampoco invitan al optimismo los malos resultados cosechados en el reciente informe PISA, especialmente preocupantes en matemáticas y lectura.
Sin embargo, la educación española progresa adecuadamente en un indicador cuya mejora lleva mucho tiempo siendo reivindicada por centros, profesores y familias. Hablamos de la ratio de alumnos por profesor, que ha alcanzado sus mejores niveles de toda la serie histórica (datos desde el curso 2011-12).
Más profesores que nunca y menos alumnos
En efecto, partidos políticos, sindicatos y expertos llevan años pidiendo esfuerzos a los distintos gobiernos para reducir el número de estudiantes por docente, por los beneficios que supone para el aprendizaje. Así pues, según el informe ‘Enseñanzas no universitarias. Estadística del profesorado y otro personal’, publicado hace unas semanas por el Ministerio de Educación, la cifra de profesores en España alcanzó el pasado curso 2022-2023 los 758.594. Esto supone un incremento del 1,3% sobre el año escolar anterior y una subida del 6% desde el 2019-2020. Es, además, el máximo histórico de docentes desde el inicio de la serie en el curso académico 1990-1991.
Junto al aumento de los maestros, la ratio también se ha visto reducida por el paulatino descenso del número de alumnos, un reflejo de la baja natalidad de la última década. Tal y como publicó THE OBJECTIVE, el sistema educativo español ha perdido 290.491 pupilos en Infantil y 41.722 en Primaria desde el curso 2012-2013, lo que representa una reducción del 15% y del 1,5% respectivamente.
El resultado de estas dos tendencias divergentes, más profesores y menos estudiantes, se ha traducido en que la actual ratio de alumnos por docente se coloque en 11,3. Esta proporción va a la baja desde el curso escolar 2014-2015, tanto en centros públicos como en concertados y privados, de forma que se ha llegado al mínimo histórico.
España, además, se coloca para todas las etapas educativas en una mejor posición que la media de la Unión Europea (UE) y de la OCDE para este indicador. En Primaria, nuestro país registra 12 estudiantes por cada profesor, por los 15 de la UE y de la OCDE; en la ESO, el dato de España (11) también mejora el del club comunitario (12) y el del organismo de cooperación económico (13). Lo mismo ocurre en Bachillerato (12 en España, por los 14 de las medias internacionales), en FP básica y media (9 en comparación con los 14 de la UE y los 15 de la OCDE), en FP superior (11 vs. 13 y 16) y en la universidad (13 contra 17).
Los beneficios de una ratio baja
Según distintos estudios, los beneficios de reducir el ratio de alumnos por profesor son claros. Se ha demostrado que una clase con menos estudiantes mejora las calificaciones y reduce la probabilidad de repetir curso. Asimismo, una investigación de la Universidad de Estocolmo, dirigida por el profesor español José Montalbán, concluyó que disminuye las disrupciones en el aula.
Sin embargo, no es menos cierto que el impacto de esta medida es moderado si se tiene en cuenta la gran cantidad de recursos que precisa su implementación. Es por eso Ismael Sanz, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos, recomienda concentrar los esfuerzos en reducir la ratio de alumnos por profesor en Infantil y Primaria, ya que los beneficios de una clase con menos estudiantes se perciben con más fuerza en etapas tempranas. Lo mismo se aplica a los jóvenes que proceden de familias desfavorecidas: Sanz aconseja priorizar la bajada de la ratio en centros ubicados en zonas de menor pujanza socio-económica, por el mayor impacto que se observa en estos alumnos.
Con todo, si antes señalábamos que el sistema educativo español cuenta hoy con más profesores que nunca, todavía hay trabajo por hacer. Por ejemplo, una rémora que afecta a nuestro sistema es la alta temporalidad de los docentes. Tanto la Comisión Europea como la OCDE han afeado esta realidad a España, cuyos profesores funcionan con contratos temporales en mucha mayor medida que en los países de nuestro entorno. En el año 2020, último año con datos, un tercio (33%) de los docentes de Secundaria tenía un contrato temporal y el 27% de una duración inferior a un año, una cifra que contrasta con el promedio de la OCDE, que se sitúa en el 18%.