Día Mundial del Cáncer de Próstata: cuándo se celebra y qué es según la OMS
Cada 11 de junio se celebra Día Mundial del Cáncer de Próstata para concienciar sobre la importancia de su prevención
La celebración del Día Mundial del Cáncer de Próstata es una oportunidad crucial para educar a la población sobre esta enfermedad y promover prácticas de salud que pueden ayudar a detectarla a tiempo. La concienciación y la información acerca de la enfermedad son herramientas poderosas en la lucha contra el cáncer de próstata, por eso que la OMS haya decidido dedicar un día a este tipo de cáncer que cada vez afecta a un mayor número de hombres, supone un papel vital en la promoción de la salud pública.
El Día Mundial del Cáncer de Próstata se celebra el 11 de junio cada año, una fecha destinada a concienciar sobre la importancia de la prevención y el tratamiento de esta enfermedad. Este día se centra en informar sobre los factores de riesgo, los síntomas y los métodos de diagnóstico temprano, aspectos clave para combatir una de las formas de cáncer más comunes entre los hombres.
¿Qué es el cáncer de próstata?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de próstata es una enfermedad que se origina cuando las células de la próstata, una glándula del sistema reproductor masculino, comienzan a crecer de manera descontrolada. Este tipo de cáncer es especialmente prevalente en hombres mayores, puesto que la mayoría de los diagnósticos se dan en varones de más de 65 años.
La próstata es una glándula pequeña que produce el líquido seminal, esencial para la nutrición y transporte de los espermatozoides. El crecimiento anormal de células en esta glándula puede llevar a la formación de tumores, que, si no se tratan a tiempo, pueden propagarse a otras partes del cuerpo.
Factores de riesgo
Existen una serie de factores que pueden provocar que algunos hombres tengan una mayor predisposición que otros de desarrollar un cáncer de próstata. Los factores de mayor importancia en la posible aparición de este tipo de cáncer son: la edad, la raza, los antecedentes familiares, la dieta y las infecciones. No obstante, esto no quiere decir que un hombre que aúne todos estos factores vaya a padecer la enfermedad, puesto puede a veces se dan excepciones, y aunque la tendencia nos haga pensar que en algún momento el cáncer de próstata va a aparecer, finalmente no florece.
Sin duda, el factor de riesgo más significativo de todos es la edad, puesto que la incidencia del cáncer de próstata aumenta considerablemente después de los 50 años. Por lo que, es en los hombres de edad avanzada cuando es muy probable que la enfermedad aparezca. Además, las probabilidades de sufrir este tipo de cáncer varían según la raza, ya que los hombres afroamericanos tienen un riesgo más alto de desarrollar y morir por cáncer de próstata en comparación con otros grupos raciales.
Como en muchas otras enfermedades, la genética juega un papel fundamental. Por esto, el riesgo de que el cáncer de próstata se manifieste en un hombre será mucho mayor si tiene antecedentes familiares. De hecho, el peligro de sufrir la enfermedad aumenta considerablemente en aquellos hombres que tienen parientes de primer grado como padres o hermanos, que hayan tenido la enfermedad, ya que dichos hombres son más propensos a desarrollarla.
Según los últimos estudios, la ingesta de una dieta alta en grasas y baja en vegetales podría elevar el riesgo de tener este tipo de cáncer, aunque la evidencia no es concluyente. Asimismo, algunas investigaciones han indicado una posible relación entre las infecciones o inflamaciones de la próstata y un mayor riesgo de cáncer, aunque otros estudios no han encontrado esta asociación.
Sintomatología
El cáncer de próstata en sus etapas iniciales generalmente no presenta síntomas. Sin embargo, en etapas más avanzadas, pueden aparecer síntomas como: un aumento en la urgencia por ir al baño y también en la frecuencia urinaria, incluyendo la nicturia, es decir la necesidad de orinar durante la noche. Además, los hombres suelen tener dificultad para iniciar y mantener el flujo de orina, y como consecuencia notan dolor al orinar o disuria.
En los casos más graves, puede aparecer hematuria o lo que es lo mismo sangre en la orina. O hemospermia, sangre en el semen. También se tienen dolores en la parte baja de la espalda, las caderas o la pelvis. Así como disfunción eréctil. Pero el hecho de que un paciente note todos estos síntomas, no quiere decir que tenga cáncer de próstata, ya que los de la hiperplasia prostática benigna, pueden ser similares, y esta es una condición menos grave pero que también requiere atención médica.
Diagnóstico precoz
La detección temprana del cáncer de próstata es crucial para aumentar las posibilidades de un tratamiento exitoso, puesto que el diagnóstico precoz permite tratar el cáncer antes de que se extienda, lo que mejora significativamente las tasas de supervivencia. Los métodos más comunes de diagnóstico incluyen: el tacto rectal, que es un examen físico donde el médico palpa la próstata a través del recto para detectar anomalías, y un análisis de sangre que mide los niveles de PSA (una proteína producida por la próstata), denominado antígeno prostático específico (PSA), ya que unos niveles elevados de esta proteína pueden indicar la presencia de cáncer.
Prevención
Aunque no existe una forma garantizada de prevenir el cáncer de próstata, se pueden tomar medidas para reducir el riesgo: como seguir una dieta saludable con un alto consumo de frutas, verduras y fibras, mantener una actividad física constante, evitar el sobrepeso y la obesidad, acudir a las revisiones y consultar al médico ante cualquier síntoma sospechoso.
Tratamiento
El tratamiento del cáncer de próstata depende del estadio de la enfermedad, la salud general del paciente y sus preferencias personales. Las opciones incluyen: la vigilancia activa o revisiones médicas para observar el desarrollo de la enfermedad sin tratamiento inmediato. La cirugía, que consiste en realizar una prostatectomía radical para extirpar la glándula prostática. La radioterapia o uso de radiación para destruir células cancerosas. La terapia hormonal o bloqueo de las hormonas que el cáncer necesita para crecer. Y la quimioterapia, el uso de medicamentos para eliminar las células cancerosas.