Cómo quitar la acidez de la salsa de tomate casera con este sencillo truco
Incorporar azúcar a la salsa de tomate para contrarrestar la acidez aporta calorías innecesarias y altera su sabor original
La salsa de tomate casera es uno de los ingredientes más versátiles y apreciados en la cocina. Su sabor fresco y natural realza desde un sencillo plato de pasta hasta guisos más complejos. Sin embargo, uno de los problemas más comunes que enfrentan los cocineros aficionados al preparar salsa de tomate es la acidez natural de los tomates, que puede resultar demasiado pronunciada para algunos paladares.
Afortunadamente, existe un truco sencillo y efectivo que te ayudará a reducir esa acidez sin necesidad de añadir azúcar ni calorías extras, y te sorprenderá por su simplicidad. Y es que, gracias al bicarbonato de sodio conseguirás una salsa de tomate casera con un sabor más suave y menos ácido. Además, reducirás la ingesta de calorías, ya que tradicionalmente, el método más popular para reducir la salsa de tomate casera consistía en añadir azúcar.
La acidez en los tomates
Los tomates, al igual que otras frutas, contienen ácidos naturales que les dan su característico sabor fresco y ligeramente ácido. En particular, el ácido cítrico y el ácido málico son los principales responsables de esta acidez. Dependiendo de la variedad del tomate y del momento en que se cosechen, los niveles de acidez pueden variar. Algunos tomates, como los tomates cherry, tienden a ser más dulces, mientras que otras variedades, como los tomates de pera o los tomates verdes, pueden ser más ácidos.
Esta acidez es a menudo deseable, ya que equilibra el sabor de muchos platos. Sin embargo, cuando la acidez es demasiado fuerte, puede predominar sobre resto de los sabores, resultando en una salsa poco agradable para algunos comensales. Además, algunas personas son más sensibles a los alimentos ácidos, lo que puede causarles malestar estomacal. Por esta razón, es útil conocer métodos para reducir la acidez en la salsa de tomate casera.
El truco del bicarbonato de sodio
Uno de los métodos más simples y efectivos para reducir la acidez de la salsa de tomate casera es añadir una pequeña cantidad de bicarbonato de sodio. Este truco ha sido utilizado por cocineros durante décadas y es sorprendentemente fácil de llevar a cabo.
El bicarbonato de sodio es una base, lo que significa que puede neutralizar los ácidos presentes en los tomates. Cuando lo añades a la salsa de tomate, se produce una reacción química que reduce la acidez al elevar el pH de la mezcla. Este proceso no solo disminuye la acidez, sino que también puede contribuir a que las personas que son más sensibles a los alimentos ácidos hagan mejor la digestión.
Es importante no excederse con la cantidad de bicarbonato de sodio, ya que su sabor puede ser muy fuerte y fácilmente puede notarse cuando probemos la salsa. Para empezar, se recomienda añadir solo una pizca, aproximadamente un cuarto de cucharadita de bicarbonato de sodio por cada litro de salsa. Después de añadirlo, remueve bien la salsa y pruébala. Si todavía sientes que la acidez es demasiado fuerte, puedes añadir un poco más, pero siempre de manera gradual y con cuidado.
Otros remedios caseros
Si prefieres no utilizar bicarbonato de sodio, existen otras formas de reducir la acidez en la salsa de tomate casera: una opción popular es añadir zanahorias ralladas a la salsa. Las zanahorias tienen un sabor naturalmente dulce que puede ayudar a contrarrestar la acidez del tomate. Además, al cocinarse, las zanahorias liberan sus azúcares naturales, lo que puede suavizar el sabor de la salsa sin necesidad de añadir azúcar refinado.
Otra técnica es cocinar la salsa a fuego lento durante un período prolongado. Al hacerlo, los sabores se mezclan y se equilibran, y parte de la acidez puede disminuir con el tiempo. Esta técnica requiere paciencia, pero el resultado es una salsa más rica y contundente.
Además, añadir un poco de crema o leche también puede reducir la acidez al suavizar los sabores y aportar una textura más cremosa a la salsa. Sin embargo, este método cambia significativamente la naturaleza de la salsa, convirtiéndola en una versión más rica y calórica, lo cual puede no ser deseable si buscas una opción más ligera.
Por qué evitar el azúcar
Mucha gente opta por añadir azúcar a la salsa de tomate para contrarrestar la acidez, pero esto no siempre es la mejor opción. Aunque el azúcar puede equilibrar el sabor, también añade calorías innecesarias y no neutraliza la acidez de la misma manera que lo hace el bicarbonato de sodio. Además, en algunas recetas, el sabor dulce del azúcar puede no ser adecuado y puede alterar el sabor original de la salsa.