Cambio inminente de estos contadores de agua: lo que debes saber sobre la normativa
Este cambio puede ser una oportunidad para mejorar la eficiencia reducir el consumo y gestionar los recursos

Contadores de agua. | (Canva)
La mayor parte de los contadores de agua de las viviendas unifamiliares y comunidades de vecinos han funcionado sin apenas problemas. Sin embargo, la llegada de una nueva normativa ha generado cierto desconcierto entre los propietarios y los administradores de fincas. Y es que buena parte de estos dispositivos deben ser sustituidos en un plazo relativamente corto. El motivo no es solo una cuestión técnica, sino también legal y de precisión. Puesto que, se busca garantizar un consumo justo y evitar facturaciones erróneas.
La noticia ha levantado muchas preguntas entre los vecinos. Algunas de ellas son, ¿qué contadores deben cambiarse?, ¿quién asume el coste?, ¿qué dice exactamente la normativa?, ¿y qué consecuencias puede haber si no se realiza el cambio a tiempo? Para responder a estas cuestiones, es clave entender las implicaciones que tiene esta medida para miles de comunidades en España.

La normativa del cambio en los contadores
La normativa es clara: los contadores con más de 12 años deben ser reemplazados. No se trata solo de cumplir una ley, sino de garantizar un consumo justo, una facturación precisa y, en última instancia, un ahorro para los ciudadanos. Anticiparse al cambio puede evitar complicaciones futuras y convertir una obligación en una mejora real para las comunidades.
Contadores de agua con fecha de caducidad
Los contadores de agua tienen una vida útil limitada. Según la normativa vigente, se considera que, tras 12 años de funcionamiento, estos dispositivos dejan de garantizar una medición precisa. De hecho, una directiva europea (la Directiva de Instrumentos de Medición, MID) ya establece unos requisitos de precisión que deben cumplir todos los contadores instalados en los hogares.
Por este motivo, se está exigiendo que los contadores con más de 12 años de antigüedad sean reemplazados por nuevos dispositivos homologados. Esta medida afecta tanto a viviendas individuales como a contadores colectivos en comunidades de propietarios. En muchas ocasiones, estos contadores antiguos no han sido revisados desde su instalación inicial, lo que supone un riesgo de desfase en las facturas y un incumplimiento normativo.
¿Quién debe asumir el cambio?
Una de las dudas más frecuentes es quién tiene que pagar la sustitución de estos contadores. La respuesta depende del tipo de contador que se tenga. Si se trata de un contador individual instalado dentro de una vivienda, el propietario del inmueble será el responsable del cambio. En cambio, si se trata de instalaciones comunes como sucede en muchas comunidades de propietarios será la comunidad quien asuma el coste de sustitución.
Además, si el suministro está gestionado directamente por la empresa distribuidora del agua, esta podría ofrecer el cambio del contador sin coste inicial, pero con una posterior repercusión en el recibo del agua. Por ello, es fundamental que los propietarios se informen adecuadamente sobre su situación particular y consulten a la compañía suministradora.
Los nuevos contadores de agua
Este proceso de renovación también está impulsando la transición hacia contadores más modernos, conocidos como contadores inteligentes. Estos nuevos dispositivos permiten la lectura remota del consumo, evitando desplazamientos innecesarios y facilitando una mayor precisión en la facturación.
Además, algunos modelos incorporan funciones avanzadas como la detección de fugas, el seguimiento del consumo en tiempo real o alertas por anomalías. Aunque su instalación puede suponer una inversión inicial más elevada, en muchos casos resulta una opción más eficiente y duradera.
¿Qué pasa si no se cambia el contador a tiempo?
El incumplimiento de esta obligación puede tener varias consecuencias. Por un lado, se puede incurrir en sanciones administrativas si se demuestra que el contador ya ha superado su vida útil sin ser reemplazado. Por otro, puede haber disputas con las compañías suministradoras si se detectan errores en la medición del consumo.

En situaciones más complejas, también se pueden generar conflictos entre vecinos en comunidades de propietarios, especialmente si no existe un consenso claro sobre cómo y cuándo abordar el cambio de los contadores colectivos. Por ello, los expertos recomiendan actuar con previsión y no esperar a que surjan problemas.
El papel del administrador de fincas
La figura del administrador de fincas cobra un papel fundamental en este proceso. Es quien debe informar a los propietarios de las nuevas obligaciones normativas, coordinar los cambios necesarios, y asegurarse de que se cumple con los plazos establecidos. También puede gestionar presupuestos con empresas instaladoras homologadas y buscar soluciones que se ajusten a las necesidades y posibilidades económicas de la comunidad.
Es recomendable que las comunidades incluyan este asunto en las próximas juntas de propietarios, para acordar los pasos a seguir y evitar decisiones unilaterales o falta de acción. La transparencia y la comunicación son clave para evitar tensiones y facilitar una transición ordenada.
Aunque puede parecer una molestia más para los propietarios, este cambio obligatorio de contadores también puede ser una oportunidad para mejorar la eficiencia, reducir consumos y avanzar hacia una gestión más inteligente de los recursos. Con la tecnología disponible hoy en día, es posible conocer con detalle el comportamiento del consumo de agua y prevenir incidencias.