Valencia gana el título de Capital Verde Europea de 2024 tras imponerse a Cagliari
El alcalde de la urbe, Joan Ribó, a la cabeza de la delegación oficial, ha escuchado en directo el veredicto del jurado en el Palacio de los Deportes de la ciudad gala
Más de una década después de que en 2012 Vitoria se convirtiese en la primera Capital Verde Europea de nuestro país, otra urbe española ha sido elegida como ejemplo de desarrollo sostenible y urbanismo respetuoso con el medio ambiente. La candidatura de Valencia se ha alzado finalmente con el título de Capital Verde Europea 2024 tras la deliberación del jurado en Grenoble (Francia) y superando así a la otra candidata, la italiana de Cagliari.
El alcalde de Valencia, Joan Ribó, a la cabeza de la delegación oficial, ha escuchado en directo el veredicto del jurado en el Palacio de los Deportes de la ciudad gala mientras en la plaza del Ayuntamiento de la capital valenciana se disparaba un castillo de fuegos artificiales y numerosos cargos públicos celebraban la designación. El proyecto valenciano se sustenta en su apuesta por el Mediterráneo y en unos entornos naturales que han sido la base de una alimentación sana y de un estilo de vida saludable, entre los que destaca la huerta.
Todo comienza en febrero de este año, cuando el pleno del Ayuntamiento acordó, casi de manera unánime, apoyar la candidatura de Valencia a ser Capital Verde Europea 2024 con el fin de conseguir este galardón de prestigio internacional en el ámbito de la sostenibilidad, la salud y la calidad de vida urbanas.
La Comisión Europea creó en 2010 este premio, dotado con 600.000 euros, para reconocer a los municipios europeos líderes en políticas ambientales, alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, el Pacto Verde Europeo o el Acuerdo de París para hacer frente al cambio climático. La candidatura valenciana, que finalmente se ha impuesto, se basa en cuatro pilares: Infraestructura verde y biodiversidad urbana, Misión Climática, Movilidad sostenible y recuperación del espacio público, y Huerta y alimentación sostenible.
Infraestructura verde
Valencia cuenta con cuatro grandes activos naturales que, de forma simultánea, no se dan en ninguna aglomeración urbana europea: el Parque Natural de la Albufera (con 21.120 hectáreas de ecosistema natural de gran valor ecológico), el Parque Natural del Turia (con 4.684 hectáreas que albergan tres grandes masas boscosas), la huerta (una de las más relevantes de Europa) y el mar Mediterráneo.
Estos, junto a la red de espacios verdes urbanos, integran la Infraestructura Verde que vertebra la ciudad, cuya protección, conservación y puesta en valor es uno de los ejes de la Estrategia Urbana Valencia 2030 y objetivo básico del nuevo Plan Verde y de la Biodiversidad.
Y es que el Ayuntamiento apuesta por una naturalización de la ciudad a escala de barrio, con el objetivo de diseñar una ciudad del siglo XXI hecha a la medida de las personas y no del automóvil, y que facilite estilos de vida activos y saludables en contacto con la naturaleza.
Misión climática
Desde del Ayuntamiento también se ha puesto en marcha la iniciativa Misión Climática Valencia 2030, con el fin de lograr que ésta sea una ciudad climáticamente neutra en 2030, y hacerlo por (y para) la ciudadanía, dentro del contexto de la misión europea de 100 ciudades europeas climáticamente neutras en 2030.
Dentro de ese proyecto, la transición energética justa es un elemento fundamental, y para ello se trabaja por impulsar un cambio del modelo energético de la ciudad, avanzando en el autoconsumo y aprovechando las oportunidades que representa la figura de las comunidades energéticas a nivel de barrio.
Se apuesta, además, por incrementar la producción de energías renovables, especialmente, a partir de las propias capacidades de producción que ofrecen las infraestructuras públicas, y por la mejora de la eficiencia energética a nivel municipal, especialmente, en los edificios e infraestructuras públicas.
Movilidad sostenible
La tercera de las patas del proyecto de Valencia como Ciudad Verde Europea es la descarbonización de la movilidad, un objetivo en el que se lleva tiempo trabajando y que ha logrado que los desplazamientos no mecanizados (a pie o en bici) supongan casi el 50 % de los movimientos internos en la ciudad.
La ciudad ha conseguido también un descenso del tráfico motorizado del 4,27 % en sus accesos y del 6,48 % en las vías principales; y se trabaja en el proceso de electrificación de la flota de vehículos, públicos y privados, y en un modelo de ciudad de 15 minutos.
De 2015 a 2021 se han recuperado más de 150.000 m2 de espacio peatonal, incluyendo 2.182 metros cuadrados en los entornos de 13 centros escolares, junto con las plazas del Ayuntamiento, de la Reina o de Brujas.
Huerta y alimentación
Finalmente, Valencia cuenta con una fortaleza y un elemento distintivo que le han hecho valedora de este reconocimiento: su huerta, un espacio de gran valor que desde el Ayuntamiento se esfuerzan en proteger.
Esto implica el rediseño de los límites de la ciudad para favorecer la interacción con la huerta como espacio agrícola y productivo de interés singular, y transformar la cultura agroalimentaria de la ciudad en favor de modelos productivos, sociales y medioambientales más sostenibles.
Todo ello, con la orientación de lograr impulsar hábitos de vida saludables que reviertan el constante aumento de índices de obesidad que se registran en la sociedad, con especial atención en edades infantiles, apostando por el comercio y consumo de alimentos saludables y de proximidad.
La de Valencia es una de las huertas mediterránea más relevantes de Europa y ha sido declarada como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.