El misterio del avión ‘desaparecido’ de Al-Assad en el que se cree que llevaba toda su riqueza
Es bastante posible que reaparezca cerca de Moscú, cargado de oro, billetes y objetos de valor
No sería la primera vez que haya ocurrido, ni será la última. Un mandatario depuesto de un país, generalmente un dictador, sale de manera apresurada de lo que fueran sus dominios y huye con toda la riqueza que le cabe en sus bolsillos. Este puede ser el caso del presidente sirio Bashar al-Assad, aunque su historia está trufada de claroscuros y alberga algún misterio y giro inesperado.
Cuenta la leyenda que el Boeing 747 del Sha de Persia, Mohammad Reza Pahleví, a duras penas pudo despegar de Teherán a cuenta del enorme lastre que suponía la cantidad de lingotes de oro que transportaba. La densidad del metal dorado es altísima —a igual volumen, pesa casi el doble que el plomo—, y la aeronave por poco no se quedó sin pista durante el despegue, tirando de una carga que sus cuatro motores no podían levantar del suelo.
En el caso de Al-Assad, y aunque se sospecha que gran parte de la riqueza esquilmada a su país se encontraba ya fuera de Siria cuando efectuó su huida, no quiso correr ese riesgo. En su palacio presidencial quedaron Ferraris, Lamborghinis y otros reflejos de la ausencia de pobreza en su vida. Pero a nadie escapa que en estos casos, siempre hay joyas, obras de arte, lingotes de metales preciosos y sacos repletos de efectivo, que bien podrían haber salido del país en un Ilyushin IL-76 de Air Siria, uno muy concreto.
El día 8 de diciembre, el dictador sirio salió a la carrera a través de medios no especificados de la capital —Damasco— hacia la base aérea de Jmeimim, y de allí voló a Moscú. Estos detalles han sido aclarados por el propio Al Assad en una aparente declaración pública. Esta supuesta declaración se ha publicado a través de un canal de la red social Telegram vinculado al régimen sirio. No queda claro si fue él quien la redactó o la publicó en Internet, aunque tiene visos de ser legítima.
El cronograma expuesto en el comunicado coincide con un extraño incidente aéreo que tuvo lugar el día de su huida. Muchos observadores y aficionados a la aeronáutica publicaron mensajes en redes sociales acerca de la posibilidad que el avión en el que iba Al Assad y su familia hubiera sido derribado. La clave fueron los datos públicos de seguimiento de un Il-76 de Syrian Airlines con matrícula YK-ATA, uno de los cuatro de la compañía de bandera del país.
La aeronave, usada en ocasiones anteriores por el mandatario y que forma parte de la flota que solía utilizar su gobierno, voló hacia el norte desde la zona de Damasco a primera hora de ese día. Todas sus señales se perdieron justo después de que pasara por la ciudad de Homs, cuyo control había sido tomado por fuerzas rebeldes la jornada anterior. Antes de que los datos de sus transponedores desaparecieran, se registró un pronunciado giro a la izquierda y una fuerte pérdida de altitud, con una caída casi en picado.
Las últimas cifras indican que en la madrugada del día 8, el aparato volaba a unos 12.000 pies de altitud, cuando unos 40 minutos después del despegue, el avión inició un acusado descenso. El Ilyushin bajó en pocos minutos hasta los 3.500 pies, y se perdió la señal cuando estaba en los 1.625 pies, poco más de 500 metros sobre el nivel del mar. Es la altura considerada como la mínima a la que los radares son capaces de detectar aeronaves; bajar más supone «desaparecer».
La hora concuerda con la declarada por altos cargos del régimen a la agencia Reuters con referencia a cómo ocurrieron los hechos. El fuerte descenso, una reducción de velocidad hasta los 130 nudos, la súbita desaparición de sus señales, y que nadie volvió a reportar sobre el aparato, dispararon los rumores sobre un posible derribo. Pero había un elemento más de juicio.
Tal y como apunta el medio estadounidense The War Zone, la NASA dispone de un sofisticado sistema de vigilancia de la superficie terrestre para ayudar en el control de incendios. Los datos del llamado Sistema de Información sobre Incendios para la Gestión de Recursos (FIRMS) de la agencia espacial estadounidense son de público acceso, y detectan anomalías relacionadas con puntos de calor.
La NASA colabora
Aquel día mostraron un punto de calor de relativo tamaño y que podía asociarse al propio de un accidente de avión en la misma zona en la que la aeronave desapareció del radar. Sin imágenes recientes del área, ni tomadas a nivel del suelo, ni desde el aire o el espacio, era la única pista acerca del destino del aparato.
Si a esto añadimos que la zona de Siria que hay entre Homs y la costa suele estar sometida a fuertes interferencias en los GPS, incluida la suplantación de identidad y el ingreso de datos erróneos en los receptores, da que pensar. Otra rareza reside en que esta ruta es una que el aparato hacía con muy poca frecuencia. Donde sí ha viajado mucho en fechas recientes es a Bengassi, Libia.
En imágenes de satélite del 7 de diciembre, el día anterior a la marcha de Al Assad, hay rastro del Il-76 de Syrian Airlines en la base de Khmeimim. Es bastante posible que sea el mismo que usase la matrícula YK-ATA. A su lado puede observarse un Yak-40, que es un jet privado muy grande o un avión de línea regular muy pequeño.
Uno o dos aviones para huir
Es bastante posible que Al Assad usase este último con su familia para huir, y sus pertenencias más valiosas lo hicieran en el Ilyushim, un aparato mucho más grande, con una enorme bodega y de uso habitualmente militar. Una de las prioridades del líder depuesto ha sido la de llevar los activos físicos, incluido oro y reservas de divisas, a un lugar seguro. Hay informes de que otros exfuncionarios del régimen han estado huyendo a la base rusa con el fin de salir del país, con la ayuda del Kremlin, también, y pueden haber sido los custodios del cargamento del segundo aparato.
Con el cambio de poder, quedan en el aire muchos interrogantes sobre lo que podría ocurrir a la base aérea de Jmeimim, incluidos los aviones de Syrian Airlines que aún se encuentran allí. Las instalaciones aéreas y navales son altamente estratégicas para el Kremlin y se utilizan para operaciones más allá del territorio sirio. Se está llevando a cabo una retirada al menos parcial de las fuerzas rusas del país, aunque sigue sin estar claro si se van definitivamente o no. El Kremlin trata de aferrarse a sus dos preciadas bases, pero hay informes no confirmados de que podrían recibir la orden de desalojar el país dentro de un mes.
Varias hipótesis, pero una muy sospechosa
En cuanto al aparato desaparecido, son muchas son las especulaciones. Las tesis abarcan desde la posible interferencia mediante el uso guerra electrónica, que obligaría a la tripulación del aparato a corregir la ruta prevista, hasta el posible derribo del mismo mediante el uso de un misil tierra aire o bien una desconexión provocada del transpondedor por parte de los pilotos, que parece la más plausible.
Y algo más. Hay un aparato exactamente igual en la base aérea de Khmeimim y que se refleja en una imagen tomada el 13 de diciembre, que no estaba en esa posición el día 8 de diciembre, pero no queda claro si es el «desaparecido». Todo apunta a que no. Es bastante posible que reaparezca en alguna otra parte, cercana a Moscú, y cargado de oro, billetes y objetos de valor que una vez fueran propiedad del pueblo sirio. Sería lo más lógico.