Petón: «Franco y Sánchez han utilizado el Valle de los Caídos con la misma amoralidad»
El exfutbolista, representante y eterno atlético visita El purgatorio para analizar la actualidad futbolística española
Tiene José Antonio Martín Otín, o sea, Petón, una labia con la que ir hilvanando frases. Las cose en el aire y da a luz historias con las que va respondiendo cada pregunta. Como si se tratara de un Jorge Bucay futbolero, Petón, exquisito en las distancias cortas, atlético de pro, es un narrador excelso de lo que ha movido su vida. El hecho de ser futbolista. Futbolista de nacimiento y hasta que le llegue la parca. Quizá solo hay un elemento que rivalice con su amor por el balompié, la historia de este país. La memoria de lo que pasó hace no mucho tiempo, y un cabreo perenne. «En la Ley de Memoria Histórica hay espacios en los que está prohibido decir lo que pasó».
PREGUNTA.- ¿Del Atlético de Madrid uno nace o se va haciendo?
RESPUESTA.- A mí me emociona mucho, los llevo años descubriendo, y son los que se han catecumenizado o simplemente caído del caballo. Te doy un ejemplo y además voy a citar el nombre, Julio Suárez, es un reportero de Atresmedia, toda la vida del Real Madrid. Y, además de esa militancia madridista que en el periodismo se deja ver, ahora todo el mundo está abufandado. Una vez, hace como cinco o seis años, Julito iba en el coche él solo en su meditación personal y llegó al punto de máxima trascendencia.
Y se dijo a sí mismo «¿qué estoy haciendo? Mi vida es un error. Mi vida es una vida equivocada, yo soy del Atleti». Él de pequeño había tenido una infancia muy poca, pero del Atleti. Lo que ocurre es que sus hermanos y amigos le habían reconvertido al madridismo, pero con 7 u 8 años. Pero entonces recuperó su primera voluntad de que cuando le decían de pequeño «¿de qué equipo eres?». Y él respondía: «Yo del Atleti». Ahora alardea de esa condición. Está fanatizado y no le falta ninguno de los requisitos del buen colchonero.
P.- Para ser fan atlético, ¿es condición ser antimadridista?
R.- No, es entender que nuestro comportamiento vital tiene un adversario. Imaginemos un caballero medieval que va con el pañuelo de su dama, que es justamente la que no es nuestra dama. Y ya sabes que los caballeros solo por eso se retaban a mitad del puente y el que podía al otro lado del puente. Es verdad que un tipo tan genial como un sociólogo llamado Vicente Verdú, levantino, estudió el fútbol desde el ensayo, aprendí muchísimo con su lectura y conviene releerlo de vez en cuando. Verdú interpretaba, por ejemplo, los equipos de fútbol como tribus y entre las tribus y entre los clanes hay guerras, y el partido era la sacralización del combate, un rito guerrero.
Pero hay quienes dentro de esas tribus entienden a su equipo como misión, y hay quienes lo entienden como la ópera. El Madrid que entiende la vida como triunfo, es una manera de verlo, y tienen muchísimos más cotizantes esa manera de ver el fútbol y la vida que la otra. Que es la que interpreta que la vida es derrotas y victorias y que el fútbol también lo son y que hay que combatir la adversidad a veces desde el sentimiento dramático de la existencia. Entender a tu equipo como misión, eso decía Vicente Verdú. ¿Y a qué equipo y a qué seguidores utilizaba como los que interpretan literalmente eso? Al Atleti de Madrid, tenía razón.
P.- Los futbolistas en España, y Petón conoce unos cuantos, ¿qué ideología tienen? Porque como no hablan nunca de política…
R.- ¿Qué ideología tienen los fontaneros? No hay un denominador común. Lo triste es que en estos tiempos hay una altísima despolitización. Tú te vas a la Guerra Civil española, y la gente estaba muy ideologizada. Yo en los últimos tiempos he estado en un proceso investigador y había, por ejemplo, tres futbolistas en el Cuartel de la Montaña, los tres falangistas, de los que defienden el cuartel. Pero también había futbolistas que se quedaron a defender el Madrid republicano y formaron parte o del Madrid o del Atleti republicano, los hubo también. Pues, por ejemplo, Unduran, portero del Atlético de Madrid, hermano de un gran banquero español, estuvo combatiendo y fue oficial del Ejército republicano. Pero igual que en la guerra, yo creo que había una mayoría ideologizada en aquel tiempo, como toda la sociedad. Ahora están mucho más por la pasta.
P.- ¿Le gustaría que hablasen más de política?
R.- De la vida en general. Hoy hablaba con un amigo, futbolista entrañable, y estábamos en una tertulia en la que había otro exjugador, Rodri, amiguísimo mío, y estábamos hablando de un chico que se llama Nene, no el mismo Nene que es amigo de Rubiales. Es un chico que cuando deja el fútbol empieza a hacer monólogos, ha estado en el Club de la Comedia, ingenioso y ahora es actor notable de series. En televisión estuvo en Zapeando, un tipo que se ha hecho un papel y como nota extravagante me decía el futbolista con el que yo comía hoy «es que este era un tipo que en el autobús, fíjate, siempre iba leyendo un libro», lo estrambótico es que el jugador fuera leyendo un libro.
De todas formas, ya en aquel tiempo hablábamos de antes de la guerra, había gente muy equivocada, grandes santones del pensamiento español como José Ortega y Gasset en La rebelión de las masas llega a decir que «la diferencia entre el intelectual y el futbolista es que el primero es capaz de angustiarse, de tener curiosidad intelectual». Lo que viene a decir es que el segundo no, y no utiliza el picapedrero, no, utiliza al futbolista, que es impresionante.
Y hay un instante en el que Marañón no le dice la verdad, le dice que sí. O sea, están a lo mejor en la Residencia de Estudiantes y Marañón participa de eso que ha dicho Ortega, que era el otro gran pensador del momento. Joder, Marañón, que había sido lateral derecho en la Gimnástica madrileña, un equipo que había en Moncloa. ¿Qué estaba pasando? Bueno, aparecía el fútbol también como un deporte de calzón corto, en tiempos en los que llevaba pantalón largo y todavía no se había digerido bien.
P.- ¿Le gustaría a Petón que los futbolistas se mostrasen, hablasen de más temas?
R.- Alguna vez hemos charlado, Carlos, siempre digo que yo soy futbolista. Y además, como decía mi amigo Pantaleón, futbolista no es uno que transitoriamente, mientras tiene ficha, es futbolista. Los que hemos dedicado nuestra vida, lo más importante de nuestra vida a los domingos jugando al fútbol cuando los partidos eran las 16:30 de la tarde. Todo ello durante 18 años como profesional, puedes entender que cuando me preguntan, digo que eso es como el sacerdocio, no como el periodismo. El sacerdocio imprime carácter, el periodismo no. Tu pasado mañana, puedes dejar de ser periodista. Yo, por ejemplo, hice Ciencias de la Información, no soy periodista, lo fui durante un tiempo, pero futbolista sí hasta que me muera. Entonces me duele mucho que mis compañeros futbolistas no tengan inquietudes que tengo yo y que otros amigos futbolistas han tenido también. Por ejemplo, leer en el autobús del equipo.
P.- Sobre política. Se me viene a la mente pocos jugadores que hablen de política hoy en día. Está el caso de Pepe Reina, que alguna vez se ha mostrado crítico con el Gobierno, y quizá otro más conocido que sea Guardiola. Que más que crítico con el Gobierno lo que ha sido es una especie de ministrillo de exteriores de Cataluña.
R.- Bueno, hay más, seguramente hay más. Roberto Soldado también ha estado muy activo también en la línea de Pepe Reina.
P.- Un poco Xavi Hernández.
R.- Xavi Hernández improvisa. Xavi es capaz de subirse a la Plaza de Colón, lo digo porque yo estaba en el escenario con él enfrente, y decir «Viva España», tranquilamente. Y luego, conforme soplan las corrientes generales fluctuar.
P.- Corrientes qataríes, diríamos.
R.- No, es anterior. Yo creo que en aquel estado de cosas que vivía Cataluña, en el que la inducción de un grupo, el de Pedralbes, el gran capital que maneja, controla medios de comunicación e intereses muy particulares, genera un fenómeno que es el que hoy estamos padeciendo, que es el de del secesionismo. Que así le va a Cataluña, claro, y así le irá en el futuro, como todo lo que tiende a romper, a separar. Lo que quiero decir es que los futbolistas ahora mismo, en el caso de Xavi, era uno más dentro de esa corriente inducida, pero seguro que no sostiene una conversación intelectual sobre el origen de Cataluña, sobre ¿Qué pasó en 1714?
P.- ¿Guardiola sí?
R.- Guardiola ha leído más y sobre todo ha escuchado más. A Guardiola lo que le gusta es estar con grupos de intelectuales, algunos de los cuales yo conozco y quiero mucho, y aprender porque es un tío insaciable y una esponja. Tiene ese sentido sentimental muy entrañable y que no se puede censurar cruelmente ni mucho menos, de amar a la tierra, porque es su tierra, no como proyecto, no como misión de vida hacia el futuro.
P.- ¿Un sentimiento?
R.- Mucho menos en el plano orteguiano o de Giner de los Ríos. Aquí se ha dicho, cuando José Antonio Primo de Rivera dijo que «España era una unidad de destino universal», estaba repitiendo lo que un pope socialista y padre de la institución Libre de enseñanza como Giner de los Ríos había dicho mucho tiempo antes. ¿Y qué se pretende? Es verdad, España tiene un papel en la historia cuando es traslación de todas las voluntades hispánicas de todas las comunidades españolas a las que se añaden las iberoamericanas en un proyecto de futuro.
Tú dices esto y te salen en la red, lo verás, llamándome fascista, no tiene ni puñetera idea. Claro, no saben lo que es el krausismo, no tienen ni idea de qué fue la Institución Libre de enseñanza, no saben cuál es el proyecto orteguiano, pero mucho más. No han leído a nadie y se permiten decir esas cosas, a mí me lo van a decir por lo que te estoy comentando aquí ahora mismo.
En el caso de Guardiola. Él es dueño de esa hermosa sentimentalidad de quien está enamorado de su tierra, de sus canciones, de sus ríos, sus comarcas y el vino del Penedés. Y lo digo en el mejor de los sentidos. Pero eso no es suficiente, eso no es una patria, eso es el lugar. Patria es una comunidad que tiene una proyección en el contexto de la historia universal.
P.- Ahora hablaremos con Petón sobre Primo de Rivera y sobre el falangismo.
R.- Podemos hablar de lo que quieras, pero yo no soy falangista. Conozco muy bien la obra de José Antonio Primo de Rivera. Como conozco también la historia de ese tiempo de la Falange formando parte de ese tiempo. Pero lo dejo claro, no vas a encontrar la opinión de un falangista.
P.- Lo sé, Petón fue falangista hasta los 20 o 21 años.
R.- Exacto, era hedillista, de esos que llamaban rojos con camisa azul que se enfrentaban al franquismo. Y así me fue.
P.- Pero ya uno le pierde el miedo a que le llamen falangista hoy en redes sociales.
R.- Me han llamado cosas peores.
P.- José Antonio Martín Otín, o sea Petón es un hombre que menos árbitro o presidente de la Real Federación Española de Fútbol lo ha sido casi todo en el balompié. Ha sido futbolista, agente, consejero de club, presidente de una fundación relacionada con un equipo, escritor sobre fútbol, tertuliano…Tiene una visión, no sé si 360, pero casi 360 grados del mundo del fútbol en España.
R.- Me interesa mucho el fútbol por amor. Lo primero que recuerdo es un balón, porque mis primeras fotos que me sacaba mi madre de gol pero con meses es detrás de un balón. Mi madre está empeñada en contarme, al final me lo voy a creer, que yo aprendí a leer con dos años sobre las páginas del Heraldo de Aragón tirado en el castillo de Lerés en Huesca. Pero eso es viejuno. O sea, lo joven fue el balón desde pequeño. Entonces lo que está relacionado con el fútbol ya me atrapa desde ese momento y me interesa todo. Pero me interesa especialmente la historia. Me interesa jugar, eso es lo más importante, ver mucho. Pero la historia del fútbol sobremanera y de los perdedores en el fútbol más.
P.- ¿Tiene algo de diferencial el fútbol español con respecto al resto de fútbol europeo o fútbol mundial?
R.- El talento. No hay ningún país del mundo, excepto Brasil y en menor medida Argentina, que tenga el talento que tiene el fútbol español. Pero bueno, es que vamos ganando competiciones juveniles en las diferentes edades, desde Sub 15 hasta el Campeonato del mundo de fútbol, 30 años antes de que ganáramos la Copa del Mundo profesional gracias a Luis Aragonés. La persona que supo canalizar, dar conjunción a todo eso en un estilo. Qué portento, qué claridad mental.
Porque Luis lo tenía tan rotundamente claro, tan extraordinariamente claro que sabía cómo iba a jugar el equipo que se fue a ver a Xavi lesionado para decirle que le iban a esperar hasta el final. A mí me cae muy bien Xavi, le admiro como el mejor futbolista español que yo he visto, y porque además me parece un tío de ley. Sé cómo respondió a ese afecto de Luis Aragonés, lo he visto llorar en el entierro de Luis. Lo que hizo Luis Aragonés de dar sentido táctico a todo ese talento es lo que ha patentado ante todo el mundo que el talento está en nosotros.
P.- ¿También es algo diferencial las directivas de fútbol español, los directivos, los que mandan?
R.- He tratado con directivos de todo el mundo, claro está, en Iberoamérica y las directivas españolas que yo conozco son mucho más serias que aquellas directivas. En países del Este, excuso decirte, algunas directivas daban verdadero miedo. Luego en África a mí me han puesto un fusil ametrallador en Nigeria, yendo a reunirme con el directivo.
Fuimos a Nigeria, Lagos, la ciudad más caótica del mundo. Yo era director de una productora que se llamaba Atlántico, que representaba, entre otros, a Chiquito de la Calzada y dije «El fútbol está necesitando crear una agencia que defienda bien los intereses de los futbolistas. Y Antena 3, una agencia que le traiga buenos futbolistas y que además haga negocio exterior, no sólo en Antena 3, pero que a nuestros futbolistas y a nuestros clubes de primera les libre de gestiones».
Así nació Bahía y lo primero que se les ocurre es mandarme a África. Pero así a bote pronto, fui a Ghana, que fue como el paraíso y fui a Nigeria, que fue como el infierno. Y una noche de esas, no me voy a reducir al detalle, viajando pasábamos por un mercado de Lagos en el taxi y nos para el ejército, querían su mordida, pero yo reaccioné sacando el carné de agente FIFA. Es lo que me salvó, no la mordida que ni llegué a pagar esa vez. Por supuesto que en otros lugares sí, pero me puso el fusil ametrallador en la boca y saqué el carnet de agente FIFA, pensaron que era un organismo internacional y nos dejaron pasar. El campo del fútbol te vale para todo.
«La estructura de la Federación Española de Fútbol no está anquilosada, está enferma»
P.- El fútbol literalmente le salvó la vida.
R.- No, la FIFA me salvó la vida. No sé si me hubieran pegado un tiro ahí mismo, pero vamos, que ahí estaba el fusil ametrallador haciendo una marca en la mejilla.
P.- ¿Petón ha conocido a Luis Rubiales?
R.- Sí, aunque no lo suficiente como para hacer un juicio con él. Creo que sus comportamientos sociales le frenaban su condición de presidente, no puede ser presidente quien actúa de ese modo socialmente. Pero tengo muchas dudas respecto a todo lo demás, creo que ahí va a haber un recorrido largo. Porque me parece que va a ser muy difícil demostrar que tantas cosas a la vez sean ciertas. Yo creo que un presidente que tiene esos comportamientos en un palco no puede ser presidente, no puede representar la Federación Española de Fútbol. Aunque, por delante de eso está que la estructura de la Federación Española de Fútbol no solo está anquilosada, está enferma. Hay que acabar con eso, no puede ser ni con Rubiales ni con el hombre más beatífico del mundo. La estructura en sí misma es un error, entonces eso hay que corregirlo.
P.- ¿Cómo corregirlo? Porque una de las opciones entiendo que no es derribar la Real Federación Española de Fútbol.
R.- No, creo que hay que igualar las condiciones del voto. Que vote más gente representando al fútbol, gente que no tenga una relación de dependencia con la propia Federación. Porque si no el que está en la Federación asegurándose que se mantiene esa relación de dependencia y que el receptor, que es el de las territoriales, por ejemplo, va a estar muy contento con que él esté, con tenerlo contento, ya se ha resuelto el enigma. Sabemos quién va a ser presidente y por eso hoy, incluso las territoriales también ha habido presidentes con más de 30 años en las territoriales. No puede ser.
En fin, a mí, como te digo de Rubiales, me falta conocimiento. Lo que estoy viendo desde fuera me parece que tiene un punto de exageración, pero no me gustaría que se obviara lo más importante, que es que hay que acabar con la estructura. O sea, que el presidente es accesorio. Y Rocha viene por esa estructura, y si él no tiene motu propio la voluntad de cambiar eso se lo tienen que decir desde los organismos competentes. Usted, señor, está aquí puesto por una circunstancia anómala. Si entendemos como normal una democracia directa, libre en el pueblo español, que no la hay.
P.- Casi me sale preguntarle a Petón, ¿qué es más corrupto el negocio del fútbol o el negocio de la política?
R.- Tampoco tengo mucha experiencia política, pero los intereses de los políticos, muchas veces mezclados con el fútbol, son tremendos. Hay cosas apuntadas en la libreta de cada día, cosas tremendas. Pero es que me parece en este momento de mi vida, dedicar tiempo a juzgar cosas obvias que vemos todos que son evidentes, es una pérdida de tiempo entonces, no puedo alejarme de lo que seguramente pienso.
Yo no tengo redes, pero creo que el común de los mortales tiene que darse cuenta de cómo son los comportamientos políticos. Viendo las sesiones de control en el Parlamento, y los comportamientos también de algunos de ellos en cuanto a un egoísmo superlativo, deseos de venganza, están esperando llegar aquí para machacar a los que se portaron mal antes.
«Xavi Hernández no aguanta una conversación sobre el origen de Cataluña, Guardiola es otra cosa»
P.- Ya que Petón no tiene Twitter, si tuviera que poner un tuit, ¿qué diría hoy de la política española?, ¿O pasa de ella?
R.- No, no paso de ella en absoluto. Pero lo que sí sé es que si pongo la radio por la mañana a a las ocho, el momento de los editoriales, es muy difícil que no me enfade mucho con las cosas de cada día. Joder, generar cortisol a primera hora…
P.- ¿Qué le ha enfadado a Petón últimamente, voy a más a la materia de qué temas?
R.- Es que es muy obvio. Primero, como en todo en la vida, que te mientan, eso es lo primero. Lo primero, que me mientan y que me quieran escribir un relato que yo conozco y en algunos casos conozco bastante bien. Y que me quieran imponer lo contrario. Por ejemplo, la Ley de Memoria Histórica pasa por espacios, atraviesa espacios en los que está prohibido decir lo que pasó, es así rigurosamente. O sea que esto es algo que luego va expandiéndose y tiene otros efectos. A mí me enfada, por ejemplo, esto de la amnistía a toda la gente del procés me enfada mucho. Me cabrea mucho el desconocimiento de la historia de los políticos, en todas partes. Ya lo del ministro Urtasun últimamente respecto a los museos…
P.- Las colonias.
R.- Hablar de colonias, España jamás tuvo colonias. Pero bueno, en la derecha ya es extraordinario el desconocimiento es una cosa tremenda, o sea que unos y otros. Unos, sin embargo, hacen política de eso, del relato falso. Falso, por ejemplo, en lo que tiene que ver con la leyenda negra, asumiéndola como propia o como sucedida. España tenía hospitales, universidades, 60 años después de estar allí, y solo un siglo y medio después, Harvard fue un college. No había ninguna universidad, hay un 1% de indígenas en los continentes que tuvieron huella anglosajona, mirad lo que es Iberoamérica. Y se puede reivindicar el indigenismo porque ahí estuvo España.
Me duele, me molesta, me fastidia que esas cosas entreveradas con la política intenten imponérnoslas como relato, y luego está la otra parte de la justicia social. O sea, es que me parece tremendo que dos tercios de la humanidad pase hambre. Quizá porque yo trabajo en mi propia empresa, es una cooperativa de funcionamiento, creo en la economía de reparto.
A mí no me importa que un compañero mío del País Vasco cobre más porque ha tenido una mayor influencia en el colectivo. Me da igual, me encanta, eso ha sucedido lo digo así. Creo en el reparto social y creo que no puede haber gente sin casa y mucho menos sin pan y sin educación. Y entonces estos sistemas ultraliberales también, cuando he pasado dos terceras partes de mi vida, ya he vivido eso, ya me he desinhibido y puedo decir estas cosas que no he dicho nunca, pero me da la gana.
P.- Por volver a la historia. Es que José Antonio Martín Otín, o sea Petón, junto a Sergio Campos, tienen nuevo libro: Violencia roja antes de la Guerra Civil. Antillón 4, la primera checa de la República. Cuénteme.
R.- Nos llama Espasa a ese genio que es Sergio Campos, bibliotecario del Instituto Cervantes en Berlín, y a mí, porque había aparecido un artículo en El Mundo sobre la checa de Antillón. ¿Qué es la checa de Antillón? Antillón era el colegio de María Cristina, un colegio de huérfanas que antes de la Guerra Civil estaba funcionando ahí. En la salida al Paseo de Extremadura, enfrente de la iglesia de Santa Cristina, enfrente de la Puerta del Ángel. Eso es incautado justo después de las elecciones de febrero por las Juventudes Socialistas Unificadas, frente al deseo del concejal socialista del barrio que era Andrés Saborit, un hombre de Besteiro.
Julián Besteiro es uno de los elementos más saludables de la historia política del siglo pasado en España. Representante de esa tercera España al que Franco, dentro de su inclemencia, condena a morir enfermo en la cárcel de Carmona. Saborit quería hacer un centro educativo laico, llegan los de las Juventudes Unificadas, el Partido Comunista que gobernaba en el lugar, especialmente interesado en convertir eso en una herramienta de agitación política. Y en la parte de abajo en un centro de detención y tortura. Estamos hablando del mes de mayo, mayo de 1936, la guerra no había empezado, pero ahí ya había gente apaleada, colgada de una barra durante cuatro días, acuchillada hasta 76 veces con los dedos cortados, naturalmente liquidados, muertos.
Es un proceso de investigación que consolida la presencia de esa policía paralela que eran las MAOC entre el Frente Popular. Las MAOC nacen antes, pero se consolidan, son legalizadas un día después de las elecciones y empiezan a funcionar con controles y asesinatos en las calles, directamente y sin detenciones de quienes ejecutaban esos actos hasta la Guerra Civil. La República Española tuvo enemigos golpistas desde el primer día, los monárquicos, los Alfonsín, los carlistas, la gente de Renovación Española, todos esos eran enemigos de la República. Eran complotadores contra la República y golpistas contra la República. Pero enemigos de la República que no eran golpistas y se convierten en golpistas sucede por la llegada del Frente Popular que llega desde el Partido Socialista a la izquierda, Largo Caballero y tal, y el Partido Comunista, sin ninguna intención de moverse nunca más del poder. Lenin puro.
«Hubiera juntado a José Antonio y Manuel Azaña en el Valle de los Caídos»
P.- Le escucho decir a Petón que está en contra de esa idea de que la guerra civil fue una cosa de hijos de puta entre hijos de puta, ¿no lo fue?
R.- No, primero fue una guerra obligatoria para muchísima gente que tuvo que comerse esa guerra incivil, que es como se debiera llamar. Eso es un hallazgo de Gonzalo Santonja es el primero al que se lo oí. Y mucha gente que fue obligada a combatir hermanos contra hermanos, y hubo gente que no era partidaria de la guerra civil, y que de algún modo u otro colaboraban.
Azaña colabora, pero se da cuenta de lo que hay en el discurso del 18 de julio del 38 en el Ayuntamiento de Barcelona, que se lamenta de lo que está sucediendo y pide paz, piedad, perdón, comprensión para el otro. José Antonio Primo de Rivera, una noche antes de ser fusilado en la noche del 19 de noviembre, escribe: «Ojalá sea la mía la última sangre vertida en discordias civiles. Ojalá el pueblo español, tan rico en buenas cualidades, sepa encontrar al fin el camino de la patria, la paz, el pan, la justicia».
Pero había promovido, había sugerido un gobierno de concentración nacional con Indalecio Prieto Ortega, el ministro Viñuales de Huesca y presidido por Diego Martínez Barrio, y una amnistía general para los combatientes. Que había gente que sí entendía ese fenómeno. Hemos hablado de Besteiro, pero también vale si lees Guerra y vicisitudes de los españoles, de Julián Zugazagoitia. Un socialista, también asesinado por Franco contra la tapia del cementerio.
P.- ¿Qué le pareció a Petón la visita de Pedro Sánchez hace unos días al Valle de los Caídos?
R.- Había un general en la guerra, general de la Guardia Civil, que era el general Escobar. Escobar se queda en el lado republicano, en Barcelona. Y por su presencia, Barcelona no se va con los nacionales. Escobar tenía, no sé si más, pero dos hijos, uno era militar en el lado republicano, y otro era un joven falangista acribillado a balazos antes de la guerra en el Instituto Lope de Vega, donde asesinan a un chico falangista de 13 años que se llama Luis Arroyo, que muere en los brazos de este.
En la guerra, este chico, es alférez provisional y luego teniente y cae en Belchite. Sobrevive el otro hijo republicano, oficial del ejército republicano que años después pide que su padre y su hijo, el hijo falangista de ese padre, es decir, padre y hermano vayan al Valle de los Caídos para estar enterrados juntos.
¿Puedes imaginar mayor expresión de lo que decía el franquismo que quería? La reconciliación, pues Franco no quiso, no sé si se puede tener menos generosidad. Yo estoy en contra de la utilización política que se hizo del Valle de los Caídos por Franco y de la utilización política que está haciendo este gobierno de Pedro Sánchez del Valle de los Caídos en la misma dimensión, igual, amoral en los dos casos. Ya está.
P.- Veo que a Petón le cabrea este asunto.
R.- Sí, es que creo que si tuviéramos más amor y entendiéramos que deben ser signos de conciliación. Yo durante mucho tiempo estuve en contra de que estuviera allí José Antonio Primo de Rivera . Y cuando tenía 20 años y estaba en el Frente sindicalista unificado y era delegado de clase y me fui dos veces al calabozo. Por la policía del franquismo cuando tenía 16 y por la policía heredera del franquismo con Carlos Arias Navarro. Que hay que ver cómo fue ese año y medio por decir cosas como que «libertad para José Antonio, preso en la cárcel franquista del Valle de los Caídos».
Entonces pensaba eso. Pero cuando han quitado a Franco, José Antonio estaba solo allí, yo hubiera ido a Montauban. Hubiera traído a Manuel Azaña, y lo hubiera puesto en el Valle de los Caídos: José Antonio, Manuel Azaña y quizá Buenaventura Durruti, asesinado también un 20 de noviembre, seguramente por balas amigas. Mueren a la misma hora, prácticamente tienen un mismo final, el mismo día José Antonio Primo de Rivera y Durruti. Hasta la historia te está diciendo, aunque se enfaden los recalcitrantes ultras de un lado y de otro, júntalos en el Valle de los Caídos si quieres que sea una reconciliación total. No, prefieren sacar a gente, prefieren que haya alboroto, que le den votos.
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