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El Senado de Brasil vota el informe que acusa a Bolsonaro de crímenes contra la humanidad

El Senado de Brasil vota el informe que acusa a Bolsonaro de crímenes contra la humanidad

Ueslei Marcelio | Reuters

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, podría ser acusado de crímenes contra la humanidad por su gestión de la pandemia al haber evitado tomar medidas para evitar la propagación del coronavirus. La Comisión del Senado encargada de la investigación acusa al mandatario de haber formado un Gobierno paralelo con el objetivo de provocar que el país alcanzara, a través de la exposición al virus, una inmunidad de rebaño. En el proceso de intentarlo, más de 600.000 brasileños han perdido la vida ante lo que el órgano considera una política negacionista con resultados fatales.

La comisión parlamentaria vota este martes su informe final, que acusa al presidente Jair Bolsonaro de «crímenes contra la humanidad». El informe será publicado mañana, aunque el relator del mismo, el senador Renan Calheiros, ha adelantado que se producirían acusaciones graves en contra del líder del país.

Concretamente, los miembros de la Comisión acusan a Bolsonaro de haber actuado en contra de las indicaciones médicas al no promover las medidas de distanciamiento y mascarillas, que se han demostrado como eficaces para la lucha contra el coronavirus, y haber perpetrado un delito de homicidio por omisión. También pone el foco en la compra de vacunas del Gobierno, a las que el presidente ha acusado en repetidas ocasiones de provocar otras enfermedades como el Sida y sobre las que el Senado dice que se retrasó su compra de forma deliberada, lo que habría evitado muchas muertes.

Bolsonaro será acusado de 11 delitos en caso de aprobarse el informe de la Comisión. Entre ellos, se incluye el uso irregular de fondos públicos, la falsificación de documentos oficiales, prevaricación, genocidio de indígenas, crímenes contra la humanidad y «charlatanismo». Según el hijo del presidente, Flavio Bolsonaro, su padre «se ríe a carcajadas» de las acusaciones que pesan sobre él y otras 70 personas de su Ejecutivo o cercanas al mismo.

Una vez votado el informe, dependerá de la Fiscalía decidir qué medidas toma en contra del mandatario y los demás investigados, entre los que se incluyen dos empresas y tres hijos del presidente. A la mayoría se les acusa de promover medicamentos no probados científicamente para tratar la enfermedad y hacer uso de las redes sociales para atacar los medios existentes para paliar la pandemia.

El presidente promovió terapias dañinas y no probadas

Los senadores al frente de la investigación acusan a Bolsonaro de seguir una estrategia «macabra» al recomendar la cloroquina, un fármaco que puede provocar lesiones muy severas en el sistema nervioso de los pacientes y que los estudios médicos de diferentes asociaciones han probado como inefectiva en la lucha contra la enfermedad. A pesar de ello, cuando el presidente brasileño contrajo el coronavirus en julio, apostó por este fármaco e incluso instó, como había hecho anteriormente, a que toda la población siguiera sus pasos, lo que provocó la renuncia de dos ministros de Sanidad designados por el el Gabinete. Esto es, a ojos del informe, una situación en la que las noticias falsas que se transmitieron desde canales oficiales y que aumentaron la mortalidad de la enfermedad al no haberse puesto medidas de curación y contención reales.

El Senado acusa también a usuarios de internet afines al Gobierno que llegaron a distribuir informaciones como que las vacunas «modifican el ADN dado por Dios» como parte de una estrategia globalista.

El presidente llegó incluso a negar que las mascarillas fueran un medio eficaz para prevenir los contagios masivos en un país que no paró como si hicieron sus vecinos. Llegó incluso a afirmar que eran las responsables de muchas de las muertes al provocar infecciones pulmonares. Los confinamientos, en los que el Senado pone el foco en el informe, podrían haber salvado miles de vidas perdidas y acusa al presidente de no haberlos promovido al alentar a los ciudadanos a salir a la calle para no paralizar la economía.

YouTube borra un video de Bolsonaro en el que acusaba a las vacunas de provocar el Sida

La situación de la pandemia en Brasil ha sido crítica. Mientras otros estados apostaban por luchar contra el coronavirus a través de las recomendaciones científicas, el presidente Bolsonaro apostaba por aparecer públicamente a negar el coronavirus, al que calificó como «un constipadito». Una vez quedó demostrada la virulencia del mismo, la estrategia pasó por minimizar los riesgos y las realidades de una enfermedad que se ha llevado a más de 600.000 brasileños y que ha contagiado a 21 millones de ciudadanos ante la inoperancia del Ejecutivo, lo que ha hecho del país el segundo más afectado por la pandemia, solo por detrás de Estados Unidos. Bolsonaro llegó a cesar a un ministro de Sanidad que pidió el confinamiento, a quien acusaba de haber perdido la cabeza.

En las últimas semanas, el presidente ha anunciado que la mascarilla seguirá sin ser obligatoria «para asegurar la libertad de los ciudadanos». Bolsonaro no cesa tampoco en su batalla contra las vacunas. La última fue a través de un video en YouTube en las que las acusaba «de provocar el Sida». La plataforma ha decidido bloquear durante una semana la cuenta del presidente, al que Twitter ya advirtió durante la pandemia de la posibilidad de cerrar su perfil si continuaba distribuyendo mensajes negacionistas. Bolsonaro reitera sus teorías y sostiene que se encuentra «en el lado bueno de la historia».

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